Enrique de Diego.
Hete aquí que creímos estar en la sociedad de la información y nos hemos dado de bruces con que estamos en la sociedad de la manipulación descarnada, en cuestión tan esencial como la salud y la vida. «Hemos ido al matadero como borregos», señala una timo vacunada que ronda los 50. La manipulación es asquerosa, no se informa de ningún efecto adverso, con lo cual la timo vacunación parece una fiesta, cuando es llanto y crujir de dientes. 17.000 muertos, cuando la vacuna de la peste porcina alcanzó los 53 muertos fue retirada. No se da palabra a ninguno de los científicos, situados en la posición de disidentes. Veremos más adelante este aspecto de la sociedad de manipulación asquerosa y nauseabunda, porque entraña lo peor: la ocultación de la verdad, la exuberancia de la mentira.
Según un estudio de GAD3, hecho en colaboración con la Fundación AXA, para el foro independiente de debate Periodismo 2030 (unos adelantados), hecho público el 11 de noviembre de 2020, el 78% de los mayores de 60 años se informan por la televisión; sólo entre 18 y 20 años, afirman informarse preferentemente por redes sociales el 51%. Lo más grave es que el 90% asegura sentirse o estar bien informado.
La mentira domina en los medios de comunicación desde hace décadas, siempre ha sido parte de la farsa del sistema los medios de izquierdas y de derechas, las falsas polémicas entre ambos, siempre han tenido algo de ritual y de falso. Con todo el relato de la pandemia, dirigida la manipulación por la OMS, y por Anthony Fauci, se ha visto el engaño, para quien está despierto; todos los medios al unísono han dicho las mismas mentiras y han seguido las mismas consignas, y han tocado al son que toca el dinero, las farmacéuticas, sin importarle la salud y la vida de la gente. La timo vacunación, el bio terrorismo genocida ha sido presentado como un hapening a pesar de sus tremendos efectos adversos, debidamente ocultados.
La misma línea ha seguido A3Mierda, Telecirco, que Federico Jiménez Losantos, el enano globalista, que Carlos Herrera en la COPE. La misma caza de los grupos de edad que tocaba matar o timo vacunar. Nadie, salvo Rambla Libre y El Diestro, ha roto la línea a seguir. La manipulación ha sido total. Todos, de alguna u otra forma, viven del dinero público y se han prestado al juego genocida.
Si alguna lección hemos de sacar la pandemia, es que el periodismo ha de ser regenerado, no debe permitirse la mezcolanza de lo público con lo privado, las negociaciones oscuras entre los poderes políticos y los empresarios, que los actuales deben ser expropiados, y asumir responsabilidades penales, que no deben permitirse la presencia en varios accionariados, que las licencias de televisión deben salir a pública subasta. Eso de principio.
