Luis Bru.
Pedro J Ramírez tiene la obsesión de mantener vivo a Manuel Valls, un sonoro fracaso en las elecciones municipales, aunque haya que agradecerle que no permitiera que Esquerra Republicana accediera al Ayuntamiento de Barcelona. Pero Valls está más quemado que la moto de un hippy, calcinado, se podría decir mejor. Ha hecho un buen matrimonio con Susana Gallardo, que tiene posibles, y es hora de una retirada honrosa a gozar de los placeres que le facilita la fortuna de su esposa.
Pues Pedro J a falta de otras exclusivas tiene las de Manuel Valls quien declara a El Español, porque ningún otro medio le hace caso, que esta “pendiente de las «alianzas entre PSOE y ERC» para dar el salto a la Generalitat”. ¿Qué salto? ¿A dónde va? A pegarse otro morrazo morrocotudo. Se diría que en “salto a la Generalitat” está en disposición de ser molt honorable o poco menos, y no se come un torrado.
“El líder de BCN Canvi explica que aún no sabe si será candidato a las catalanas y admite que todo depende de lo que haga el PSOE «a nivel estatal»”.
Hombre, mucho liderazgo es ese, consecuencia de una escisión de Ciudadanos, que no está para tirar tracas ni para dar tampoco ese triple salto mortal a la Generalitat que El Español aventura para el ínclito Manuel Valls.
Ha dicho que, si es candidato, irá a las urnas con independientes en la lista, porque cree que se debe salir «fuera del marco político tradicional para devolver la esperanza» a los catalanes, y ha asegurado que los partidos están debilitados.
«Quiere llevar de forma contundente los valores de la lucha democrática, los valores constitucionales y europeos frente al nacionalismo, sea de derechas o de izquierdas, que divide y parte las sociedades», ha expresado.
Sin embargo, ha admitido que no logró el resultado que esperaba en las elecciones municipales de mayo: «No convencí. Fue un resultado mediocre y lejos de las esperanzas».
Desde aquí le recomendamos que no dé el salto a la Generalitat, que se la pega, y puede ser histórica…la pegada. Manuel Valls es un fracasado en política y Pedro J, un fracasado en periodismo. Historia de dos fracasos, podría titularse la de esta fijación.