Querido y extrañado Papá:
España ha dejado atrás su tiempo de libertades, la conquista de los derechos y la valiosa generación constructiva que proveyó a millones de ciudadanos con paz y prosperidad generalizada. Son tiempos de oscuridad, de matanza encubierta, de ruina provocada con la disolución de esos derechos antes inalienables, cuestionada la razón de ser constitucional que brindó un consenso hoy roto por auténticos hijos de Satanás. Porque no es cuestión política el advenimiento de estas hordas de inútiles y soberbios mamarrachos que nos conducen a la destrucción sino algo mucho más profundo: es inherente al carácter de los espíritus inmersos en estos tiempos apocalípticos con la dicotomía del Bien y del Mal, repartidas las fuerzas en este 2020 representativo de los signos de los tiempos fácilmente reconocibles por el pútrido carácter satánico de quienes los protagonizan.
No, amado Padre, no es cuestión de política sino de la deformidad de las almas cuando contemplo a los vanidosos personajes del escenario del mal que escenifican esta caterva de mediocres embebidos de poder, después de amañar los modos de llegar y permanecer engañando a todo un país circunspecto y cobardemente sumido ante la manipulación exterior con la pandemia mundial-la guerra bacteriológica surgida de China, pues muchos son los médicos amordazados que están avisando del engaño una vez pasados los efectos mortales del ataque de marzo-, para abocarnos a toque de queda, como mal menor lo cuelan, con el pretexto de combatir sanitariamente la Covid 19. Hasta el propio inventor de los PCR advierte que un positivo no significa que lo sea en Covid puesto que se pueden detectar otros virus con la prueba y no por ello ser infección de coronavirus. Son muchas las advertencias del engaño que supone alargar los efectos nocivos de la alarma sanitaria sin otro motivo que el rédito político o el cumplimiento de una oscura agenda del NOM, además internacional; tantos como los métodos de censura para anatemizar a los expertos, peyorativamente denominados “negacionistas”. Vivimos, ciertamente Papá, el traslado del platónico Mito de la caverna extendido al tercer milenio. No ha aprendido la Humanidad nada.
Este desgobierno de elementos criminales mata, expande los efectos pandémicos y esconde la mano ejecutora para después erigirse en salvadores de mierda masacrando económicamente España. Qué mejor forma de dominar sin resistencia. Al contrario que los nazis del III Reich-aun siendo de la misma condición, igualmente estalinista pues se complementan con lo peor de cada extremo-, estos sinvergüenzas genocidas no potencian la economía porque el dictadorzuelo trepa de saunas gay, ahora okupa monclovita, no goza de las simpatías ni de la confianza del Pueblo pese a los engaños del burdo y payaso Tezanos que ha enguarrado la dignidad del CIS. El virus no mata tanto como la intención de aprovecharlo para sacar beneficio sectario.
Asesinato fue el tuyo cuando, por ser mayor de ochenta años, te sacaron de la sala de diálisis en el Hospital Gómez Ulla para cumplir el protocolo genocida de internarte con infectados de la Covid 19. El día anterior habías dado negativo pero esos robots del demonio procedieron con obediencia criminal a exterminarte. Eso fue asesinato por parte del hijo de la grandísima que ahora se tapa la chepa con un moño siendo igual de majadero y criminal que cuando la ocultaba tras una hedionda coleta. Los miserables, tramposos catetos y cantamañanas financiados por el narcotráfico fueron los que te mataron junto a tu consuegro Enrique y decenas de miles de inocentes. Esas bestias que viven todavía para destruir cuanto construisteis una generación que no tenía precio, enterrada y aprovechando la pandemia para sacar ese rédito político que se les indigestará tragando las brasas del averno cuando les toque dar cuenta de sus obras. Porque las darán oyéndose sus gritos de terror tan cual escucharía Lázaro del rico Epulón.
Amado Padre, están matando a España. Con la lenta agonía de la estrategia callada, excusada, aspirando la energía que la mantiene viva para poner precio al oxígeno de la supervivencia. Son estafadores, asesinos, gentualla de poca monta que aprovecha la estafa personal para expandir sus efectos con la artimaña política. Son genocidas y reúnen lo peor de la historia, la compilación de los traidores, de los hipócritas, de los embusteros sin escrúpulos, para llevar a cabo planes de codicia con delictivo disimulo, evidencia de lo rastrero cuanto más se pretende encubrir en los medios de comunicación comprados, como el mismo Partido Popular al que se le ha visto tal plumero de la traición que han vejado a todo su electorado con la entusiasta, brillante y carroñera intervención de Pablo Casado ,aplaudido por los genocidas que protege la prostituida Fiscalía General del Estado y hasta por la misma ETA.
La España que no matan, Papá, se suicida como ayer lo hizo con efecto retardado un sectario PP que ha traicionado a toda la España dañada por estos miserables a sueldo de Satanás. La llamada derechita cobarde huele ya a azufre de tanto practicar la tibieza. Desgraciadamente el mal pone precio de saldo a la dignidad de los políticos que soportamos y a la España suicidada que, en su mayor parte vendida, calla.
Y lo que queda por vivir, añorado Padre, lo que queda; porque Satanás está representado por majaderos inmundos pero han tomado al poder una España, si no se remedia, rendida, y dócilmente suicidada.