Enrique de Diego.
Es una completa indignidad nacional que esta sociedad, y la Judicatura, siguen mirando para otra parte, y se le rían las gracias al mayor corrupto de España: José Bono, exdepredador de Castilla y La Mancha.
Al lado de la corrupción patente de Bono la de su amigo Eduardo Zaplana palidece. He escuchado a alguna periodista hablar de los síntomas de enriquecimiento de Zaplana, que no habían sido detectados o tenidos en cuenta por el PP, pero el PSOE, este infame PSOE, que no está para tirar la primera piedra sino para que lo lapiden, mira para otra parte -como toda la nación- hacia el enriquecimiento clamoroso y ostentoso de Bono. Al fin y al cabo, Rosa Barceló, la esposa de Zaplana, es rica de familia, con un Hotel de 4 estrellas en primera línea de playa de Benidorm, mientras que Bono llegó a la política con una mano delante y otra detrás, con deudas, y ha acumulado un patrimonio impresionante, mucho mayor que Zaplana, y no ha sido de los sueldos públicos sino de las comisiones.
Al fin y al cabo, por decir un ejemplo, Zaplana no tiene una Hípica como la de Almenara, ni una cuadra de caballos.
Se dice que Zaplana tiene 10,5 millones en Panamá, pero Bono tiene 160 millones en el Banco de Santander en Las Bahamas. Se dice que Zaplana hizo aflorar dinero de las comisiones con la adquisición de una casa en Chamberí, pero Bono lo ha hecho aflorar adquiriendo muchas más casas, mientras Bertín Osborne cena con este vulgar chorizo, al que se ha concedido una extraña inmunidad para que se ría de nosotros y nos tome por tontos.
Sobre José Bono no ha habido nunca una Comisión de Investigación, ni se ha abierto ningún proceso, ni en diligencias previas. Y ya es hora de que se le exijan todas las explicaciones del mundo, que se envíe una Comisión rogatoria a Las Bahamas. Ya es hora de que Pedro Sánchez lo expulse del PSOE o abra una investigación interna si no quiere ser cómplice de lo que es patente y manifiesto: un enriquecimiento desmesurado, injustificado y obsceno.
La hija menor de Bono, Sofía, estudia en un colegio suizo donde cursan estudios las hijas de los jeques del petróleo y los multimillonarios, que es lo que es Bono, sin que puede justificar ni su patrimonio visible ni el oculto.
El caso Bono es una vergüenza nacional, una auténtica tomadura de pelo. Este caso de corrupción ni tiene que investigarlo la UCO porque está ante los ojos de todos, como un insulto.
La posible corrupción de Zaplana palidece ante la de Bono
La corrupción de Bono no es ni preciso investigarla, porque es evidente, patente y ostentosa. Sólo tiene que actuar la Justicia. Ante la corrupción de Bono, la de Eduardo Zaplana palidece y van unidas.
En pleno proceso de transferencia de poderes, tras las elecciones del 14 de marzo de 2.004, el entonces ministro de Trabajo en funciones, Eduardo Zaplana concedió la Medalla al Mérito en el Trabajo a Francisco Hernando, el Pocero. El 16 de julio de 2.006, Izquierda Unida pedía, en un escrito remitido a la Fiscalía Anticorrupción, que investigara “la posible relación de Eduardo Zaplana con Francisco Hernando”. De hecho, la entidad más implicada, y luego entrampada, en Residencial Francisco Hernando de Seseña fue la Caja de Ahorros del Mediterráneo, que ni le iba ni le venía, que tenía muy poca presencia en Castilla-La Mancha. Fue un favor político, una clamorosa corrupción.
Quien apadrinaba a Francisco Hernando, quien había buscado que se lo presentaran, quien facilitaba los permisos autonómicos para construir en 2 millones de metros cuadrados era José Bono. Lo que hizo Zaplana fue favorecer, teniendo todo el mando en la CAM, que tanto ayudó a hundir, al protegido de su “amigo” Bono.
Fue José Antonio Sánchez, actual presidente de RTVE y hombre de Eduardo Zaplana, el que, como relatan numerosos testigos, acudía a la Caja de Ahorros del Mediterráneo –a la que ni le iba ni le venía ese proyecto- con Francisco Hernando para abrirle las puertas y facilitarle el negocio. Luego, la CAM abrió una sórdida caseta en el secarral de Seseña para intentar vender alguno de los pisos que El Pocero le había endosado; el mismo Pocero que, como es público y notorio, le hizo obras gratis en Hípica Almenara al Corleone manchego.
¿Es que no hay Justicia en España? ¿Es que hay que seguir mirando para otra parte ante el patente enriquecimiento de José Bono? Continuará.
Otrosí: Solicito a los ilustrados y valientes lectores de Rambla Libre que difundan el máximo posible este indignante escándalo.