Luis Bru.
O la abogada María Márquez de Prado no tiene ni idea de lo que habla, o no se prepara los temas, porque en otro caso no se entiende, salvo que sea una tomadura de pelo, que base su argumentación para solicitar el archivo de la causa que se sigue contra Federico Jiménez Losantos por incitación al odio y la discriminación, según el artículo 510 del Código Penal, en los artículos de Libertad Digital de Yésica Sánchez, una firma de insolvencia científica y manipulación irrestricta; una colaboradora de Luis del Pino que escribe de música y de la dictadura cubana, que no publica de las falsamente llamadas vacunas desde noviembre, dado el ridículo patente que hizo.
El 6 de noviembre publicó que «la pandemia se ceba con los países menos vacunados: Rusia y Ucrania son los países con más muertos al día por COVID. Bulgaria tiene un colapso sanitario». No sabemos de donde se saca los datos, pero ni Rusia ni Ucrania son países que tengan un puesto destacado de muertos, ni Bulgaria sufre de colapso sanitario.
Simplemente delirante el 31 de julio publica otra crónica titulada «Astra Zeneca es tan segura y eficaz como las vacunas de ARNm». Ninguna es segura y eficaz no en el sentido que dice Yésica Sánchez, que se lo pregunten a Mariló Martínez Heredia, Johana Fernández Martínez y a Katya López, víctima de las timo vacunas.
Igualmente sin base, más allá de la mendaz propaganda, se el artículo publicado el 8 de noviembre titulado «Alemania se enfrenta a la pandemia de los no vacunados». Recordarán nuestros lectores que así se bautizó, por el artículo 33, una de las supuestas olas, con el fin de criminalizar a los no timo vacunados.
Podía la ignorante María Márquez de Prado haber recurrido a un científico de prestigio como Luc Montagnier, Premio Nobel de Medicina, al que Yésica Sánchez con osadía digna de mejor causa tildo de demente, para comprender lo que estamos viviendo y que Losantos ha querido hacer obligatorio. Dice el gran Luc Montagnier que «las variantes siguen a la vacunación», lo que se ha demostrado empíricamente, y que «la proteína Spike que viraliza la (timo) vacuna es patógena». Yésica Sánchez en un estúpido artículo se dedicó a decir que la proteína Spike es inocua.
Podía María Márquez de Prado, antes de meter la pata hasta el corbejón y hacer el más soberano ridículo, a los estudios de científicos como el Dr. Paul Alexander, el Dr. Byram Bridle, el Dr. Geert Vanden Bossche, la Prof. Dolores Cahill y los Dres. Sucharit Bhakdi, Ryan Cole, Richard Fleming, Robert W. Malone, Peter McCullough, Mark Trozzi, Michael Yeadon, Wolfgang Wodarg y Vladimir Zelenko, la Catedrática María José Martínez Albarracín, la profesora Karina Azevedo, la Dra Judy Mikovitc y miles más, que han advertido de los peligros genocidas de la timo vacunación con el veneno de muerte (Zelenko) o del ataque de bio terrorismo (McCullough). Pero ese implicaría buscar la verdad científica y salirse del sistema cosa para la que no están preparados ni María Dolores Márquez de Prado, ni el vocinglero Federico Jiménez Losantos, ni mucho menos la meritoria patética Yésica Sánchez.