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La interesada defensa de Bill Gates del Partido Comunista Chino

Redacción




Redacción.

Reproducimos el siguiente artículo publicado en el digital rebelionenlagranja.com:

El presidente norteamericano ha acusado públicamente a las autoridades de China de falta de transparencia y de haber ocultado al mundo todo lo relativo al nacimiento y expansión del virus. El virus, ha dicho, se generó en un laboratorio de Wuhan y las autoridades chinas, con la complicidad de la OMS, actuaron con total opacidad y en perjuicio del resto del mundo. Trump habla ya de la exigencia de asunción de responsabilidades al gigante asiático en el concierto internacional. La inmensa mayoría de los servicios de información apuntan en la misma dirección y ya prácticamente nadie duda en la comunidad científica del origen artificial del virus.

Este mismo domingo, el Secretario de Estado de EE.UU., Mike Pompeo, ha dicho que su Gobierno tiene una “enorme cantidad de pruebas” de que el nuevo coronavirus se originó, efectivamente, en un laboratorio de la ciudad china de Wuhan. Puedo decirle que hay una cantidad significativa de pruebas de que esto vino de ese laboratorio en Wuhan”, afirmó Pompeo durante una entrevista con la cadena ABC News. Sin embargo, el titular de Exteriores dijo que no tiene claro si el nuevo coronavirus fue liberado intencionadamente o si fue un accidente en el laboratorio de Wuhan. Sea como fuere, concluyó Pompeo, “el Partido Comunista Chino sigue bloqueando el acceso (a sus laboratorios) al mundo occidental, a los mejores científicos del mundo, para averiguar qué ocurrió exactamente“.

A la opacidad anterior China suma ahora el bloqueo de cualquier investigación internacional sobre el origen del virus. Ha llegado incluso a amenazar a las autoridades australianas con tomar medidas comerciales si insisten en dicha investigación y está utilizando frenéticamente su influencia diplomática y comercial para frenar dicha iniciativa. Es evidente que China no quiere que el mudo sepa lo que ocurrió con el origen de esta devastadora pandemia.

EE.UU. es uno de los países más afectados, al menos en términos de vidas humanas. Sin embargo, las grandes fortunas del Deep Power occidental (Soros, Gates, etc) no han hecho más que mostrar sus simpatías hacia el gigante asiático.

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En ese sentido, China y la OMS tienen sus aliados estratégicos en el gran capital norteamericano. Uno de ellos, Bill Gates, afirmó en una entrevista concedida a la CNN que no es hora de cuestionar los esfuerzos del Partido Comunista Chino para manejar el brote de COVID-19.

Gates ha venido criticando también la retirada de la aportación norteamericana a la OMS por el encubrimiento de la gestión china de la epidemia.  Recordemos que el presidente Donald Trump, tras señalar a la organización y a su director por haber ocultado la verdadera dimensión de la pandemia y por haber retardado la reacción internacional,  ordenó suspender las aportaciones norteamericanas a su presupuesto. El Presidente señaló que “si la OMS hubiera hecho su trabajo de enviar expertos médicos a China para calibrar la situación de forma objetiva en el terreno y criticar la falta de transparencia de China, el brote se podría haber contenido en el foco con muy pocas muertes”.

Estados Unidos es el primer contribuyente de la OMS, con 893 millones de dólares para 2018-2019. China, sin embargo, aporta solo unos 86 millones. Después de Estados Unidos, el segundo mayor contribuyente es la Fundación Bill y Melinda Gates con 530 millones de dólares, lo cual significa que dicha fundación tiene un enorme poder para determinar las campañas que realiza la organización (como la investigación de vacunas y las áreas geográficas).

La influencia de Gates sobre la OMS es muy considerable (se habla de su poder en la sombra) y sus últimas declaraciones fueron también para salir en defensa de la Organización y en contra de la retirada de fondos norteamericana: “En retrospectiva, veremos cosas que la OMS podría haber hecho mejor, al igual que todos los actores en esta imagen completa. Pero la OMS tiene una fuerte conexión con un país. Ese país es Estados Unidos “.

La OMS también ha sido criticada por el sesgo ideológico de su Presidente etíope, puesto en el cargo gracias, en parte, a la influencia de la diplomacia comercial china y al voto de sus aliados africanos (todos ellos tributarios del gigante asiático). No solo eso: La OMS también ha sido duramente criticada por sus relaciones con el Partido Comunista Chino y su papel en la manipulación de un estudio chino que afirmaba que el coronavirus no podía propagarse entre los seres humanos.

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¿Qué late tras la defensa de China y la OMS por Bill Gates? Dejando al margen los trabajos farmacéuticos de la fundación, no pocos negocios de Bill Gates han quedado atrapados por la batalla de la administración Trump con China por la tecnología y el comercio. En su caso, puede citarse el asunto del TerraPower LLC, un proyecto de energía nuclear en China que Gates cofundó. Según el periódico norteamericano The Wall Street Journal, TerraPower firmó un acuerdo en 2015 con la estatal China National Nuclear Corp. para desarrollar la tecnología y, en 2017, acordó construir un reactor de demostración para probar la tecnología en Cangzhou, alrededor de 130 millas al sur de Beijing. El proyecto debía ser la primera demostración de la tecnología de TerraPower. El proyecto, de enorme importancia para Gates, quedó paralizado en noviembre de 2019 por las restricciones de inversión extranjera de Estados Unidos y la política Trump hacia el país comunista.

Bill Gates es miembro de la Academia China de Ingeniería (CAE), una de las principales instituciones académicas del país integrada por profesionales tecnológicos que han demostrado su servicio al Partido Comunista Chino.

Una cosa es quejarse de la política de Trump hacia China (la razón aparente de Gates son sus propios intereses financieros) y otra cosa es absolver del grave encubrimiento del coronavirus a los responsables del gobierno chino y del partido comunista.

Trump ha sido el primer presidente de los Estados Unidos en imponer sanciones económicas a las empresas chinas por sus violaciones de los derechos humanos, un hecho completamente ignorado por los principales medios de comunicación, y también por Bill Gates.  Pero como muchos otros grandes magnates occidentales, como George Soros y Ted Turner, Gates no ha mostrado más que simpatía por este tipo de regímenes. ¿Ha establecido el gran capital occidental una siniestra alianza estratégica con los comunistas del otro lado del globo?