Enrique de Diego.
Parece de traca, parece una broma macabra, cuando más falta hace está todavía sin constituirse la nonnata Fundación Antonio García-Trevijano, con sus cuantiosos bienes, empezando con el chalet de Somosaguas valorado en 14 millones de euros, siguiendo por una finca en Brasil que dicen es tan grande como la provincia de Cáceres, otro en Ciudad Real de singular tamaño, obras de arte de incalculable valor, piezas de colección, entre otras, una silla de María Antonieta y un busto de Luis XVI, que valen su peso en oro.
Todo esto lo dedicó don Antonio García-Trevijano como fondo de una Fundación dedicada a la difusión de su pensamiento político, pero aún no ha sido constituida, y tiene visos deque tardará muchísimo tiempo, y por tanto no se dedica a nada, porque no existe. El motivo o la excusa es el litigio presentado por sus dos hijos, desheredados. También presentaron una querella que ha sido sobreseída.
Y desde ahí todos son líos y estrategias para que la Fundación no se ponga en marcha, porque a nadie le parece convenir. Marcos Peña, el albacea, un repúblico que hizo su tesis sobre la independencia de la Justicia, tenido por el mejor abogado de Andalucía, ha tirado la toalla con un correo electrónico, pero una parte de los patronos aún lo consideran en el puesto, por no haber presentado la dimisión en forma, y otros lo consideran dimitido. Marcos Peña en declaraciones a Rambla Libre considera que es urgente difundir el ideario de don Antonio y que «en esta vida todo se arregla con dinero». Podría llegarse a un acuerdo con los hijos y echar a andar la Fundación.
Entre los patronos, nombrados por don Antonio, están José Papi, Roberto Centeno, Dalmacio Negro, y una pléyade de próceres más, pero la presidenta de la nonnata Fundación Elena Bazán, asistenta de don Antonio, boicotea toda solución, y está muy a gustito en la mansión de Somosaguas, que ocupa sin ningún título legal, y que está dispuesta a montárselo y vivir muy bien del muerto, sin hacer nada por difundir el ideario de don Antonio en un momento en el que la nación sufre y lo necesita como solución salvadora. Hay quien dice que se han desviado unos cientos de miles de fondos hacia el MCRC, que no tiene presencia pública alguna, ni twitter ni facebook, y Elena Bazán no da para más que para intentar libros de don Antonio y cuadros de su propiedad, lo cual de ser cierto, sería presuntamente delito. Del pensamiento de don Antonio ni olerlo. Entre todos, la casa sin barrer. El pensamiento de don Antonio, que es lo que importa, se abrirá paso y entonces habrá llegado el momento de hacerle justicia.