Javier de la Calle.
Tras su estrepitoso fracaso empresarial con Wolder, Ricardo Garrudo está buscando el aforamiento como diputado y se ha instalado como el cacique de Vox en Cantabria, con el respaldo de Santiago Abascal. En una misiva remitida a los afiliados tras la dimisión de tres de los miembros del Comité Ejecutivo Provincial por las imposiciones de Garrudo en las listas, entre otros candidatos, su abogado en la liquidación de la empresa, Garrudo exhibe el respaldo de Santiago Abascal, “quien ya me ha transmitido, por cierto, su apoyo y cariño por lo sucedido en las últimas horas”.
Garrudo achaca la crisis de Vox Cantabria al momento difícil de elaborar las listas y a la falta de experiencia. Según Garrudo, “en Vox nos hemos puesto manos a la obra para tratar de ofrecer a la ciudadanía lo mejor, personas capaces de asumir las responsabilidades que nos otorguen los electores, con ideas y proyectos acordes a nuestros valores y principios”. El criterio de Garrudo es que “el afiliado no sólo ha de ser antiguo sino capaz”, de forma que él ha buscado a su abogado, que es no es afiliado.
Afirma que en el debate en la CEP para confeccionar las listas al Parlamento regional y al Ayuntamiento de Santander, “un criterio defendía hacer las listas priorizando la antigüedad del afiliado. Otro, que yo apoyo, que cree que, sin olvidar que tenemos afiliados antiguos que merecen un reflejo en las listas, debe primar la capacidad para el desempeño de aquellas responsabilidades que la ciudadanía les va a atribuir”. Ese supuesto criterio fue respaldado por el matrimonio Laly García y Armando Blanco, sin oficio conocido, y posiblemente dependientes económicamente de Garrudo.
Consulta a Madrid que propuso una tercera vía. “lamentablemente, 3 miembros del CEP decidían dimitir en las últimas horas al ver cómo decaían sus propuestas por votación”. Siendo 6 los miembros del CEP, ¿en qué sentido decaían sus propuestas? “Eso se nos vino encima tras unos intentos tengo que decir que titánicos por nuestra parte (presidencia, vicepresidencia y secretaría) de llegar a un acuerdo”.
Afirma que “se llegó a ofrecer al ahora exportavoz, Igor Aguilera, encabezar la lista municipal a Santander e incluso eliminar aquello de la lista regional a lo que ofrecía más resistencia. No hubo forma. Todo pasaba por aceptar sí o sí que el exportavoz fuera número 1 regional. Suponía una imposición autoritaria y poco razonada que, tras los fuertes esfuerzos realizados en las reuniones de trabajo por los tres principales directivos del partido en Cantabria, no podíamos aceptar”.
Luego Garrudo, para reforzar su postura, recurre a una militancia a la que Santiago Abascal ha quitado la voz y el voto, y a España. “Poco o nada hay de lo que se está contando en algunos medios y redes sociales”. Garrudo, que ha despedido a todos sus trabajadores tras recibir 1,2 millones de euros en subvenciones del PP, afirma que “somos los buenos y vamos a ganar”.