Josep Sansano.
En un momento procesal en el que la presunción de inocencia no puede ser enervada, el político Eduardo Zaplana está siendo condenado de hecho a pena de muerte. El criterio judicial de que existe riesgo de fuga no se compadece con la grave dolencia que padece que le obliga a depender de los médicos que llevan su tratamiento; el otro argumento de la posibilidad de destrucción de pruebas ha perdido sentido dado el tiempo transcurrido desde su ingreso en prisión el 24 de mayo y dado que personas directamente implicadas permanecen fuera de la prisión.
El Confidencial publica una carta del oncólogo Guillermo García-Manero de la clínica Anderson de Houston en el que sitúa, en caso de recaída, la tasa de mortalidad de la enfermedad que padece Zaplana «cercana al 100%». La carta ha sido presentado por los abogados de Zaplana en el Juzgado, puesto que la prisión no reúne las condiciones necesarias para garantizar la salud del paciente cuya vida está en «grave peligro».
«En mayo de 2015 tuve la oportunidad de evaluar a Eduardo Zaplana en nuestro centro de Houston«, relata la carta del doctor García-Mantero, y «como médico especializado en el tratamiento del síndrome mielodisplásico, puedo asegurar que la fase actual del paciente es compleja». Una fase del tratamiento que, pese a haber encontrado un trasplante de médula, supone un «altísimo riesgo de recaída, complicaciones infecciosas y de enfermedad del injerto contra el huésped«. «Si el paciente recae, la tasa de mortalidad es cercana al 100%«, sentencia el oncólogo.
Además, Zaplana «depende de los controles y tratamientos» que recibe en el hospital valenciano que sigue su caso. «Es imposible que un paciente de estas características pueda abandonar el control de su médico», dice García-Manero.
Aparte del informe del oncólogo, la defensa de Zaplana también ha aportado otros informes de especialistas con la intención de demostrar que la permanencia en prisión del exministro está afectando a su salud. Entre los firmantes hay dermatólogos, podólogos, otorrinos e incluso dentistas que explican que Zaplana, por culpa de un brote de EICH, tiene bultos en las manos, papilomas, manchas en brazos, cara y cuerpo, sangrado de encías y hongos en la faringe y la garganta.