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César Vidal define a Federico Jiménez Losantos como un «ignorante»

Redacción




Enrique de Diego.

He aquí la segunda y última entrega de la entrevista con César Vidal, a raíz de mi libro «La gran traición: Federico Jiménez Losantos apuñala a César Vidal en Es.Radio», todo un éxito de ventas en Amazon. César Vidal nos habla de su oración y su relación con Dios -«en mi toma de decisiones siempre buscó la dirección de Dios»-, de su cosmovisión, de Es.Radio y de Federico Jiménez Losantos.

  • Ha habido mucha gente de nivel, personas ilustradas  y de notorias virtudes, que han pasado por la vida profesional de Federico y parece que ninguna ha aguantado, ¿por qué?

– A algunos los echó él porque dejó de agradarle el tenerlos a su lado.  No sé las razones por las que Germán Yanke fue defenestrado, pero en el caso de Javier Rubio no tengo la menor duda de que Federico Jiménez Losantos se había cansado de que no estuviera dispuesto a decir amén a todo.  Otros fueron despedidos o se fueron.  Yo me marché porque no estaba dispuesto a ver el final de un medio de comunicación por el que había trabajado muchísimo simplemente porque Federico Jiménez Losantos no quería ver la realidad.

Javier Rubio con Federico Jiménez Losantos.

Losantos, un devorador de novelas policiacas

  • Me ha llamado la atención que usted ha dicho que Federico lee novelas policiacas. ¿Muchas, de qué tipo? ¿Acaso no lee libros de pensamiento o de historia?

– Él mismo me lo contó un verano.  Es un tipo de literatura interesante y a Federico Jiménez Losantos le apasionaba.  De hecho, son los únicos libros que le he escuchado comentar o que me recomendó.  Sé que leyó un par de libros míos de Historia y no tengo noticia de que haya leído otros. Incluso alguno de Pío Moa se lo tuve que contar yo antes de que lo entrevistara.  Imagino que habrá leído a Locke o a Hayek, pero no me atrevería a asegurarlo de manera rotunda.  Es curioso que en el libro de conversaciones La libertad tiene un precio, él mismo señala que antes de dejar su pueblo para ir a estudiar fuera no había leído más que tebeos.  Con todo, no tengo la menor duda de que Federico Jiménez Losantos ha leído muchos más libros de media – es licenciado en filología hispánica y fue profesor de instituto – que la mayoría de los periodistas. En la comparación, sale ganando con absoluta seguridad.

  • Usted le ha tildado de ignorante, opinión que comparto. ¿Hasta qué punto llega, según usted, esa ignorancia?

– No se si ignorante es el calificativo más adecuado porque, por ejemplo, Federico Jiménez Losantos ha leído obras de Baroja o de Valle Inclán, pero sí creo que tiene una ignorancia de temas relevantes que resulta verdaderamente pasmosa.  Cuando habla de política internacional salvo obviedades del tipo de que la dictadura cubana es mala – ¿quién diría lo contrario? – deja de manifiesto que no sabe prácticamente nada de nada, ni siquiera en relación con España o la Unión Europea. Incluso en política nacional, es raro que vaya más allá de lo ramplón.  Jamás se le oyen referencias a los poderes fácticos, al peso de los factores económicos, a la banca, a las transnacionales o a la independencia real de los medios.  A decir verdad, este último tema sólo lo trata – como Pedro J – para protestar porque no le otorgan más concesiones o no le dan más publicidad institucional.  Con todo, para ser ecuánimes hay que decir que no es mucho peor que otros que también te dejan pasmados por su superficialidad y su servilismo.  Federico Jiménez Losantos está en esa misma línea pobretona, pero, a veces, tiene destellos de ingenio y de mordacidad que son pálidos en relación con el pasado, pero que destacan sobre el panorama general.

  • Me sorprendió mucho una afirmación de Ágatha Ruiz de la Prada sobre Pedro J. Dijo más o menos que todos los amigos de Pedro J están en la cárcel. Algo parecido sucede con Losantos. No parece tener aversión alguna a la corrupción y a los corruptos.

– Que a ciertos corruptos los ha vapuleado no admite discusión alguna.  Que entre ellos no se encuentran los que lo han favorecido o han mantenido alguna relación con él o le compran publicidad tampoco se puede discutir.  Yo creo que – como muchos otros – es selectivo a la hora de fustigar.

Alberto Recarte. /Foto: elplural.com.

Federico Jiménez Losantos y la corrupción y los corruptos

  • Está ese episodio negrísimo de la compra de acciones de Libertad Digital con la caja B del PP ante el que Losantos ha reaccionado recurriendo al expediente del ultraje moral.

– El episodio es, ciertamente, negrísimo y no tiene defensa alguna desde el punto de vista de la integridad moral.  Cuando salieron las primeras informaciones – y no estaba en el Consejo de Administración cuando se produjo el episodio – le pregunté sobre el tema y no me dio ninguna explicación señalando que Recarte sabría.  No estoy seguro ahora de que me dijera la verdad, pero podría ser.

  • Y luego CEIM monta una Fundación y destina otros 700.000 euros. Cuesta mucho dinero público mantener liberal a Federico

– De eso me he enterado leyendo su libro.  La verdad es que en cuestiones económicas – y no económicas – su libro es una verdadera mina. En relación con el liberalismo de Federico Jiménez Losantos, la verdad es que se mantiene con fondos de terceros.

Federico Jiménez Losanos y Cesar Vidal, firmando en Pozuelo de Alarcón.

Una palabra de honor que no se cumple

  • Cuando usted vende las cinco licencias de TDT a TNB por más de tres millones de euros, ¿cobra algo por ello? ¿considera entonces que ha asegurado la viabilidad de Libertad Digital? Corre la especie de que Federico Jiménez Losantos, Dieter Brandau y Javier Somalo se conceden un bonus, ¿es creíble?

– Ese es un episodio triste.  En aquel entonces yo pensé que Libertad Digital podía salvarse a condición, claro está, de que todo se gestionara bien.  Recuerdo que telefoneé a Federico Jiménez Losantos desde Estados Unidos para contarle que la venta estaba consumada y, como Federico Jiménez Losantos me conocía bastante bien, me dijo que me daba su palabra de honor de que lo primero que se iba a hacer era volver a subir el salario a los empleados de Libertad Digital a los que se les había reducido meses antes.  Yo le dije que le tomaba la palabra y la verdad es que le creí.  Lo cierto, sin embargo, es que meses después por lo menos a la gente de mi equipo no se les había vuelto a subir el salario. Centeno siempre me reprochó que en esa operación no hubiera cobrado como hace todo el mundo e incluso me dijo la cifra que me habría correspondido en una transacción ordinaria.  Se trataba de una cantidad sustanciosa y que, por supuesto, no percibí.  La verdad es que mentiría si dijera que me importó.  Que Brandau y Somalo percibieron un bonus por esa operación en la que no participaron en absoluto es algo que yo también escuché en su día, pero no tengo constancia documental de que así aconteciera.

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Federico Jiménez Losantos y Pedro J Ramírez. /Foto: extraconfidencial.com.

Emolumentos injustificados e incompetencias rampantes

  • Hay un paralelismo entre Pedro J y Federico ambos son muy malos empresarios, ambos anteponen sus intereses al proyecto colectivo. ¿Cree que Losantos se dedica a descapitalizar la empresa?

– Que la gestionaba muy mal es algo de lo que no he tenido dudas desde más de un año antes de irme.  Tampoco voy a ocultar que una parte de esa mala gestión implicaba pagar emolumentos injustificadamente generosos a gente que no generaba ni de lejos esos ingresos.  Se trataba de una práctica que yo intenté, infructuosamente, desarraigar.  Incluso tengo que confesar que la información contable que ha incluido usted en su libro prácticamente obliga a pensar mal, pero ignoro si Federico Jiménez Losantos descapitaliza la empresa o hay otros que lo hacen y no se entera o simplemente es que son de una incompetencia rampante y están hundiendo la compañía con su impericia.  No lo sé y la verdad es que tampoco me importa.

  • ¿Me podría usted glosar la siguiente frase de José María García:  «Federico Jiménez Losantos es un talibán que responde a unos intereses y además, un cobarde. No quiso dialogar conmigo en antena, no ha tenido cojones a llamarme»?

– La verdad es que podría glosarla con experiencias personales, pero dejemos que José María García sea su propio exégeta.

Losantos no da la cara cuando entiende que va a pasar un mal rato

  • ¿Es Losantos un personaje que no da la cara?

– Depende de lo que se entienda por dar la cara. Si por dar la cara se entiende poner de vuelta y media a Gallardón desde detrás del micrófono, la da.  Si por dar la cara, se entiende que va a pasar un mal rato dando explicaciones o escuchando lo que no le gusta… pues no, no la da. Ni con José María García ni conmigo ni – me temo – con nadie.

  • Visto con la perspectiva del tiempo, ¿cree que Losantos fue en algún momento amigo suyo, don César?

– Depende de lo que se entienda por amigo.  Persona que después tendría mucha relevancia me dijo antes de salir de COPE:  “Tú eres mucho más amigo de Federico que Federico de ti”.  Yo creo que acertó.  Yo era amigo de Federico Jiménez Losantos tal como yo entiendo la amistad.  Federico posiblemente lo fue mío de acuerdo con su idea de la amistad que es que siempre se saca de ella mucho más de lo que se pone.  Son sólo visiones distintas.  Semejante circunstancia carecía de importancia para mi y debo reconocer que debo a su libro el haberme dado cuenta de algo que no percibí durante años.  Me refiero a la afirmación que usted formula en el sentido de que yo dejé COPE pudiendo quedarme dos años más porque habían despedido a Federico Jiménez Losantos, pero que Federico jamás hubiera abandonado la COPE si el despedido hubiera sido yo.  ¡¡¡Y tiene usted razón!!!  Nunca antes lo había pensado, pero usted lo clava en su libro.

Federico Jiménez Loantos con Ayanta Barilli. /Foto: lamoscamediática.com.

«Federico tiene inmensas carencias en el terreno de los sentimientos»

  • ¿Está Federico incapacitado para la amistad?

Federico Jiménez Losantos tiene inmensas carencias en el terreno de los sentimientos.  En ocasiones, le escuché reconocerlo en algunos terrenos.  Eso no lo convierte en un monstruo. A decir verdad, es una circunstancia que he visto muchas veces en los contextos más diversos incluidos los eclesiales.

  • Hay un momento terrible, cuando usted está a punto de sufrir un infarto cerebral en un Consejo de Administración de Libertad Digital SA. Es una consecuencia típica del mobbing. ¿Temió usted por su vida?

– La verdad es que no temo por mi vida porque he salido de muchas situaciones de peligro mortal y estoy convencido de que no viviré un segundo más de lo que Dios quiera, pero tampoco un segundo menos.  Los que sí temieron que podía morir fueron diferentes médicos con los que consulté el episodio.  Estaban convencidos de que en una de esas subidas de tensión ya no iba a bajar.

Sectarismo, manifestación de una psicología bolchevique

  • ¿Es Federico un bolchevique mental?

Francisco Marhuenda se divertía mucho llamándolo “bolchevique mío”.  Yo creo que a Federico Jiméneez Losantos le ha pasado lo que a muchos conversos.  Salen de una religión, de una visión política, de una forma de vida, pero esa religión, esa visión política o esa forma de vida no termina de salir de ellos.  Creo que Federico es sincero defendiendo el liberalismo – siempre que no obstaculice recibir dinero público o privado – pero su incapacidad para escuchar, para dialogar, para entender al otro y su sectarismo a la hora de borrar totalmente a los que formaron parte de su vida son manifestaciones de una psicología bolchevique en estado puro.  El resultado – muy triste – es que él mismo encarna algunos de los vicios que más ataca.

  • Soy testigo de que utiliza técnicas y tácticas bolcheviques cuando intenta demoler al que considera un adversario o cuando ve peligrar su interés: miente, levanta infundios, utiliza de manera perversa la dialéctica amigo-enemigo…

–  Reconozco que, en ocasiones, yo no he sido capaz de saber si mentía o había terminado por creerse lo que deseaba.  Seguramente, era lo segundo.  También le he visto dar bandazos en que pasaba de anunciar a alguien que se iba a condenar para intentar aliarse con esa misma persona sólo por interés.  Supongo que racionaliza esas conductas.  En cualquier caso, desde hace años me trae sin cuidado.

César Vidal. /Foto: youtube.com.

«La cosmovisión de Federico y la mía no son iguales»

  • Voy a intentar subir el nivel en las preguntas. Percibo en su historia, tal y como la veo, en su desencuentro un choque entre los valores morales absolutos y el relativismo. Usted reacciona siempre con criterios morales objetivos y Losantos es un relativista. El conflicto no sólo es personal o de incomunicación, sino de ideas, de universos morales. ¿Qué opina de ello?

–  Es innegable que la cosmovisión de Federico Jiménez Losantos y la mía no son iguales.  Personalmente, yo creo de todo corazón en que, como decía Jesús, no sirve de nada ganar todo el mundo si se pierde el alma.  También estoy totalmente convencido de que tendremos que dar cuenta de nuestros actos en este mundo.  Federico Jiménez Losantos se mueve por otros principios que llevan, por ejemplo, a no decir ni palabra de los enjuagues de un banco y a no permitir que se diga simplemente porque se recibe publicidad de esa entidad.  Lo he vivido en primera persona y sé que es así.

  • Tengo para mí que Losantos es un lastre para la derecha española e incluso un peligro como foco de corrupción, por sus antecedentes, y su mala gestión y también porque ahora se está jugando su ruina personal.

– Yo creo que ha habido una época en que cumplió un papel muy relevante en COPE porque decía, de manera más articulada, lo que pensaban millones de personas.  Ésa fue la clave de su éxito.  Ese aporte que es de justicia reconocerlo se malogró ya en COPE cuando limitó su análisis de la realidad a los partidos y los sindicatos – lo que es muy superficial – y cuando aceptó callarse ante ciertas situaciones porque, por ejemplo, de ellas derivaba publicidad o lo que él creía que era influencia.  Si en algún momento, tuviera lugar un escándalo económico relacionado con Libertad Digital y añadido al episodio de Bárcenas no me cabe duda de que sería aprovechado por determinadas instancias para atacar encarnizadamente a la derecha española.

  • Si volviera a encontrarse con Federico Jiménez Losantos, ¿qué le diría?

– Esa posibilidad no creo que se vaya a producir nunca, pero si se diera tal eventualidad le preguntaría por su salud, por su esposa, por sus hijos y me despediría cordialmente de él.

  • ¿Cree usted que contestará, que dará su versión o algo así?

– No, no lo creo.  A menos quizá que comiencen a preguntarle por el estado de la contabilidad de Libertad Digital.  Me comentaban la semana pasada que las cuentas no se han presentado desde 2016, pero no he podido contrastar el dato.  Si fuera cierto, desde luego, sería para preocuparse.

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Gente que dice que trabajar en Es.Radio fue un infierno

  • ¿Cree que es necesario, de cara al futuro, un grupo de comunicación como el que pudo ser Libertad Digital y Es.Radio?

– En estas semanas, en que han ido apareciendo las entregas anticipadas de su libro se puso en contacto conmigo mucha gente para mostrarme su afecto y también personas que fueron parte de esa historia.  En este segundo grupo, había dos coincidencias notables.  Una fue decir que Es.Radio fue un infierno donde siempre tenías que estar vigilando lo que decías y quien podía estar escuchándote y la otra que era muy triste que el proyecto descarrilara de tan mala manera.  Esa gente creyó en aquella lucha y, de manera bien reveladora, todos acabaron expulsados o, como en mi caso, se fueron.  Creo que es para reflexionar y resulta inevitable constatar que las agendas personales de individuos no precisamente cargados de escrúpulos morales han sido la causa de que el proyecto no haya llegado a buen puerto.

«Hubo gente que ni me aviso ni movió un dedo para impedir el atentado»

  • El libro “La gran traición” se cierra con ese episodio misterioso del atentado que iban a cometer contra usted. ¿Se pagó para que muriera? ¿Quién quiso matarle?

– Estoy en la obligación de ser muy discreto con ese episodio especialmente para mantener en la confidencialidad la identidad de personas que me ayudaron.  Sí puedo decir que supe desde el primer momento quien llevó a cabo la labor logística de localizarme y de aconsejar cómo darme muerte; que, al cabo de un año, supe el colectivo que había decidido mi asesinato y que contrató al primero y que, otro año después, descubrí que al corriente se hallaba gente que ni me avisó ni movió un dedo para impedir todo.  Desde luego, no tengo la menor duda de que es una de las veces que Dios me ha salvado la vida.

César Vidal. /Foto: cesarvidal.com.

«Todas mis decisiones las tomo buscando la dirección de Dios»

  • Dice usted que tomó la decisión de quedarse en Estados Unidos tras un fin de semana de oración. ¿Cómo es su oración? ¿Toma sus decisiones en presencia de Dios?

– Mi oración nunca es la repetición de una fórmula.  Converso con Dios y lo hago varias veces a lo largo del día porque Su presencia para mí es muy real y porque he sido testigo de cómo me ha escuchado, me ha orientado y me ha protegido en multitud de ocasiones.  Y sí, todas mis decisiones las tomo buscando la dirección de Dios. Abrigo la convicción de que nuestra vida tiene un propósito si conseguimos enlazarla con Su propósito y siempre actúo en consecuencia.  Ni que decir tiene que también he cometido equivocaciones, pero sé que incluso de ellas Dios ha sacado siempre algo bueno.

  • ¿Volverá alguna vez para quedarse en España?

– Definitivamente no.  En estos casi seis años, mi vida ha cambiado de manera radical y se ha orientado en direcciones distintas.  Por supuesto, me interesa lo que sucede en España y sigo escribiendo y dedicando espacios de mi programa de radio al respecto, pero yo ya estoy en otra onda.

  • Si me lo permite, anime a la gente a leer “La gran traición”. ¿Por qué?

– Pues fue lo que hice el miércoles 13 de febrero en mi sección de recomendaciones literarias y cinematográficas.  Estoy encantado de volver a hacerlo y no sólo porque se trata de un excelente trabajo de investigación periodística gracias al cual – no me cansaré de decirlo – yo mismo me he enterado de muchas cosas que desconocía sino, de manera especial, porque en sus páginas ha logrado usted desenmascarar documentadamente a personajes de los medios y rendir un más que justo homenaje a gente honrada, decente, íntegra que han pagado muy caro comportarse de la mejor manera en un contexto donde la adulación, la sordera, la mala gestión o la mediocridad se consideran cualidades y garantizan la promoción.  A través de esos casos que usted ha relatado tan extraordinariamente bien se hace merecida justicia a esa gente digna y se muestra el verdadero rostro de otros que en su vida real son la encarnación más innegable de aquello que atacan día y noche.

http://ramblalibre.com/2019/02/15/cesar-vidal-fue-peor-que-un-mobbing-fue-como-tratar-a-un-abeto-con-la-tecnica-de-un-bonsai/