Enrique de Diego.
Pero te vas, pero no te has ido, vergüenza pública, muermo entre los muermos, Ignacio PaniAguado, que ni te han presentado a las elecciones porque no te había votado ni las ratas. Ciudadanos, tu ex partido, ha pasado de 26 escaños a O patatero. Se dice pronto y todo gracias a ti, que te has pasado la legislatura jugando a la contra, como el traidor que eres. Dices en tu despedida: «Ha sido un orgullo liderar Ciudadanos en Madrid y compartir proyecto con tantas personas excepcionales». Tío, eres un muermo. Tú no dejas la política, la política te deja a ti. Ha sido un estrambote liderar Ciudadanos, una excrecencia, nunca un partido estuvo peor liderado, hijo de papá.
¿Esto significa que ya el despacho de abogados el nefasto Fúster y Fabra va a abandonar el ataque contra mi? Porque en otro caso, denunciaré tu maldito tongo. ¿Te gastarás tú tu dinero? Escriben por tu en tu escrito de acusación: «estamos en la obligación de destacar la importancia tiene para mi representado D. Ignacio Aguado su prestigio e imagen, debido a su carácter de personaje público dada su profesión, cualquier tipo de rumor o invención puede destrozar años de trabajo». ¡Qué risa, tía Felisa! Esos años de trabajo, sin pegar un palo al agua, se han ido por el mingitorio de la historia por inútil. Me río yo de tu «prestigio e imagen» deleznables, progre vergonzante. La política se ha desprendido de un gañán, aún te queda la zurra que te voy a dar.