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Los escoltas de Losantos estaban cansados de recoger preservativos de Ayanta Barilli de su programa

Redacción




Luis Bru.

En Libertad Digital SA hay varios escoltas en nómina. Los escoltas -algunas fuentes directa señalan al jefe- se encarga de Federico Jiménez Losantos, que solícito lleva a su casa o a un hotel, cuando se encuentran en esas salidas que según César Vidal resultan ruinosas, cosa asombrosa siendo tales salidas patrocinadas y de rentabilidad segura, se puede fallar una vez pero la segunda suena rarito, y César Vidal protestó sobre la materia en el Memorándum que envió antes de salida al no recibir contestación. Los escoltas, según fuentes solventes, tiene miedo al poder de influencia de Ayanta Barrilli, rutilante finalista del Premio Planeta, y directora del programa Es Sexo, donde se narran las mil y una formas de hacérselo con un toque cultural.

Así, mantenía un doble discurso ante Ayanta Barilli. De cara le llamaba acaramelado «princesa» y a sus espaldas se referían a ella con título despectivo. ¿Por qué? Las fuentes informantes destacan, sobre cualquier otra cosa, que «estaba cansado de recoger preservativos». De seguro que los había llevado a su programa y que se los había dejado olvidados.

Lo cierto es que el perfil de Ayanta Barilli, hija de Fernando Sánchez Dragó, que dibujan las fuentes internas de Libertad Digital y Es Radio es bastante tenebroso. Pero antes de entrar en esa cuestión, una anotación sobre Federico Jiménez Losantos, que no nos distrae del tema central: Federico parece que manda pero no. Está subyugado por mucha gente y controlado por muchos intereses. No es tan independiente como parece. Y cada vez lo es menos. De ahí la notable influencia de Ayanta, que tiene fama de déspota. Incluso le tienen «miedo los escoltas». Ayanta, bajo una mirada de no haber roto un plato en su vida, vive en un mundo oculto y tenebroso: su vida privada, sus costumbres sexuales, cómo trata a la gente (sólo le interesan las personas que tienen algo que ofrecerle)…Todo el que ha levantado el tono o se ha enfrentado a Ayanta ha sido fulminantemente despedido. En eso coinciden todas las fuentes.

Como dice un redactor de Libertad Digital, “cruzarte en el camino de Ayanta es un suicidio”Ayanta Barilli aparece, según diversas y solventes fuentes, como el factor clave del despido de Javier Rubio, uno de los hechos hasta hoy inexplicados de la historia interna del Grupo Libertad Digital y que entremezclan lo privado con lo público en la trayectoria del chiringuito de Losantos.

Javier Rubio era, en apariencia, el amigo íntimo de Federico Jiménez Losantos; uña y carne, su alter ego; habían estado juntos en Barcelona y en las aventuras políticas de aquel tiempo, la Organización Comunista de España (Bandera roja), un grupo maoísta, y el PSUC. Juntos también habían hecho la evolución hacia el liberalismo. En el año 2000 puso en marcha Libertad Digital. Desde los inicios se puso en contacto con Enrique de Diego para pedirle que colaborara, encargándole a veces dos o tres artículos diarios, para dar solidez y solvencia al proyecto, que Javier Rubio consiguió dotar de prestigio como referencia tanto informativa como de opinión.

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Luego fue nombrado director general del Grupo y puesto al frente de Libertad Digital TV, con las cinco licencias concedidas por Esperanza AguirreJavier Rubio se ha descrito a sí mismo como un gestor austero: “Cuando yo trabajaba de director a veces se me reprochaba la austeridad, y todo el mundo pensaba que yo no era bueno para el negocio porque no sería capaz de gastar mucho dinero. Yo siempre he sido rácano cuando gestionaba dinero que no era mío, y sin embargo en las empresas se me miraba con desconfianza porque se pensaba que eso era una limitación mía y que, en un momento determinado de gran rumbosidad, yo no sería capaz de gastar las cantidades ingentes que entonces se gastaba en los medios de comunicación”.

Esa austeridad fue lo que le llevó a chocar con Ayanta Barrilli. Ésta quería a toda costa tener un programa en la televisión en unas condiciones económicas que Javier Rubio no estaba dispuesto a aceptar por desmesuradas. Rubio no pagaba bien: la televisión estaba en sus comienzos y perdía dinero, aunque no el agujero brutal que provocó la dirección de Dieter Brandau. Como sentencia un testigo presencial de aquella situación, “Javier se puso la soga al cuello por no haber cedido”.

De repente, la amistad de años se desvaneció. “A Javier Rubio lo echaron porque Federico Jiménez Losantos la tomó con él”. Se le empezó a segar la hierba difundiendo que no sabía gestionar la televisión y que estaba asustado porque veía el futuro muy negro. A pesar de toda la cercanía que habían tenido, Losantos no se dignó darle una explicación, ni tan siquiera le comunicó personalmente el despido. “Alberto Recarte me comunicó que Federico Jiménez Losantos había perdido su confianza en mí”, estas son declaraciones de Javier Rubio en 2013 a Periodista Digital, tres años después de su marcha en silencio.

Javier Rubio se limitó en 2010 a pedir que le arreglaran los papeles para jubilarse anticipadamente a lo que Alberto Recarte accedió. “Coincidió –rememoró Rubio en su entrevista en Periodista Digital a propósito de un libro sobre Luis Buñuel– con que en aquel momento yo estaba preparado mentalmente para marcharme de la empresa en la que había trabajado, y a la que le había dedicado muchísimas horas durante 11 años. Quizás vi con claridad que mi tiempo en Libertad Digital se había acabado“.

El periodista le inquiere bajo qué condiciones estaría dispuesto a volver a Libertad Digital que, al fin y al cabo, era su criatura, y al discreto Javier Rubio se le escapa lo que piensa de Losantos: es un ‘cabrón’’: “Si algún día Federico fuera capaz de llamarme y decirme ‘hola Javier, ¿cómo va la vida?, ¿qué tal estás? Fui un cabrón contigo’, probablemente se me caerían las lágrimas. Pero como estoy convencido de que Federico Jiménez Losantos tiene una incapacidad absoluta para dejarse llevar por los sentimientos de las personas normales y corrientes, no creo que nunca me llame y me lo plantee. De todas maneras, yo no tengo ninguna voluntad de volver a Libertad Digital”.

En esa misma entrevista Javier Rubio mostró su absoluta ignorancia sobre los motivos que llevaron a su abrupta ruptura con el amigo de toda una vida: “Cualquier chispa en una atmósfera adecuada produce una explosión. No sé cuál fue la chispa, ni por qué Federico cambió lo que había sido su conducta hacia mí durante 40 años más o menos”. Javier Rubio no tuvo en cuenta lo que siempre le decía a César Vidal: tocar el tema de Ayanta Barilli a Federico era peligroso. César Vidal cuestionó la alta retribución-60.000 euros- por un programa sin audiencia y lo planteó en el tenso Consejo de Administración en que estuvo a punto de darle un ictus, pero el corazón entiende razones que la razón no entiende y Losantos se puso hecho un basilisco turolense. Cherchez le femme.

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En lo que coinciden también las fuentes en que Ayanta Barilli ha sufrido una metamorfosis en su estilo. A mejor. Solo hay que comparar sus artículos en El Mundo de 2010 con los de El Español de 2018. Hay un abismo. Los de El Mundo eran un pestiño, tanto en fondo como en forma. Los de ahora no tienen nada que ver, son muchísimo mejores. Tanto que una fuente apunta: «Habría que investigar el origen de su última novela. Está demasiado bien escrita».

Porque Ayanta Barilli no tiene estudios. «No tiene ni la ESO», señalan fuentes solventes. Y aducen como confirmación un hecho demostrativo tumbativo: Gracias a esa falta de estudios, ha podido ganar en primera instancia su reclamación por la hipoteca multidivisa en yenes que debe tener contraída con Bankinter. Como no tiene ni la ESO, ha alegado desconocimiento pero estaba muy bien asesorada, incluso por su pareja de entonces, con quien compartía deuda y que sí es un hombre ilustrado.

Las cláusulas multidivisa pueden parecer ventajosas al principio, pero entrañan peligros. En el reputado consultorio juridico de El Confidencial una lectora pregunta: «Al contratar mi hipoteca pedí un préstamo de 291.000 euros y la pagaba en yenes, ya que me salía más rentable. Ahora, tras haber pagado ya 120.000 euros, resulta que debo 355.000 euros, más de lo que había pedido prestado. ¿A qué se debe? RESPUESTA. Se debe a que tienes contratada una hipoteca multidivisa, en la que los bancos conceden un préstamo que vas pagando en otra moneda, generalmente yenes o francos suizos, y con un índice de referencia que no es el euríbor, sino otro (generalmente el Libor). El dinero que pagas, por tanto, puede verse afectado por el movimiento de la moneda en la que estés pagando. No eres el único al que le ha pasado esto: las hipotecas multidivisa han llevado a unas 70.000 familias a la asfixia económica». Sorprendente: la finalista del Premio Planeta alega no entender las cláusulas de un contrato por pura ignorancia.