Fernando Alonso Barahona. Crítico de cine.
Matías Piñeiro es el guionista y director de esta interesante película argentina que ha llegado a nuestras pantallas un tanto oculta ante otros estrenos de mayor relumbrón y publicidad.
María Villar, Agustina Muñoz, Pablo Sigal, Gabi Saidón, Ana Cambre, Guillermo Solovey, Tom Cambre Solovey, Alberto Suárez protagonizan esta historia:
Una actriz de Buenos Aires que desea conseguir el papel de Isabella, heroína de la comedia shakespereana Medida por medida, en la que es asistente su hermano. Para conseguirlo deberá, en una audición exigente, contestar un formulario personal, improvisar un monólogo basado en alguna experiencia de vida con su hermano en donde se cuente un dilema moral y, por último, la audición propiamente dicha, la interpretación de una escena de la obra de Shakespeare. Y sin embargo, lo más complicado será lidiar con sus propias frustraciones e inseguridades, concentradas, como en un espejo deformante, en la figura de Luciana (Agustina Muñoz), una antigua compañera de teatro, amante de su hermano y que es convocada también a participar de la audición por un papel que ya había interpretado en una versión anterior.
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Isabella ganó el premio a la mejor dirección e interpretación (María Villar) en Mar del Plata. Piñero ha logrado armar un rompecabezas sobre la mente humana y la dificultad de las personas en conocer lo que realmente quieren hacer en la vida.
Melodrama, teatro desnudando alma y sentimientos, unas gotas del famoso “Dogma “ ( que en España cultivara Juan Pinzás en su trilogía: Erase otra vez, Días de boda, El desenlace ) todo ello inmerso en la personal visión de su director, nacido en Buenos Aires, Argentina, en 1982 y que vive en Nueva York. Durante los últimos diez años ha estado desarrollando una serie de películas basadas en los papeles femeninos de las comedias de William Shakespeare.
Ha dirigido entre otras: El hombre robado, Todos mienten, Rosalinda, Viola, La princesa de Francia y Hermia & Helena
Y es que la originalidad de la propuesta reside en que se integra en esa serie de visiones que el director ha realizado sobre los personajes femeninos de las obras de Shakespeare. En esta ocasión bucea en “Medida por medida”.
Matías Piñeiro explora sigue la unión cruzada entre la vida, el teatro de Shakespeare, el cine y el universo femenino. Antes hemos hablado del Dogma, pero el director se mueve también entre la “ nouvelle vague “ y la postmodernidad, lo que le lleva a reflexionar sobre la dicotomía entre lo cotidiano y la intimidad. Aquí la influencia del Resnais de Muriel es clara.
En Isabella, todo parece circunscrito al proceso de composición de una obra: la escritura, los ensayos, la escenografía, las audiciones. El teatro- la ficción – se entrelaza con la vida y la cámara es el testigo privilegiado de esta relación.
Las escenas desmenuzan a Shakespeare en fragmentos de experiencias personales, teatrales y fílmicas. Los actores desafían primeros planos largos con los que Piñero quiere fusionar la teatralidad y la vida. De este modo logra una notable introspección psicológica a condición de que el espectador participe en el juego artístico y penetre en la esencia de los personajes, lo que no es desde luego sencillo.
Los tiempos narrativos se encuentran escindidos y por tanto el pasado, el futuro, así como el presente de la narración se intercalan con un estilo cercano a Eric Rohmer y sus Cuentos morales ( otra de las grandes referencias cinéfilas de Matías Piñero ).
Isabella se compone de recovecos que llegan a formar un laberinto del que a veces es difícil salir. Las dos actrices están espléndidas aunque el estilo desapasionado del director las haga parecer frías en algún instante.
La hermosa fotografía de los paisajes parece en ocasiones una especie de reflejo de la sinuosidad de las diferentes etapas de la vida. Película sin duda compleja y no apta para todos los gustos.
Y, sin embargo, merece la pena descubrirla.