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La Voz de César Vidal: El secreto del éxito

Redacción




Mike Sala

Hace ya casi una década que en ciertos círculos de Libertad Digital – esRadio no se apostaba ni un solo Euro no ya por el éxito de la iniciativa de César Vidal y su pequeño equipo de colaboradores de lanzar a la red un nuevo programa divulgativo, sino por la mera supervivencia del proyecto de La Voz que se inició un tiempo después de la salida de César Vidal de aquél grupo de comunicación supuestamente liberal.

Según comentarios de alguien que, desde entonces hasta hoy, no ha pasado de ser un mediocre sustituto en una franja horaria que no alcanza ni de lejos las cuotas de audiencia de aquellos primeros años de esRadio, el mantener un programa en podcast mediante crowdfunding tenía un techo de audiencia que La Voz no tardaría en alcanzar y en el que se quedaría anclado para no llegar mucho más allá. Al fin y al cabo era cierto que buena parte de la audiencia fiel a César Vidal había abandonado esRadio para seguirle en La Voz, pero tal cuantía de seguidores no parecía ni de lejos suficiente como para sustentar con donaciones un proyecto que más les parecía a quienes tanto se habían alegrado por librarse de Vidal que nacía por despecho y con pocas esperanzas de prolongarse en el tiempo.

Ha pasado casi una década desde que César Vidal salió de esRadio para no volver más y, desde entonces hasta hoy, el programa La Voz, emitido por podcast, camina con paso fuerte enfrentándose a la censura globalista, desafiando a poderosos medios de información arrodillados ante el poder y demostrando que una audiencia fiel y creciente, mediante crowdfunding y suscripción, puede financiar exitosamente a un programa que informa y entretiene de un modo absolutamente independiente y libre de injerencias.

Hace apenas un par de semanas La Voz alcanzó por primera vez el primer puesto entre los podcasts en español más escuchados de Ivoox, aunque desde hace ya tiempo el programa se encuentra entre esa élite de primeros puestos del canal que los distingue del resto por su elevado número de escuchas. Paralelamente, el mismo programa, alojado en otras plataformas como la liberticida YouTube, disparaba su audiencia y su número de suscriptores durante los últimos años de un modo exponencial.

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La Voz es ahora mucho más que un podcast de información y divulgación. La Voz es parte de un proyecto aún mayor que dio el salto al mundo de la televisión por internet consiguiendo en su primer año de emisión que la nueva cesarvidal.tv se consolidara como referente entre quienes en estos convulsos años, hartos de las mentiras, fraudes y manipulación de los medios serviles al sistema, buscan la verdad sin tapujos y las opiniones sin mordaza. Durante las pasadas navidades un oyente habitual de La Voz, que se suscribió a cesarvidal.tv desde el principio de las emisiones, me comentaba divertido que no creía que ni el propio César ni sus colaboradores encontrarían trabajo fácilmente en los medios españoles, desde El País hasta Libertad Digital o desde la SER hasta esRadio, tal y como está todo ese arco de periódicos, televisiones y radios de serviles y cómplices de la siniestra y degenerada agenda globalista. Le contesté que tal cosa, más que una marca de la vergüenza, es toda una condecoración de la que estar orgullosos, tal y como están las cosas.

En realidad, el secreto del éxito de La Voz y de los distintos programas de cesarvidal.tv no es tal secreto. Es la consecuencia inevitable del trabajo honrado y arduo de todo el equipo de comunicadores, la labor de producción de Isaac Jiménez, quien en ocasiones parece vivir en un mundo en el que los días tienen treinta horas, y la modesta dedicación de quienes somos audiencia y al mismo tiempo embajadores de los contenidos de este gran proyecto divulgativo en el que la libertad y la verdad son estandartes incuestionables. Poco importa si en Ivoox La Voz está en el primer puesto de audiencia una semana y la siguiente aparece en cuarto lugar. La Voz y todo lo que le rodea está en lo más alto. Ni la censura, ni las envidias ni los trolls medio tarados que de vez en cuando aparecen, han podido evitarlo

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Ha pasado casi una década desde que todo comenzó. El fracaso y el olvido profetizado por un lumbrera intelectual y envidioso de manual demostró ser más el deseo de un fracasado que el vaticinio de un experto. Y mientras en ése y en la práctica totalidad de medios españoles el entonces agonizante periodismo expiró para resucitar como arenga panfletaria de quienes venden su dignidad e independencia a precio de saldo, la sana influencia de La Voz llega cada día a todos los rincones del mundo, y no solo al público de habla hispana; también a quienes, aprendiendo nuestro idioma, buscan contenidos de calidad fuera de nefastas influencias. Otros medios hemos crecido también en estos tiempos buscando informar sin que el miedo al poder y a su sicariato político y mediático nos haya impedido hablar de corruptos, mangantes, falsarios, tramas delincuenciales y masivas estrategias de manipulación. Muchos buscan en este pequeño grupo de medios libres la información que las grandes cadenas de TV y radio ocultan y que tantos diarios digitales y de papel esconden. Y ése precisamente es el otro ingrediente en la fórmula de éxito de La Voz. La osadía de defender la verdad frente a quien haga falta con el tesón de no dar un solo paso atrás ante la censura del poder.

De modo que valga este modesto reconocimiento desde Rambla Libre a la gran labor de La Voz de César Vidal como homenaje extendido a todos los medios de información que han logrado, además, que los llamados “medios alternativos” seamos ya para muchos oyentes y lectores espacios de libertad donde conocer una realidad cada día más manipulada y prostituida por esos grandes grupos de información. La tarea no es sencilla, pero todos, junto con la audiencia, somos la resistencia. Y la libertad de todos nosotros pende de un hilo en estos tiempos.