Enrique de Diego.
Esta Castilla que también supo describir Miguel Delibes, o esta Castilla machadiana, tiene un grave peligro para sobrevivir, que no es otro que el PP. Tiene un peligro para salir adelante: la autonomía. Pero tiene un peligro mucho más grave, el de desaparecer de la mano de Alfonso Álvarez Mañueco, el muñeco diabólico, y de la agenda 2030. Esa agenda globalista cuyo emblema decora los actos de Mañueco y Pablo Casado significa, lisa y llanamente, la destrucción de Castilla, de todas sus señas de identidad y de su modelo de vida.
El PP ha funcionado en mi tierra según la vieja y gasta dialéctica izquierda-derecha que las medidas totalitarias sobre el covid y la inyección masiva del veneno de muerte, ambas tan caras a los globalistas y a su lacayo mayor en la región, Mañueco, el servil.
Lo grave es que muchos castellanos no son conscientes del peligro. Demasiados sólo ven la televisión. El redondel de los colorines que implica una utopía negativa no les dice nada. Mañueco es el caballo de Troya del nuevo orden mundial en Castilla. Y ese nuevo orden mundial lo que defiende, lo que propugna es la eliminación de la propiedad privada, un comunismo romo que se resume en la frase contenida en la agenda 2030 de que «no tendrás nada y serás feliz». Contiene otras muchas cosas, todas las cuales van contra el modo de vida de Castilla.
Por ejemplo, propugna no comer carne, erradicar la ganadería, el chuletón de Ávila, el cochinillo de Segovia, el lechazo de Sepúlveda, el chorizo de Cantimpalos y de León, la cecina de León, el jamón de Salamanca. A muchos ha llegado la estupidez de un ministro prescindible, Alberto Garzón, y los ganaderos se han indignado con él, con el Gobierno, con el PSOE y con Podemos. Pablo Casado ha tratado de capitalizar el malestar ante la metedura de pata visitando granjas y haciendo declaraciones.
Pero el peor peligro es él y lo oculta, se lo oculta a los castellanos. El niñato está vendido a los enemigos de Castilla y del mundo entero. Es un lacayo de Bill Gates y de los malditos globalistas, en su obsesión por eliminar población. Casado es un traidor, Y Mañueco, el peor. Defiende esas chorradas falsarias del cambio climático, que es una soberana guilipollez, pero en la que sus amos han invertido mucho dinero y quiere llevarnos a la esclavitud, hacer esclavos a los castellanos tan celosos de su dignidad y de su libertad.
Mañueco es un lacayo de lo peor del mundo, de lo más diabólico, de lo más satánico, y lo demuestra haciendo unos presupuestos para la agenda 2030, para exterminar a la ganadería castellana, para aniquilarla, abriéndole pasó a la mierda de «carne sintética» que prepara Bill Gates y que se va a comer con patatas.
El PP está metido en los tuétanos de Castilla, mediante el caciquismo clientelar. Muchos le votan sin querer ver el suicidio al que los lleva el traidor Mañueco. Por eso hay que votar a Vox, partido que ha sido criticado y seguirá siendo criticado en Rambla Libre, pero que se compromete a confrontarse con la agenda 2030. Mañueco tiene que pagar todas sus canalladas con el veneno de muerte como haber pinchado a los niños de Castilla y haber adoptado las medidas totalitarias. El PP en Castilla es lo mismo que el PSOE, ambos están sometidos a los poderes oscuros y diabólicos del inframundo.