Luis Bru.
Ahora que David Gistau ha muerto se multiplican los homenajes de amigos recordando a un hombre bueno y culto, que no libaba sacrificios a la corrección política, único. Ana Rosa Quitana abría su programa: «Hoy es un día muy triste en esta mesa. Lamentamos tener que comenzar con una triste despedida, la de nuestro compañero David Gistau. Ha fallecido tras dos meses de dura lucha. Era uno de los mejores columnistas de su generación y de otras generaciones. Tenía una voz única y un talento infinito. Estamos pensando fundamentalmente en el dolor de su familia. Desde aquí mandamos un abrazo a su mujer y sus cuatro hijos. Nos quedamos con el recuerdo de un periodista y escritor mordaz, con sentido del humor y con un talento infinito».
Quien no pensó en el dolor de su familia fue Pedro J. Su familia hizo saber su voluntad que no se diera información de su grave estado; sus compañeros se juramentaron en tal sentido, pero no hubo forma de que Pedro J Ramírez mantuviera el compromiso. A pesar de las llamadas en ese sentido de Antonio Fernández Galiano, entre otros. El 16 de diciembre de 2019, El Español publicó: «El periodista David Gistau, operado de una lesión cerebral tras desmayarse en un centro de boxeo». Esa deslealtad que quien fuera su director en El Mundo sentó muy mal en el círculo de amigos. Es posible que Pedro J le hiciera pagar, cuando estaba en coma, que no le siguiera en su penosa aventura de El Español y que decidiera no ser un león, y es posible que un digital sin exclusivas decidiera apuntarse un triste tanto. Fue la última puñalada trapera asestada por Pedro J en el cuerpo doliente de David Gistau. «Pedro J no tiene amigos, ha sido toda la vida así», dice un compañero de profesión que lo ha tratado. Como desveló Rambla Libre, éste tema fue el detonante o la gota de que desbordó el vaso que hizo que Federico Jiménez Losantos no invitara a Pedro J Ramírez a su programa nunca más. Los oyentes lo agradecerán.
Y encima se presenta en su funeral. Con más cara que espalda.