Enrique de Diego.
Mírate, chulo puta Pedro Sánchez, grandísimo hijo de la gran puta, con el pin solapa de nuestra perdición, de la agenda 2030, y el piltrafilla de tu vicepresidente, Pablo Iglesias, de la agenda 2030 también, auténtica señal de la bestia inmunda, de toda la basura globalista. No podrías nada sin el enjuague que tenéis con las televisiones, que bailan al son que los tocan. Ahora toca ocultar Canarias, de Canarias no se habla y los canarios están que trinan del silencio mediático, de que se les ha dejado solos.
En su último artículo, el filósofo austriaco Karl R, Popper, al que tiene en mente tu amo, el señor de las tinieblas, George Soros, el de la Open Society remedo de «La sociedad abierta y sus enemigos», y que tan mal le entiende; pues en su último artículo afirmó quela televisión acabaría con la civilización; así, es un peligro letal para la civilización, y proponía un examen de ética para los profesionales del medio y el que no lo aprobara no podía salir en la caja tonta. Desde luego, ninguno de los que salen lo aprobarían porque son la voz de su amo.
Los medios de comunicación tienen la línea editorial férrea de la gran sustitución, están pensados para llevarnos al matadero y a la extinción, están pensados para mentir y desarmarnos y entretenernos. Son nuestro enemigo y como tal deben ser tratados. ¡Apaga la televisión si quieres sobrevivir! ¡Apaga el televisor si quieres luchar por la supervivencia de los tuyos y por la supervivencia de la civilización! No existen los periodistas, son meros magnetofones, papagayos, que lanzan e infirman según las consignas de sus amos, que pertenecen a las élites. La libertad de expresión se ha convertido en una quimera. Son unos pocos los que mandan y el resto obedece sin pensar o armando un circo o la apariencia de un galimatías donde se reparten los papeles de la farsa, para enloquecer y divertir al personal, entre los derechas y los de izquierdas. ¡Maldita diversión!
Tienes las televisiones por concesión graciosa del Estado, sirven a ese consenso del gran reemplazo, utilizan una semántica idéntica, sus propietarios, Silvio Berlusconi entre ellos, tienen canales de supuestas ideologías contrapuestas, pero en el fondo son iguales. Les alimentan continuamente: 15 millones de euros entregados en plena pandemia para las televisiones, que son el arma preferida del sistema. Ana Rosa o Susanna Griso, la elección es ficticia. La Cuatro o La Sexta, dos caras de la misma mentira, Antonio García Ferreras está emparejado con Ana Pastor, el «Ministerio de la Verdad», deciden lo que es verdad o mentira, en un ambiente de nueva censura, que pocos se atreven a sortear: La Voz de César Vidal, Estado de Alarma, de Francisco Negre y Rambla Libre. En las redes sociales se va imponiendo, poco a poco, la censura. Hay que buscar y emigrar a redes sociales más abiertas.
Es una lucha a vida o muerte, por la supervivencia, y hay que darla desde la fortaleza con constancia, día a día. No se informa de nada de los importante. Se silencia la nacionalidad de los delincuentes, la religión de los terroristas. No es informa de Canarias porque ha hecho estallar todas las costuras del sistema: sólo varones, nada de familias, ni refugiados, no huyen de ninguna guerra. Se ha hecho el silencio informativo, denso, opaco. Todos los medios juegan en nuestra contra, pero tenemos el poder, sólo hay que ejercerlo, hay que ser fuertes y pagar la televisión, acudir a los pocos medios que practican el periodismo como contrapoder.
Tú, chulo puta, grandísimo hijo de la gran puta, Pedro Sánchez, no te saldrás con la tuya. Nuestra civilización sobrevivirá, entre otras cosas, porque sería el final de la especia, el fin del mundo.