Luis Bru.
Es una asignatura pendiente, en una callada; el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez anunció el 4 de mayo de 2020, en pleno terror pandémico, cuando la OMS evacuaba mentira tras mentira a cual más gorda y los servicios sanitarios se dedicaban como auténticos asesinos al gerontocidio, anunció la donación de 125 millones de euros a Bill Gates.
Un gobierno endeudado, con una deuda del 121,8%, le dio generosamente y maliciosamente 125 millones a Bill Gates, como si nadara en la abundancia, para que utilizara ese dinero para desplegar el ataque de bio terrorismo y masacrar a los españoles.
El presidente Sánchez utilizó el argumentario mendaz de que el único camino posible para vencer a la pandemia será el del acceso rápido y asequible a las (timo) vacunas, los tratamientos y los diagnósticos en todo el mundo, y siempre bajo una misma premisa: «no dejar a nadie atrás». Para lograrlo, ha dicho Sánchez, España va a estar en primera línea de esta iniciativa «imprescindible» mediante la contribución de 125 millones de euros.
En concreto, el presidente ha anunciado la donación de 50 millones de euros para la Alianza de Vacunas (GAVI) a lo largo de 10 años, extendiéndose el compromiso ya existente a través de la Facilidad Financiera para la Inmunización (IFFIM) hasta 2035; y una contribución de 75 millones de euros a la Coalición para las Innovaciones en Preparación para las Epidemias (CEPI) en 15 años. El conjunto de este aporte se suma a los 100 millones de euros para el Fondo Global contra el sida, la tuberculosis y la malaria, anunciados en septiembre de 2019, para el período 2020-2022.
Pedro Sánchez debe dar explicaciones urgentes, de si sabía que todo era una patraña criminal, y se le deben exigir por los partidos de la oposición, si no quieren ser cómplices de la matanza. Especialmente, Vox debe plantearlo como gran debate parlamentario.