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Fase 2: Moción de censura al Estado de Partidos

Redacción




Enrique de Diego.

Hay presentada por el pueblo español una moción de censura al Estado de Partidos, no a éste o al otro, sino a todos. No tiene fecha, pero es ineludible y concluyente. Y no tiene otra salida que la República Constitucional. Un primer síntoma significativo ha sido el fuerte incremento de la abstención activa en Galicia y Vascongadas, que daña la legitimidad de origen y representa un primer aviso al sistema.

En Galicia la abstención se elevó hasta el 41,12%, siendo sensiblemente mayor en las provincias costeras, de electorado más urbano, ilustrado y crítico. En la Coruña fue del 42,03%, en Pontevedra, del 41,06%; por contra, en Lugo fue del 40,03% y en Orense, del 39,21%, donde está más instalado el caciquismo y el voto cautivo. En Vascongadas el castigo a la casta fue aún mayor: el 47,04% decidió no votar y fue mayoritaria esa decisión en Bilbao, donde se fue al 51,40%. Ese rechazo acusado al Estado de Partidos no es inocuo, pasará factura a medida que se desarrollen los acontecimientos traumáticos y liberadores.

Diferenciar lo esencial de lo accidental

En política es imprescindible diferenciar lo esencial de lo accidental, lo estratégico de lo táctico. En términos esenciales, el sistema está quebrado, el modelo de Estado de Partidos hace aguas por los cuatro costados. Según la OCDE, España perderá el PIB entre un 11,1% y un 14%, peligra la recuperación, lo cual es una elipsis para decir que no habrá recuperación; sin el sector turístico, sin el chorro de dinero, no hay recuperación posible. El FMI indica también el descalabro: bajada del PIB el 12,8%, subida del déficit al 13,9 y la deuda a un imposible 123,8%. España es incapaz de sostener un sector político de 400.000 profesionales que viven del Presupuesto, más asesores, jefes de prensa y de protocolo. Eso es lo esencial: no puede sostener tanto político sean del signo que sean.

La sociedad dual que describí en 1996 ha hecho quiebra: los que dependen del Estado para financiarse y sobrevivir -pensionistas, funcionarios, el citado sector político, parados, menesterosos, comedores sociales, Caritas, Curz Roja…- es mucho mayor que el tambaleante sector productivo. Baja la recaudación. Esto es esencial. La lógica del sistema es subir exponencialmente la presión fiscal…Para recaudar menos.

Adhesión acrítica a unas siglas o a un líder

Lo accidental, las coartadas del sistema, porque el Estado de Partidos precisa espectáculo, es la moción de censura de Vox y la caja B de Podemos. El militante o simpatizante se mueve por el sentimiento de adhesión histérica, mediante la servidumbre voluntaria. Los seguidores del Estado de Partidos se adhieren acríticamente a una siglas y a un líder, ya que no tienen representación, exageran las apariencias, al no tener un diputado al que exigir. Son cuanto más siervos voluntarios más vociferantes, dentro de los bloques derecha-izquierda, sin ser capaces de discernir que en el Estado de Partidos esa diferencia ha dejado de tener sentido y todos los políticos, con distintos argumentarios, incluso supuestamente contradictorios, tratan de aumentar la gente que colocan y su enriquecimiento personal. El siervo voluntario es feliz cuando le roban los suyos.

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Podemos se diluye como un azucarillo

Descartada, en los términos de la realidad, el riesgo de una dictadura comunista dada la endeblez de Unidas Podemos galopando hacia el testimonialismo de Izquierda Unida o la extinción, cuando ha estallado el harén y se ha descubierto la mentira, muy propia de los comunistas, y la hipocresía con la caja B, escondido Pablo Iglesias en su dacha de Galapagar-La Navata, que es de lo que se trata, del enriquecimiento personal, que es la lógica del Estado de Partidos, tras una seguridad que cuesta al contribuyente dos millones de euros anuales, Podemos ha entrado en boxes para no volver a salir. Su tiempo histórico ha pasado y todo le va a ir a peor de ahora en adelante, tras haber provocado el pánico en cierta derecha. Se diluye como un azucarillo.

Julio Ariza con Santiago Abascal. /Foto; prnoticas,com.

El Estado de Partidos precisa drama y ahora le toca ponerlo a Vox 

En el circo que es el Estado de Partidos precisa drama. El encargado de esa tarea de bufón es Santiago Abascal. Algo en lo que es ducho. Antes de desfallecer, tiene que ofrecer espectáculo dramático. Tiene que hacer olvidar, por lo demás, su recién estrenada mansión de un millón de euros y lo cómodos que están la poltrona autonómica los suyos. Vox no llega ni a disidencia controlada, se queda en bufonada. Abascal presenta moción de censura como brindis al sol, para canalizar el descontento popular y pugnar por el liderazgo de la derecha a Pablete Casado, con serios problemas con su hierática portavoz, Cayetana Álvarez de Toledo. En otro caso, Santiago Abascal hubiera consultado con Casado, al que quiere achicharrar. La moción de censura es arma de doble filo, te da protagonismo, pero puede ser letal. Esta lo será. Sin ninguna posibilidad no solo de triunfar, sino de sacar un voto de más, Abascal anuncia para después movilizaciones. Un inteligente tuitero escribe: «Yo creo que Vox es la última bala del Sistema para mantener a la derecha sociológica dentro del Régimen del 78. Me llama la atención que ya no hablan de suprimir autonomías ni subvenciones a los partidos políticos». Acierta. Recogidos los 13 millones de subvenciones estatales es ya plenamente el sistema y cumple su papel de coros y danzas. Dentro del sistema no hay solución y Vox no lo es; es parte del problema y no de la solución. Ahora pone en marcha, para captar subvenciones que luego dirá que las coge para no estar en desventaja. Vox, al fin y al cabo, tiene que justificar sus sueldos.

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Un sistema putrefacto, como la estaca de Lluís Llach

Lo que se ve venir, de lo que está preñado el aire, para lo que se dan las condiciones objetivas es para una moción de censura monumental y triunfadora contra todo el Estado de Partidos. Una eclosión social generadora de una sociedad civil fuerte que tumbe al sistema muerto, putrefacto y carcomido, como la estaca de Lluís Llach. El detonante puede ser otro intento de confinamiento, que la BBC da por seguro para el 18 de septiembre. una pretensión de hacer obligatoria la vacuna del coronavirus, que se abra la certeza de que Pedro Sánchez no es más que un pelele en manos de George Soros y Bill Gates, que la gente se canse de contarse sus penas por wasap, que la opinión publicada se distancie tanto de la opinión pública que ésta desconecte, que en la desesperación la gente hace cosas desesperadas pero también recupera el coraje, la cordura y la sensatez y diga hasta aquí hemos llegado o que colapse el sistema y se extienda la ola incontenible en un relámpago de dignidad y en llamaradas de proeza. Entonces, la gente a tientas buscará una solución y correrá de boca en boca mi libro «República Constitucional» y c¡encontrará la salida de una República con 600 políticos, llena de representación y separación de poderes.

Como un sifón que se tragará todo el agua sucia acumulada

Será como un sifón. Imagino una bañera llena agua sucia, la sociedad española, se retira el tapón del Estado de Partidos y, de golpe, toda esa agua sucia es succionada, girando en ruidosos remolinos alrededor de la boca del desagüe, más y más rápidamente, con más y más fuerza, incontenible, que se llevará toda la podredumbre acumulada desde el inicio de la transición hasta nuestros sufridos y doloridos días. Será un nuevo comienzo de la nación.