Javier de la Calle.
La sola idea de identificar a Juan Marín, vicepresidente de la Junta de Andalucía, con nueva política es un auténtico sarcasmo. Marín es un galápago que ha pasado por todos los partidos, empezando por Alianza Popular. Los primeros compases en su nuevo cargo han estado lleno de tropiezos y con artimañas de vieja política.
Tal y como adelantó Rambla Libre, Javier Millán no repetirá como concejal y portavoz en el Ayuntamiento de Sevilla, tampoco como diputado provincial y portavoz en la Diputación, pero ahora hay cargos para repartir y bocas que callar, así que Millán ha sido premiado con el puesto de delegado territorial de la macroconsejería de Juan Marín. Un puesto menos expuesto pero con mejor sueldo. Lo que está haciendo Ciudadanos en Andalucía es heredar a la PSOE.
Los tropiezos se han sucedido, como la dimisión en 24 horas como la de Elisa Fernández Vivancos del puesto de Delegada de Turismo, Justicia, Regeneración y Administración Local en Granada. Aquí lo de regeneración se usa para no regenerar nada. Elisa fue letrada en el caso Nevada que enfrentó a la Junta con el constructor Tomás Olivo, en el que la Junta fue condenada a pagar 168 millones de euros. Elisa Fernández reapareció como abogada en el despacho Ramón y Cajal, que representaba a la Junta en ese caso. Elisa Fernández Vivancos ha dimitido para no dañar «el proyecto de regeneración» de Ciudadanos. ¿Qué proyecto; cuando se nombran «delegados» de una autonomía, como si fuera un imperio?
Luego está el nombramiento más polémico: el de Carlos Sierra como director general de la Oficina Judicial y Fiscal de Andalucía. Sierra es el abogado del imputado en el caso de los ERE, Javier Guerrero, y también defensor de El Cuco, uno de los implicados en el caso Marta del Castillo.
A pesar de esta piñata de puestos, hay quien no ve claro que haya proyecto en Ciudadanos ni algo parecido a regeneración. Francisco Javier Moyano ha dimitido como concejal en el Ayuntamiento de Sevilla, para volver a su profesión de farmacéutico.
A Vox le han tomado el pelo
El tripartido andaluz sólo funciona cuando de lo que se trata es de repartirse cargos. Ciudadanos no ha tenido ningún problema en votar al senador por Vox, Francisco José Alcaraz, a cambio de que Vox votara a los senadores de Ciudadanos, Fran Carrillo, diputado por Córdoba, y Mar Hormigo, secretaria de organización. A Vox el PP, como ya indicó Rambla Libre, le ha tomado el pelo. Tanto PP como Ciudadanos no están dispuestos a derogar la Ley de Memoria Democrática, es decir, la Ley de Memoria Histórica andaluza. Esa Ley totalitaria que quiere establecer una versión única y falaz de la historia equipara al régimen de Franco con el nazismo, cuando España fue el lugar más seguro de toda Europa en la segunda guerra mundial, y no asume los crímenes de los republicanos, socialistas y comunistas. PP y Ciudadanos aducen que es precisa la unanimidad de la Cámara, lo cual es imposible. Excusas de malos pagadores. Santiago Abascal ya empieza a darse cuenta de que el pacto fue un error y amenaza con no votar los Presupuestos. En su cuenta de twitter ha escrito: «otro incumplimiento de lo pactado por el PP con Vox en Andalucía. Suma y Sigue. Ni su palabra ni su letra valen nada. Luego querrán aprobar los presupuestos… y no podrán“. Por ahora, Francisco Serrano se ha acomodado y no ejerce como oposición.