Enrique de Diego.
Corría el 15 de mayo de 2011, cuando desde Rivas Vaciamadrid, Tania Sánchez, organizó una quedada en Sol, con el fin de revitalizar una anémica Izquierda Unida, pronto se sumaron unos profesores de Políticas aventureros, que introdujeron un discurso de «No nos representan». Julio Ariza y Mariano Rajoy, dos torpes estrategas, decidieron que eso podía dividir el voto del PSOE y que había que apoyarlos. Intereconomía hizo una retransmisión en directo las 24 horas del día y llevó de contertulio a El gato al agua a Pablo Iglesias. La ficción y el engaño han durado demasiado y las campanas ya doblan a muerto por la escoria podemita. Han vivido la fábula del faisán que a la hora de comer pierden los papeles como las gallinas.
No nos equivoquemos de enemigo: es el PSOE, Podemos es una mierda pinchada en un palo, los coros y danzas del sistema. Pero es el PSOE el que se merece tener un fuerte voto de castigo en las elecciones de Madrid. Es el PSOE el que mantiene las más execrables y destructivas líneas de destrucción de la textura vital de nuestra sociedad: la inmigración irrestricta, ahíta de delincuentes, con las fronteras porosas y con Marlaska inexistentes; el que lleva de número dos a la Comunidad de Madrid a Hana Jalloul, que ha montado el desastre de Canarias, y que debería dimitir pero concurre a las elecciones, y deslegitimarla es clave para que Canarias se salve.
Es el PSOE el que ha impuesto las vetas más destructivas de la ideología de género, empezando por la eliminación de la presunción de inocencia de los varones blancos, que es preludio de su genocidio, que no tendrá lugar, porque estas elecciones han sido puestas por la Providencia como última oportunidad para barrer todo el mal de este mundo. El PSOE el que experimenta el odioso lenguaje inclusivo y sus corolarios. Es el PSOE el que se apunta a un bombardeo, fuera del sentido común, con tal de avanzar en la agenda 2030, a la que tan adicto es Pedro Sánchez, carente de ideas de izquierda, trocada por esta mutación hacia la estupidez. Es el PSOe el que tiene una concepción instrumental del poder como oficina de colocación irrestricta.
Y es el PP el que, por complejos, le ha hecho el juego. Así que Vox debe cumplir su misión histórica de entrar a gobernar y salvar a nuestra sociedad de esas vetas destructivas: deportar a los irregulares y devolver todos los derechos a los varones blancos, empezando por la presunción de inocencia. Hay que castigar al PSOE por todo el mal que ha hecho.