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Juan Carlos de Borbón estuvo dispuesto a dar la independencia a Vascongadas en la Constitución

Redacción




Enrique de Diego.

Juan Carlos de Borbón demostró, desde muy pronto, que asegurar su puesto de trabajo estaba muy por encima de la unidad nacional Resulta bochornoso recordar que, en el afán de sumar apoyos explícitos o tácitos al monarquismo vitalicio y hereditario, Zarzuela impulsó una enmienda para situar a Vascongadas fuera de la unidad de España mediante un mero vínculo o pacto con la Corona.

Lo cuenta Manuel Soriano, en su biografía autorizada de Sabino Fernández Campo, la sombra del rey, Ediciones Temas de Hoy: «todos los senadores reales, sin excepción, de común acuerdo elaboraron una nemienda para recnocer, de otra forma a como había llegado al Congreso, los derechos forales del País Vasco».

Los senadores de directa designación real era los herederos de los «cuarenta de Ayete», procuradores nombrados por Franco.

Continúa Soriano indicando que «estuvieron de acuerdo hasta los senadores militares (los generales Díez Alegría y Salas, entre otros), siempre más reticentes a reconocer diferenciaciones territoriales. Hablaron varias veces con Sabino sobre esta enmienda y el secretario general estuvo de acuerdo con ella. Los senadores reales querían tener el apoyo del Partido Nacionalista Vasco». Los senadores de ese partido independentista también dieron su apoyo a la enmienda que daba prácticamente la independencia a Vascongadas.

«La iniciativa de los senadores reales no prosperó porque el vicepresidente del Gobierno, Fernando Abril, se opuso con toda firmeza. Defendió el principio de la soberanía popular radicada en las cámaras y no admitió que se fragmentara en virtud de un pacto con la Corona y los vascos, que había sido la vieja fórmula foral, superada por el parlamentarismo moderno». En suma, que Zarzuela no sólo dio el visto bueno, sin que propiamente impulsó el separatismo más descarnado, porque el pacto con la Coronal, meramente nominal, no era otra cosa que la independencia de Vascongadas.