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¡Tiembla, Gendarmería, llega Elisa Beni!

Redacción




Enrique de Diego.

No han pasado ni 48 horas para que se ponga en evidencia la extrema estupidez de la neofeminista de muslo empoderado, Elisa Beni, una periodista que nunca ha dado una noticia pero que a raíz de haber estado casada con el juez Javier Gómez Bermúdez establece juicios jurídicos con gran desparpajo y voz chillona sin otro fundamento que el atrevimiento de su ignorancia.

Kamel ha asesinado a su madre, su hermana y ha herido gravemente a otra persona, con un cuchillo, en las cercanías de París. La primera conclusión evidente, en aras de la proporcionalidad que tanto inquieta a la Beni, es que el cuchillo es un arma mortífera. Demostrado.

Gendarme en Trappes, en el lugar del atentado.

Así lo han entendido los gendarmes que cuando Kamel ha salido de la casa gritando Allahu Akbar lo han abatido sin contemplaciones. Él iba con un cuchillo y ellos, con armas automáticas, pero no intentaron desarmarle y llevarlo ante la Justicia, según la doctrina Beni. ¡Tiembla, Gendarmería, que llega la tertuliana Elisa Beni y quiere saber el contexto!

Kamel era un integrista, calificado S. Dicen que también era un «desequilibrado«. Ser un integrista y un desequilibrado no son cuestiones contradictorias, sino complementarias, siempre van juntas. Es la infinita estupidez del sistema y sus lacayos, como Elisa Beni, el que ha llegado a la estupidez de, a fuerza de achacarlo todo a problemas psiquiátricos, considerar que un terrorista islámico es una persona normal, mentalmente sana. Es lo que tiene la mentira, que una mentira cubre a otra y, al final, se pierde el sentido de la realidad.

Elisa Beni, en ese sentido, hace tiempo que perdió el sentido de la realidad y puede decirse que es una desequilibrada, aunque no es una terrorista, obviamente, pero algunas de sus posturas chirrían a apología del terrorismo.

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El ministro del Interior, Gerard Collomb ha felicitado a los policías franceses por su acción y hasta el momento no ha habido nadie en Francia que haya salido dudando de la proporcionalidad ni exigiendo que le expliquen el contexto. Es decir, aunque Francia anda francamente mal, no hay ninguna Elisa Beni francesa.

Los clasificados S deberían ser expulsados, como bien propuso Marine Le Pen en campaña electoral. Las críticas en Francia no se han establecido sobre ninguna desproporción sino sobre la debilidad de la política antiterrorista del Gobierno. Para Marine Le Pen, Macron «continúa minimizando el terrorismo islamista y se niega a tomar medidas para erradicar esta ideología asesina«.

Daesh ha reivindicado el atentado porque cualquier musulmán que mata es reivindicable, porque genera terror islámico, como el islamista de Cornellà.

Uno puede entender que la familia y la peculiar Lucy quieran ver si sacan dinero, con un abogado desaprensivo, pero la estupidez de Elisa Beni entra dentro de la frivolidad y la irresponsabilidad. No merece tener ningún altavoz para sus soberanas estupideces. Beni, vidi y metió la pata, como siempre.