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Abstención es rendición

Redacción




Javier Fernández, el lacayo de Génova. /Foto: Telecinco.es.
Javier Fernández, el lacayo de Génova. /Foto: Telecinco.es.
La Gestora de los pedricidas. /Foto: asturgalicia.net.
La Gestora de los pedricidas. /Foto: asturgalicia.net.

Enrique de Diego

Después de la tempestad viene Javier Fernández; la calma chicha, la nada existencial, la insoportable levedad del PSOE, el rancio felipismo sin atributos, con la torpe costurera.

Los de la Gestora tienen una sonrisa fría de circunstancias tras el pedricidio y el asturiano Javier Fernández parece un enterrador o un pato mareado o un pulpo en un garaje. Calma, tranquilidad, va recomendando, mientras el agua sube sin que nadie achique, al tiempo que todos reniegan de Pedro -¡qué ruin es la condición humana, incluso la socialista, tan presuntamente solidaria!- y le van subiendo hasta el gallinero en el Congreso.

El último en traicionarle, el mayor traidor, Antonio Hernando, el tibio de gafas azules, que en los últimos compases declaró que hasta él también había dudado de la abstención. Hay ratas voladoras que abandonan el barco pero para saltar a otro. Ahora resulta –cosas veredes, amigo Sancho– que todos en el grupo parlamentario estaban por la abstención mientras votaban no.

Javier Fernández, el socialista de la triste figura, va diciendo pequeñas insidias propias de una tertulia pepera a machamartillo de 13 TV. No es que el PSOE se esté derechizando a la carrera, es que Corcuera ya es un fijo de la gravosa televisión de la Conferencia Episcopal, cual si fuera Demóstenes o Cicerón.

El tal Fernández o no se entera o es que quiere volverse cuanto antes a Asturias después de ir haciendo unos cuantos jirones más; no por mala fe, simplemente por ignorancia supina. “Abstención no es apoyo”. ¡Valiente memez! Tras el pedricidio, los toscos conjurados deambulan por el escenario a trompicones como beodos, con las manos manchadas de sangre, sin rumbo, ni horizonte. Ahora se han inventado lo de “abstención técnica”. Funambulismo semántico.

La abstención ni es apoyo ni es técnica, es simplemente rendición. Abstención rima con rendición. Y sin condiciones, que luego hay que aprobarle a Mariano los Presupuestos y pactos de Estado y lo que se vaya terciando, y chitón sobre la reforma laboral, y a tratarle de usted sin olvidarse del don, que si no rompe el jarrón chino y al PSOE le toca presentar como candidato a presidente al muermo de Eduardo Madina, el telefónico, o a la histriónica costurera que está dejando a Andalucía a la suela del betún con la indigencia de su discurso político: “el PSOE no tiene bandos, ni es una banda” o “el PSOE es mucho PSOE”. Ésta no le ha zurcido unos calcetines al “tieso” en la vida, como para zurcirle las heridas a la PSOE.

Tras el pedricidio, el PSOE es una mezcla de sainete y de tertulia de 13 TV, lo cual es redundancia. Un esperpento. Fernández, el de la triste figura, dice que “el PSOE se había podemizado”, que es argumentario de Génova, como la vituperación constante hacia la militancia socialista, que, a tenor de sus reyezuelos de taifas, se ha tornado radical, impresentable, vociferante, irresponsable y lo mejor es no dejarla hablar, en nombre de la democracia representativa.

Dicen los cultos latinipardos de la PSOE que hay que “hacer pedagogía”. Es decir, explicar lo de la abstención, que, al parecer, va a ser técnica y trifásica.

La verdad es que quienes necesitan pedagogía son los reyezuelos de taifas, sus sicarios y el de la triste figura: abstención es rendición, con todas sus consecuencias; es someterse y satelizarse al PP; es la gran coalición sin ministerios; es un suicidio por sobredosis de estupidez con altos porcentajes de arrogancia felipista, y de corrupción de Bono, en el brebaje.

Lo mejor que harían el de la triste figura y la costurera –Susanita tiene un ratón, que es el telefónico Eduardo Madina– es poner en marcha desde ya la doble afiliación: PSOE y PP, que, al fin y al cabo, la misma mierda es, como se decía en Sol.

¡Vuelve, Pedro, vuelve!, gritarán las bases socialistas más pronto que tarde, reclamando al hombre que ha demostrado templanza y fortaleza de ánimo en grado heroico, ante este servilismo vacuo, insustancial e insufrible al servicio de los felipistas cascarrabias y corruptos.