Enrique de Diego.
El futuro es previsible porque el sistema miente siempre y no reconoce errores, sino que los intensifica, los profundiza. Toda el montaje. toda la farsa, movida bajo la dirección de la Organización Mundial de la Salud, que bien podría llamarse Organización Mundial del Genocidio, y de su donante Bill Gates, ha funcionado; controlados todos los medios de comunicación, de izquierda y derecha, en la operación las redes sociales, sin apenas resistencia, salvo en los Estados Unidos, donde es muy fuerte, en todas las naciones de la tierra una ola de totalitarismo recorre el mundo. El genocidio más grandes jamás diseñado, el recorte de libertades más brutal hasta la esclavitud más abyecta. se practica a plena luz del día. Las timo vacunas son la excusa perfecta, el arma letal demoledora, que los ciudadanos de todo el mundo se ponen o se dejan poner, por médicos y enfermeras, sin ningún consentimiento informado, introduciendo en su cuerpo la proteína Spike.
Geert Vandem Bossche señala que destruye el sistema inmunológico innato, Luc Montagnier afirma con total claridad y veracidad que las variantes siguen a las timo vacunas, y con ellas la muerte. No hay ningún control. Se hace un estudio sobre los timo vacunados japoneses y el resultado es «aterrador», los cuerpos están infectados de proteína Spike, la Catedrática María José Martínez Albarracín advierte que pasan al cerebro y a los pocos días sale un artículo en Nature de que los muertos por coronavirus tienen el cerebro reventado como por el Alzhemier y la demencia senil.
La máquina de triturar no se para, ante la evidencia de que en Israel mueren los timo vacunados, en Chile fallecen los timo vacunados, en Reino Unido mueren los timo vacunados. Todos los días se producen noticias, se evidencian hechos que debían parar esta locura genocida, si los Gobiernos velaran por la salud de los ciudadanos. No hay oposición, dedicada a exigir al Gobierno que timo vacune más. No hay Justicia, de vacaciones, sin indagar, ni preguntarse nada, prostituida.
Llegará el otoño, la parca se cobrará las vidas de los timo vacunados en proporciones descomunales. Este es el último verano en que el bichito estará ausente. De nuevo, volverá la histeria, en pánico y las televisiones nos señalaran a los no vacunados y a los niños como los principales responsables. Hay que armar la resistencia firme y fuerte, los padres deben rebelarse por el bien último de sus hijos. El sistema miente más que habla, se ha visto fuerte, tiene ansias de sangre, universal, nos quiere a todos pinchados en el corredor de la muerte; que nuestro suicidio sea voluntario. La resistencia tiene que pasar a la ofensiva.