Enrique de Diego.
No eres un poco o bastante gilipollas, José Miguel Monzón, alias Wyoming, eres, lisa y llanamente, un completo gilipollas. Y ya va siendo hora de que se te diga que nunca has tenido gracia, que nunca has dicho un chiste bueno, que haga reír con bonhomía. Eres un contrahecho y un taimado, el niño que siempre anda tocando las pelotas en el recreo a los demás, y del que nadie diría que es gracioso, sino que es un completo amargado. Tienes encima la desgracia de ser hijo de un santo varón, al que tú no le llegas a la suela de los zapatos, un miembro entregado del Opus Dei, contra cuya sombra luchas en tu podredumbre, teniéndolo embalsamado en la mugre de plató en el que hociqueas como un cerdo.
Pareces salido de algún cuadro del Spagnoletto o de Velázquez, el de las Meninas, en concreto. Eres un cobarde. En ocasión memorable, el general Monzón, héroe de España, retó a duelo al mierda demenciado de meterse tanto por los diversos agujeros de su cuerpo; haría lo mismo contigo, pero eres un cobarde, que no tienes media leche mediática. Aunque algún día nos encontraremos por la calle y te pediré que me expliques tus artimañas de censor.
Eres el lameculos del sistema, la prostituta de la casta, el sicario mediático de esta izquierda miserable que está en crisis en toda Europa y que aquí hay que erradicar más pronto que tarde, sea como sea, democráticamente, con la ilustración que a ti te falta, chiste fácil, hortera de bolera, gilipollas integral. Eres la inmundicia de esta izquierda sin lecturas, ni objetivos, ni horizontes, salvo chapotear en sus propios vómitos, en sus clichés gastados, en sus dogmas de macarra.
El sistema al que sirves te ha dado el monopolio de la mala leche y la estupidez irrestrictas, con lacayos como Dani Mateos, viejo prematuro, tonto del culo. No eres la puta barata, pues has hecho una fortuna como especulador urbanístico, pues no te falta nada en el terreno de la impostura y la indignidad, y en cuestión de hipocresía no tienes límites.
Eres un fantoche, un alma en pena, un trinconcente al que contratan los ayuntamientos de izquierdas para hacer como que canta. Eres verdura de las eras, escoria mediática. En vez de cerebro, Woyming, tienes una cloaca que exuda gases fétidos. Mierda de tío.