Enrique de Diego.
Te va perder la vanidad, José Bono. Eres el peor de los corruptos, lo quieres todo: dinero, hípicas, áticos, colegio suizo para la pequeña, una cuenta bien dotada en Bahamas, y fama. Tú corrupción es impúdica, a plena luz del día, y te permites fichar por «La hora de la 1» y «Ya es mediodía» y, bueno, eres un habitual indecente y garrulo de La Sexta Noche, donde poniendo cara de hortera y voz gangosa dice eso de el régimen del 78 tiene muchos argumentos para convencer e integrar, por Pablo Iglesias. Mira, pedazo de carne con ojos, eres la vergüenza de todos los castellano-manchegos que te votaron por aquello de la felicidad que sienten todos esos idiotas de que les roben los suyos.
Pero no les va hacer gracia, a esos desgraciados sin dignidad, cuando lleguen los recortes de guadaña y entonces Hípica Almenara, que te la hizo gratis Onde 2000 que sólo trabajaba para ti, pero no sólo, hay quien puso los grifos, quien los alicatados y quien los caballos. Escrito en El Confidencial: «José Bono entregó en mano a un estrecho colaborador 100.000 euros en billetes de 500, envueltos en papel de periódico, para adquirir un caballo de competición a finales de 2005. El animal, llamado Farceur du Haul, se compró al jinete francés Robert Breul, siendo aquél ministro de Defensa, a través del marchante Guy Jonquères d’Oriola, que cuatro meses después facturó el caballo a nombre de Rafael Hoteles S. A., propiedad del empresario e íntimo amigo de Bono Rafael Santamaría, dueño también de Reyal Urbis». Y no pasa nada, mangante. Rafael Santamaría tiene el récord de deudas con Hacienda, pero se permite hacer regalos, que no regala, para cubrir los 100.000 euros que tú has robado en comisiones a todo el mundo de Castilla-La Mancha, que te las recogía Fernando Jérez Alonso. Y la Justicia, mutis por el foro.
La Justicia se negó a investigarte haciéndose cómplice de tu corrupción. La Justicia española, la gran corrupta. Sentencia don Antonio García Trevijano que «la corrupción no la causa la débil moralidad de los gobernantes, sino la impunidad de sus crímenes». Es tu caso. Tú impunidad resulta tan clamorosa como asquerosa. Y te paseas por la televisión de Pedro Sánchez regodeándote, pero ya viene el tiempo de la ira de los españoles, cuando los recortes en los salarios hagan el ambiente social irrespirable, cuando se asalten los supermercados y los ocupas campen aún más por sus fueros, entonces Hípica Almenara será un objetivo legítimo y todo tu imperio inmobiliario resultara odioso. Entonces la impunidad se acabará de golpe y porrazo y ya no le hará gracia a ninguno que les hayas robado, porque no serán de izquierdas o derechas, sino que estarán todos contra esta casta de parásitos de la que tú, José Bono eres el paradigma.