En estos tiempos de multiculturalismo, open borders, alianza de civilizaciones, Black Lives Matter y demás subproductos averiados que intenta vendernos el globalismo, la publicación del libro de Jean–Patrick Arteault Por una brújula metapolítica y otros ensayos identitarios es una brizna de aire fresco en un panorama editorial tan censurado como viciado.
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👉Por una brújula metapolítica y otros ensayos identitarios, un libro fundamental de Jean–Patrick Arteault con prólogo de Fernando José Vaquero Oroquieta @FJ_Vaquero.
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— Letras Inquietas (@let_inquietas) November 11, 2021
La editorial Letras Inquietas ha tenido la valentía de traducir al español algunos de los trabajos más relevantes del profesor e historiador Arteault, uno de los intelectuales más prominentes del movimiento identitario francés y miembro de la asociación Tierra y Pueblo. Debidamente prologado por el navarro Fernando José Vaquero Oroquieta, quien nos ofrece una aproximación y síntesis a esta rica escuela metapolítica de pensamiento, Jean–Patrick Arteault desmonta, uno a uno y con la precisión de un neurocirujano, todas las mentiras, falsedades y calumnias que el sistema ha arrojado sobre uno de los elementos esencial que constituyen al ser humano: su identidad.
Además, Arteault hace una defensa contundente, a la vez que acertada, de la necesidad del arraigo, de la identidad, de las fronteras, de las naciones, elementos hoy «discutidos y discutibles» por los globalistas. Bajo su punto de vista, es necesario «afirmar posiciones claras con pleno conocimiento de que no son necesariamente audibles o aceptables hoy en día para una gran parte de la opinión pública general, incluso identitaria. Por decirlo sin rodeos, nosotros representamos un punto de vista ultraminoritario. Pero no hay razón para que un punto de vista ultraminoritario en un determinado momento no pueda tener pertinencia y legitimidad».
Así mismo, El profesor e historiador galo recalca la extrema necesidad de dar la batalla cultural porque «no hay razón para que un punto de vista ultraminoritario esté condenado a seguir siéndolo». Eso sí, matiza la importancia de no centrarlo todo a la obtención de triunfos electorales «sobre los que no tenemos ningún control concreto». Para el autor, la clave está en «posicionarnos en relación con los desafíos culturales y políticos a largo plazo de las etnias europeas para despertar y reunir una nueva vanguardia de la reflexión y de la acción».
«Se trata, para nosotros, de afirmar nuestro rol de escuela de pensamiento, pero en el sentido gramscista del término: el pensamiento preparado, hecho posible, acompaña a la acción y solo se justifica por la misma», concluye. Asumamos la realidad: la batalla cultural será a vida o muerte. Vayamos, pues, a ella.