Enrique de Diego.
Eres una consumada hipócrita, Laura Falcó Lara. Has tenido la deferencia, al tiempo que la desfachatez, de responder vía Twitter a mi claro ultimatum respecto a tu lacayo y chapero del sistema, José Miguel Monzón, alias Woyming, tras su degenerada necrofilia contra Franco, Caudillo invicto: «Carta a las hijas y los nietos de José Manuel Lara: O echáis al chapero del sistema, Monzón, alias Woyming, o hundimos Atresmedia«. La respuesta, cobarde, es el respaldo a tu empleado mamarracho y a su infinita ofensa. Lo vas a pagar muy caro.
Para poner en situación al lector, que con tanto interés y en tan gran número, sigue esta cuestión. Eres nieta de José Manuel Lara Hernández, fundador del Grupo Planeta, de donde surge Atrresmedia, del que indicas o reconoces que era franquista, cuando eso es quedarse corto, porque tu abuelo luchó en la contienda civil como capitán de la Legión, un rango muy alto en esa gloriosa unidad de élite, formando parte del Cuerpo de Ejército de Marruecos, con el que entró a las órdenes del general Juan Yagüe en Barcelona liberando la ciudad de las pandillas de asesinos que habían competido en el crimen. El entusiasmo fue tan desbordante que fue la vez en toda la guerra que Yagüe fue la ocasión en que estuvo en mayor riesgo, teniendo que ser sacado de entre la multitud por los legionarios. Le pidieron los barceloneses, tan aliviados estaban, que de inmediato cambiara el nombre de la Plaza y quitara lo de Cataluña para llamarla Plaza del Ejército, a lo que se negó, enfatizando la españolidad de Cataluña, tarugán Torra al margen. Los guardaespaldas del fundador de Planeta eran exlegionarios. Ahora dices ¡A mí la Legión! y los nietos se descojonan y son los propietarios de una cadena infecta donde insultan la memoria de Franco en niveles soeces de necrofilia irrestricta.
Llevas razón, en parte, en que no tienes «autoridad real» para prohibir nada porque es un florero en el Consejo de Administración puesto por José Creuheras para mantener su poder y el de los ganapanes de la tecnoestructura. En otro tuit, antes de ponerte espléndidamente estúpida, afirmas que «somos accionistas no únicos y no creo que seamos sospechosos de una ideología antifranquista, ni nada parecido«. Es para desternillarse que eso lo diga la propietaria de La Sexta, y de Antena 3, lo que es notoria impostura y esquizofrenia mediática insultante; eso del «sandwich» o la «pinza«, de lo que se ufanaba el ladino y tortuoso Mauricio Casal, pasándose diez Palace de listo. Ya estamos hartos de estas tomaduras de pelo que están llevando a España y a los españoles, a la nación y a la sociedad, al desastre sin paliativos. No habéis hecho más que daño.
Se trata para ti, Laura, de libertad de expresión, que no tiene límites, pero sí los tiene, y se han superado con creces, el buen gusto, la educación y el respeto. ¡Qué risa, tía Felisa! ¡Qué cosa más rara, Lara! Resulta que en España hay libertad de expresión y sin enterarnos. Me cisco yo en la libertad de expresión que tú defiendes y practicas, censora de tres al cuarto, vestal de la gran mentira. El 54% de los españoles, según Sigma Dos, está en contra de profanar la tumba de Franco, según NC Report, el 61,4 y según la encuesta de Abc, el 84%. ¿Cuánto tiempo se ha dedicado en La Sexta a esa postura? 0 patatero. Y otro 0 patatero en Antena 3. Luego tu Grupo, del que tú eres accionista, Laura, es un antro de nauseabunda manipulación, voceros de una casta depravada e infecta.
Te he planteado en twitter la siguiente pregunta: «¿Te parecería libertad de expresión sacar a la momia de tu abuelo, capitán de la Legión con Franco y Yagüe, y que le haga el boca a boca Dani Mateo?». Y has respondido: «Él era franquista y durante años, ya enfermo, lo imitaban en Crokovia y jamás denunciamos«. La respuesta no tiene lógica alguna. Es del tipo de como sé que te gusta el arroz con leche por debajo de la puerta te meto un ladrillo. Pareces confundirme, Laura Falcó Lara, con la meritoria Fundación Francisco Franco. No soy partidario de denunciar en los Juzgados, por principio, por libertad de expresión, y porque no sirve para nada. Pero igual que Goliat tuvo libertad de expresión para sus bravuconadas, también la ejerció David para meter la piedra en la cazuela de la honda. No entendéis otro lenguaje que el de la pasta y en ese idioma os vamos a hablar toda la gente decente de España que va entendiendo que se juega la supervivencia, pues se pretende introducir a la trágala al personal, mediante una opresiva tiranía mediática, en el zaguán del totalitarismo, en la mentira y el expolio, y hete aquí que más que media España está agradecida a Franco por librarla del comunismo genocida, del socialismo asesino, por su buena gestión y por su honradez acrisolada, por haber hecho una España en la que un personaje como tu empleado Monzón, un completo gilipollas, chapero del sistema, no tendría sentido y sería considerado un cantamañanas amargado. Amargada tú, Laura, y tus empleados, que sólo destilais bilis.
Mira, Laura, hipócrita consumada, el sistema del que tú te lucras y del que eres una pieza destacada ornamental utiliza con su libertad de expresión -¡qué risa, tía Felisa! ¡qué cosa más rara, Lara- los siguientes pasos o escalones: primero, el ostracismo, la conjura de silencio; en segundo lugar, la ridiculización; si se superan esos dos escalones, luego ya viene la criminalización. No tenéis principios, no tenéis escrúpulos, no tenéis dignidad. Te cuento una irrelevante anécdota personal de tu libertad de expresión: se empeñaron tus lacayos del infame programa de Monzón, alias Woyming, en que fuera a fin de ser ridiculizado por un figurante llamado Burque, un pobre hombre sin imaginación, y después de grabarme dos horas, decidieron no emitir ni un segundo, porque no habían conseguido ridiculizarme. Así que, petarda hipócrita, vete a otro con el cuento de la libertad de expresión.
No se ha emitido una opinión. ¡Ay! qué gracia, que ocurrentes estos degenerados. Se han traspasado todos los límites en la ofensa y los culpables sois el completo gilipollas de Monzón y quienes se lo permitís y le pagáis para que ofenda. Así que vamos a ejercer los demás nuestra libertad de expresión llamando al boicot de las marcas que se anuncian y financian ese infecto programa, esa cloaca de mal gusto, esa exaltación de la censura y la persecución del disidente, y de todo lo noble y patriótico. Y nos va a seguir muchísima gente: los legionarios en primera fila, ofendidos, los gallardos del Movimiento por España con esa gran mujer que es Pilar Gutiérrez, y toda la gente sana, que es mucha, de esta gran y doliente nación. Vamos a marcar pronto los primeros objetivos, pero toda Atresmedia es un objetivo legítimo de boicot, mientras Monzón siga en nómina, destilando su veneno garrulo, ayuno de fineza y de cultura. ¡Cobarde tarugo!
Tu abuelo, de seguro, se avergüenza de ti y del insondable fondo de vileza al que habéis llegado los Lara, mientras os espelucha la tecnoestructura, y bien que hace ya que os dejáis. Porque tu abuelo era un patriota, que no hubiera transitado por los senderos de infamia en los que os habéis enfangado, con inaudita frivolidad, sus herederos.