Ariadna Cabrera.
Muchos canarios tienen miedo a hablar para no ser señalados de racistas o xenófobos por cuatro canallas, algo que es un error que les puede costar muy caro.
ESTRATEGIAS DE MANIPULACIÓN PARA GENERAR CULPA
Llamarles racistas, xenófobos o ultraderechistas es sólo una estrategia de manipulación psicológica de los que han convertido las islas en un gran campamento de inmigrantes y tienen su futuro y el de los suyos asegurado.
No se dejen engañar o manipular, se juegan todo.
ENVIAR A LA PENÍNSULA SOLO AGRAVA LA SITUACIÓN
La falsa creencia de que enviando a los ilegales a la Península acabará con el problema es tan infantil como naif.
Enviar a la Península solo generará un evidente efecto llamada y no cesará nunca el flujo de pateras y cayucos y, con ello, el deterioro de las 7 islas, especialmente Gran Canaria. Simplemente cambiarán unos ilegales por otros.
¿Cuánto creen que la Península permitirá esas evacuaciones masivas a sus calles? Poco, ya se lo adelanto, y Canarias se convertirá en otro Lampedusa con un estilo de vida similar a un barrio musulmán de Melilla. ¿Quieren eso?
A ver, señores canarios, ¿de qué creen que vivirán miles y miles de ilegales sin dinero, vivienda ni trabajo? Primero copar las ayudas sociales y que los españoles no puedan optar a ellas, luego aumento de paro y bajada de sueldos porque con tanto ilegal sin trabajo muchos lo harán todo por el mínimo.
¿DE QUÉ VAN A VIVIR LOS CANARIOS SIN TURISMO?
De nada, porque su subsistencia depende del turismo y si no cesa la inmigración masiva nadie querrá ir a Canarias de Turismo, nadie ¿De qué van a vivir y qué futuro les espera a sus hijos?
Los canarios no tienen margen para ver qué pasa ni para experimentos si no quieren hundirse.
Déjense de creer que enviando a la península a estos ilegales se acaba el problema, porque solo crecerá. Miren lo que dicen en Suecia, Dinamarca o Polonia, que eran tan abiertos a dejar entrar africanos y marroquíes… Que fue un grave error y se arrepienten, Polonia ni los deja entrar.
Salgan a la calle y exijan la única solución posible… La deportación.
Es una cuestión de supervivencia, ni racismo ni xenofobia, y no acabar como hoy está Sudáfrica.
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