Enrique de Diego.
¡Ay! que risa, tía Felisa, hay colas en la sede de Madrid para celebrar tu fracaso anunciado en la moción de censura, Santiago Abascal. Figurantes rolleros, farsantes de tomo y lomo cuando las afiliaciones en Vox se hacen telemáticamente. Y a la estadista Ana Vega abre también los lunes, no pega un palo al agua, se pasa la vida confeccionando listas negras, eso dicen, la sede para la riada de afiliaciones, ja ja. Y dicen que en la sede no funcionan los servicios, así que huele a cloaca. En verdad Vox es un estercolero. Lo siento, te vas a convertir en un clásico de mi pasión epistolar, y Juan Ernesto Pflüger, tú sectario e inútil jefe de comunicación. Te coges, por de pronto, mi carta en la que vaticinaba que con la moción de censura habías firmado tu sentencia de muerte, que tan mal te ha sentado. Por de pronto, te dije que tenías que aclarar tu mansión y te lo han tenido que sacar. Primera en la frente, lechón, cuando a los españoles les va tan mal, a ti, cochino, te va tan bien. Y también te dije que la moción era tú último servicio al sistema, que necesita drama y espectáculo para sobrevivir en esta muerte agónica del Estado de Partidos.
Eres un fiasco, un caudillito de opereta, un parlamentario de cuarta, que has presentado una moción llamada a fracasar, pero no tanto. Si planteas una moción de censura contra Pablo, Pablito, Pablete Casado, el cagica, lo normal es que se defienda y te recuerde que tú has sido el chico de los recados del PP, que había que montarte chiringuitos para mantenerte, y que lo has sido durante 15 años. Nada ofende más que la verdad y te ha dicho las verdades del barquero. Y tú no has sabido reaccionar, te has quedado helado, como un pazguato, has balbuceado que no te esperabas eso. Ahora si no rompes los pactos estás muerto, eres un cadáver político, porque en política no hay nada peor que hacer el ridículo y tú lo has hecho a modo. Y si rompes los pactos, también estás muerto, un poco más tarde, pero muerto, al fin y al cabo. Aunque los de Murcia, ya te han dicho que nainai del peluquín, pero siempre te quedará la estadista, Ana Vega, pero es un cero a la izquierda. D esa huyen despavoridos, de más de 3.000 han pasado a unos escasos 1.600 con derecho a voto, y se ha ido Guillermo Trancón, coordinador del distrito 5, harto de vejaciones por parte de los mediocres.
Pero ¿para qué se va a afiliar a Vox todos esos figurantes? El militante de Vox es el pagafantas que no tiene ningún derecho. La estructura de poder es jerárquica y piramidal, y tienen derecho a aplaudirte a ti, en un culto a la personalidad de un macarrilla. No, Vox no es la estación de término, sino apeadero del Estado de Partidos. Y cuando convocas elecciones a los Comités Ejecutivos Provinciales la elección es un fraude de tomo y lomo, como, por ejemplo, en Alicante, donde sabían, ese par de dos, Ana Vega y Mario Ortolá, la Pablo Iglesias y el Irene Montero alicantinos, la fecha con antelación, tenían los censos y tenían a Juan Ernesto Pflüger que en eso de romper urnas está muy ducho, aunque no sepa hacer la o con canuto. Si gana Rafael Ramos, y es claro que ganó, se repiten.
Te recuerdo algunos olvidos: de la página web de Vox ha desaparecido el manifiesto fundacional, quizás porque aquello de que no cogerías las subvenciones, lechón, y las has cogido el primero, cochino. Incumplimiento clamoroso que te inhabilita y te incapacita para regenerar nada, porque aquí hay que generar, y para eso tú estás de más, que el que nace lechón, muere cochino. Y tú has pertenecido al PP más corrupto, el de Esperanza Aguirre, como Pablo, Pablito, Pablete Casado, el cagica, que te ha salido respondón con el «Hasta aquí hemos llegado». Eres únicamente un macarra de gimnasio, un Mussolini de comedia bufa. Y el manifiesto fundacional también se hablaba de las primarias y te las cargaste, cochino. Así que no hay ninguna ola de nuevos militantes, sino de gente buena y sana como Guillermo Trancón, que creyó en unas ideas y ha visto como Vox se convierte en un pudridero, en un estercolero, donde se medra por ser el más pelota, donde la Patria está de saldo y se vende a precio de baratillo, donde en las Cortes Valencianas cohabitan un padre y su hijastra, y donde todo se ha llenado de estómagos agradecidos y el partido es más de lo mismo.
Evítanos tú ridículo, no lo hagas más, no te pongas en evidencia, que el que nace lechón muere cochino, y tú naciste lechón, luego…
Carta a Santiago Abascal: Has firmado tu sentencia de muerte