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Carta a Eduardo Inda: Escribe mil veces “sí se puede”

Redacción




Enrique de Diego.

Vamos a suponer, Eduardo Inda, que eres un periodista aguerrido que con tal de echar luz sobre la vida pública estás dispuesto a llenarte de mierda hasta el cuello; es decir, a chapotear en las cloacas del Estado. Vamos a suponer, Eduardo Inda, que eres un bizarro periodista de investigación que tirando del hilo siempre te conduce a Villarejo. Vamos a suponer que no eres, en ningún caso, la terminal mediática de un grupo de policías corruptos, quienes incrustados en el Ministerio del Interior, te pasan mercancía seriamente averiada al peso para que, simplemente, la publiques. Vamos a suponer que no tenías ni idea de que tu jefe de opinión, Antonio Alemany, en El Mundo de Baleares le hacía los discursos a Jaume Matas a cambio de recibir dinero público para sus empresas periodísticas. Vamos a suponer que nunca te enteraste de nada de la corrupción de Jaume Matas, que no era poca, porque era un tío muy listo y la tenía muy escondida, incluso para un aguerrido periodista y un perspicaz investigador como tú. Vamos a suponer que es totalmente falsa la acusación de Pablo Iglesias de que tu digital estuvo financiado por el Ministerio de Industria. Vamos a suponer que a ti te llegó por medios totalmente lícitos un pendrive con toda la intimidad que representa un teléfono móvil robado. Vamos a suponer que cuando Villarejo, en sede judicial, dijo de ti que le habías ayudado en algunos trabajos, estaba confundiendo tu función porque tú no eres un sicario mediático sino un aguerrido periodista que, a veces, para llevar al límite su función social nada, con soltura y placer, en la mierda policial de las cloacas del Estado.

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Pedro J Ramírez, Jaume Matas y Eduardo Inda. /Foto: perspectivadelocio.blogspot.com

Todo ese supuesto, que no tengo motivos para ponerlo en duda, lo que sí puede decirse es que te ha salido, como metáfora, el tiro por la culata. Si suponemos que tu objetivo era denunciar la baja calaña de Pablo Iglesias para deteriorar las expectativas políticas del Marqués de Galapagar el resultado entra de lleno dentro del efecto perverso. Has conseguido lo contrario de lo que buscabas. Pablo Iglesias se estaba hundiendo solito, en medio de groseras y cainitas zarabandas con Iñigo Errejón y Ramón Espinar, hasta que entraste tú en escena con tu cabeza nevada. En tu digital has escrito que “ante la falta de argumentos, a Iglesias sólo le queda atacar al periodista que ha destapado sus vergüenzas”. Pues le has salido, Eduardo, perdona que te lo diga, que tú eres tan suspicaz para lo tuyo como laxo para lo ajeno, muy rentable. Contigo como argumento, Pablo Iglesias ha salvado los muebles, el chalet de Galapagar, la pensión de jubilación y no es descartable que alcance los privilegios ministeriales.

Eduardo Inda, Pedro J Ramírez y José María García.

Eres de una torpeza infinita, Eduardo, a quien el maestro José María García tildó de “abrazafarolas” y “lametraserillos” por entender que escribías al dictado de Florentino Pérez, cuando tú eres un periodista aguerrido. En Baleares, eras la voz de Jaume Matas y terminó en la cárcel, como también tu jefe de opinión. Aquí la has emprendido contra Pablo Iglesias y lo has encumbrado. Porque si bien es cierto que Unidas Podemos ha bajado de 71 diputados a 42; estos ahora son más rentables, pues pueden tener la llave de la gobernabilidad. Podemos, con 3.732.929, el 14,3 de los votos, ha ganado a las expectativas y eso te lo debe, en buena medida, a ti, Eduardo.

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O eres, en efecto, reitero, de una torpeza infinita, que donde pones el ojo nunca va la bala. Vamos, que si fueras Guillermo Tell le metías la flecha al niño entre ceja y ceja y te comías, luego, la manzana. O, ya puestos, eres un doble agente al servicio de Pablo Iglesias y eso de Unidas Podemos, porque en ese papel lo bordas y encajan todas las piezas del informe PISA. Tú publicas mercancía averiada, conseguida de manera ilícita, con toda una trama policial apestosa detrás, y le pones en bandeja a Pablo Iglesias situarse en el papel de víctima, de héroe social, objeto de una sañuda persecución, de una turbia conjura de Estado para tumbarle porque le gustaría azotar hasta sangrar a Mariló Montero.

Como pantomima tiene un pase, como periodismo es cuestionable, porque puede parecer legítimamente que el que investiga es Villarejo. Algo estás haciendo mal, en algo estás fallando, Eduardo, cuando tu digital se está despeñando y de 10.883.000 usuarios únicos en noviembre de 2018, según el medidor comscore, ha bajado a 9.869.000 en marzo de 2019 y cuando Pablo Iglesias está vivito y coleando, al calor de la chimenea de chalet de Galapagar. Quizás, Eduardo, porque el fin no justifica los medios, tampoco en periodismo. Hete aquí que tú que has buscado con tanto ahínco el triunfo y el éxito has perdido credibilidad a chorros. En justo castigo de papel, debes escribir mil veces: “Sí se puede”.