Enrique de Diego.
La maldición sigue su curso inexorable: ya sólo quedan los tres capitostes de la trama de la mentira satánica, que hizo perder el tiempo a la sociedad española y produjo daños añadidos a las víctimas, produciendo una dolorosa, Magdalena, esposa del comisario Rodolfo Ruiz, que no aguantó la delirante y asfixiante presión mediática, entró en depresión y se suicidó, no sin antes dictar su sentencia: «Pedro J y Losantos son unos hijos de puta».
El patético fabulador de los «agujeros negros», un documentalista al servicio de J. J. Benítez, con los apuntes para el 11 S, ¡vaya curriculum!, Fernando Múgica hace tiempo que está criando malvas. El político que dio cobertura a la conspiranoia, Eduardo Zaplana ha demostrado ser uno de los mayores chorizos, padece leucemia, siendo hipocondriaco, ha estado un año en prisión y está a la esera de juicio, y no merece más que el desprecio de las gentes.
Todos los diputados que siguieron las delirantes fabulaciones han desaparecido sin pena ni gloria de la vida pública, como Jaime Ignacio del Burgo o Agustín Díaz de Mera, o bajo groseras acusaciones de corrupción, caso de Vicente Martínez Pujalte, o están imputados, como Ángel Acebes, el inútil.
Sólo quedan tres y en muy mala situación. Pedro J, lejos de cumplir su sueño equinoccial de ser un magnate, con la compra de Recoletos, es hoy un personaje baboso, que ha cambiado de bando y mendiga algo de presencia pública, ni sombra de lo que fue, después de estafar a sus accionistas, va camino de la ruina, mientras Jamal Zougam no ha tenido ni la deferencia de responder al papel de víctima inocente, sino que se ha dedicado a montar el frente de las cárceles del estado islámico y a hacer planes para matar a funcionarios de prisiones. Y todavía, el baboso, asestando un golpe de muerte a su ya tambaleante prestigio, afirma que «sabemos más del GAL que del 11-M». Ignorante paranoico.
Pedro J Ramírez y Federico Jiménez Losantos ya no se hablan, han roto. Losantos y Luis del Timo han empezado a emitir señales de socorro, después de haber, el degenerado del primero, haber depredado su propia empresa, llevándose en el 2018 un millón de euros el Consejo de Administración. Quebrada Libertad Digital SA, Losantos se encamina a su amargo final, llevando a su satélite, Luis del Timo, óbito profesional que se producirá, dejando de dar la matraca pepera, todo lo más a comienzos de año.