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Pedro Sánchez, el oportunista perfecto; Albert Rivera, el arribista burlado

Redacción




Enrique de Diego.

Rambla Libre a va a estar desde el minuto 1 enfrente de Pedro Sánchez -ese supersticioso laicista que promete sobre la Constitución- y su extraño Gobierno, no hay nada, ni lo más mínimo que nos una o en lo que coincidamos con él, pero no hay que minusvalorar al adversario. No me duelen prendas en reconocerle que es el oportunista perfecto. Como táctico, ha resultado eficiente y demoledor, como estratega, su proyecto está abocado al fracaso, como el tiempo, de seguro, demostrará.

No es un personaje menor, ni un peso liviano, ha demostrado fortaleza de espíritu y coraje, virtudes deportivas de baloncestista, capacidad para soportar la presión y visión clara para aprovechar las oportunidades. En Rambla Libre nunca lo hemos dejado de tener en cuenta y, por la lógica de los acontecimientos, aventuramos, como era previsible, que volvería a la secretaría general tras haber escenificado su victimización y presentarse como capaz de enfrentarse al aparato, algo que hoy en día puntúa muy a favor.

Pedro Sánchez. /Foto: lavanguardia.com.

Pedro Sánchez ha hecho una jugada maestra, un jaque mate a Rajoy, que sitúa a un partido con sólo 84 diputados en el Gobierno, con el botín electoral que ello conlleva: sueldos, parafernalia, estómagos agradecidos, compra de voluntades. Contará, por ejemplo, con susanistas en el Gobierno, quienes, al deberle el sueldo, pasarán a ser algo sanchistas. Aguantarán todo lo posible, sin adelanto electoral, porque van a mejorar mucho sus retribuciones y los socialistas tienen hambre.

No todo ha sido mérito suyo, le ha ayudado con infinita torpeza y alocado apresuramiento Albert Rivera, como luego analizaré más detenidamente, saliendo de liebre y generando una situación imposible que se ha vuelto en su contra.

José Bono, el intocable.

Una completa impostura Pedro Sánchez en el papel de Don Algodón

Pedro Sánchez ha mostrado lo irresistible que es en política la claridad de propósitos combinada con una enorme e implacable voluntad de poder. En ese sentido, es el oportunista perfecto. La puesta en escena de su táctica ha sido brillante y vigorosa, y por su completa falta de cualquier criterio moral, puede considerársela impecable. El secretario general del partido del fraude de los EREs no puede desalojar a nadie del poder por corrupción. El PSOE tiene en sus filas al mayor corrupto de España, José Bono, a cuyo lado cualquier chorizo parece un hombre honrado, y del que mañana ofreceremos una tercera entrega demoledora sobre su inmensa corrupción. Es una completa impostura la del Pedro Sánchez devenido en Don Algodón, como tampoco puede gobernar con los Presupuestos Generales del Estado, pero una mayoría de diputados, de esa serie de retales de 22 partidos con el mínimo común denominador de su odio a España, empezando por el detritus chavista de Podemos, no podía votar, bajo ningún concepto, a Mariano Rajoy o a su sostenimiento en el poder.

Pedro Sánchez no ha negociado con nadie, al menos a la luz del día, no ha firmado letras con fecha de vencimiento, sino que ha hecho promesas todas ellas vaporosas en el límite del delito. El peaje ha sido someterse al PNV pero eso ya lo habían hecho Mariano Rajoy y Cristóbal Montoro. El PP ha hecho bien el trabajo sucio.

Pero el nuevo, e indigno, de baja legitimidad, presidente del Gobierno no es capaz de medir el nivel de justa ira que ha provocado en un sector mayoritario, para el que España es importante. No se da cuenta, no es capaz ni tan siquiera, de percibir que afirmar que «España es una nación donde hay territorios que se siente nación«, no es una reflexión, sino una ofensa y una traición, a los españoles que dan la cara en esos territorios, a la lógica, al sentido común y a la virtud patriótica, de la que nunca vamos a abjurar, por muchos compadreos que se produzcan.

Un completo espejismo este Gobierno sostenido sobre 84 exiguos diputados

Este golpe de mano ha producido, sin embargo, un espejismo: un Gobierno con 84 diputados no es sostenible, no responde a la mínima lógica aritmética de la democracia, pero, mientras dure Pedro Sánchez en el país de las maravillas, los socialistas mejoran sus sueldos, introducen a su pesebre y se aseguran el disfrute ulterior de dos años de sueldo los ministros y Pedro Sánchez la jubilación de por vida con un sillón en el Consejo de Estado. Sánchez ha hecho un buen, magnífico negocio, y de eso también se trata en política.

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Mónica Terribas entrevistando al racista Quim Torra. /Foto: diariodeleon.com.

Reforma constitucional para ir a eso del federalismo

Lo que va a hacer o pretender hacer, mientras los separatistas y podemitas sigan siendo sus rehenes, y estén bajo el chantaje de que cualquier movimiento serviría para el retorno de Rajoy, es proponer y eso de dialogar sobre una reforma constitucional que dé a Cataluña –a los separatistas catalanes- y a Vascongadas –al PNV- la condición de nación, pero dentro de ese absurdo de la nación de naciones.

Los separatistas han llegado demasiado lejos para prestarse a juegos semánticos o a cualquier cosa que no sea la república catalana o el derecho a decidir, así que Pedro Sánchez va a terminar solo, descalabrado y con el PSOE destruido. Porque tan artera traición necesitaría el respaldo del PP, puesto que Pedro Sánchez y el PSOE son insignificantes, 84 diputados. Todo es una broma pesada, macabra, que terminará muy mal, y hay que conseguir que los platos rotos caigan básicamente en el campo yermo del socialismo.

Porque este Pedro Sánchez tacticista ha conseguido los peores resultados de la historia del socialismo, no ha remontado en las encuestas y va a abochornar a sus bases mostrándose servil –como ha hecho en el vomitivo debate de la moción de censura- a todos los enemigos de España, junto a personajes tan indeseables como el supremacista Quim Torra, que parece salido de una taberna muy oscura de seguidores del Ku Klus Klan. El PP, al que ha humillado, no le va a poder conceder respiro, ni terreno de nadie, porque no se lo permitirían sus bases, pues lo que se percibe con fuerza en el horizonte es el rearme moral y el resurgimiento de la derecha.

Mariano Rajoy felicitando a Pedro Sánchez. /Foto: lavanguardia.com.

Rajoy, el mal absoluto, debe irse del Congreso

Aunque lo traté de manera extensa en un artículo anterior, Mariano Rajoy se había dedicado a agredir a su electorado, a aislar a la derecha y a perseguirla, practicando las políticas del PSOE y sosteniendo de manera absurda toda la nefasta agenda del nefasto Zapatero. Si no existiera Losantos habría que inventarlo para que definiera a Rajoy, y a éste PP, como maricomplejines. Acierto glorioso. Así que Pedro Sánchez ha hecho un gran favor a la derecha que le terminará pasando factura: la ha liberado de un lastre inmenso, de la dictadura de la corrupción ideológica de una mafia encastillada en el mal menor.

Rajoy debe irse del Congreso. Debe marcharse a casa o al Registro de la Propiedad. Mientras él esté el PP no va a hacer otra cosa que decaer porque precisa de una regeneración de arriba abajo, darle la vuelta como un calcetín. Por lo que conozco del PP actual eso es imposible: está conformado por mediocres burócratas sin bagaje cultural ni ideológico, sin resortes morales, ni energía vital, que parecen estar esperando robar. En el PP sólo queda la carta de Alberto Núñez Feijoo que ya se está tardando en jugarla, porque Soraya es una broma, se ha retratado, inconscientemente, en ese gesto de poner su bolso en el escaño de Rajoy. Al menos, por unas horas, su bolso ha sido presidente del Gobierno. ¡Qué venga Feijoo cuanto antes o será demasiado tarde para un PP catatónico!

Alberto Núñez Feijóo. /Foto: lavozdegalicia.es.

De paso, con Rajoy, se va gentuza como José Antonio Sánchez, presidente de RTVE, hombre de los maletines y las puertas giratorias, que ha dedicado RTVE a la degradante función de vocera de la corrección política. Todo por la pasta, Sánchez.

Pablo Echenique y Pablo Iglesias, en los Goya. /Foto: ecodiario.eleconomista.es.

Pablo Iglesias en el más pavoroso ridículo como mendicante de un Ministerio

Otro favor que nos ha hecho a todos Pedro Sánchez ha sido dejar en ridículo a Pablo Iglesias, mendigando un Ministerio, ofreciéndose a cambio de nada, como un mero satélite alocado e histriónico. Pablo ha llegado a este momento decisivo muy forzado por su supina incoherencia con la mansión de La Navata, que es de un descrédito completo, aunque los inscritos hayan tenido la indignidad de ser tratados, y dejarse, como un patético rebaño. Pablo Iglesias tenía que hacer, a la fuerza, seguidismo. Su posición ha sido ridícula y desmerecida. Pablo Echenique ha rematado como menesteroso pidiendo a Sánchez que les dé algo a los podemitas. Iglesias sale muy tocado del debate, aunque no tanto como Albert Rivera.

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Albert Rivera se precipita

Todo este embrollo, esta situación imposible, este espejismo lo ha creado o lo ha ayudado a generar poderosamente con su torpeza Albert Rivera, que salió en tromba en su autoconcedido papel de Robespierre, de jacobino de pastaflora. Rivera es otro oportunista como Pedro Sánchez, pero mucho más torpe y charlatán. Es un niño mimado del sistema que se ha precipitado. Es, desde luego, un luchador que ha dado más vueltas que una peonza, desde la extremaderecha de Libertas y Miguel Durán, pasando por la socialdemocracia para recalar en el liberalismo, sin cambiar de siglas. ¿Qué será lo siguiente? En Cataluña estuvo muy de acuerdo en el absurdo de aplicar el artículo 155 para convocar elecciones porque eso obligaba a los patriotas a concentrar el voto en Ciudadanos y en Inés Arrimadas, pero en términos de la Patria esa línea era un auténtico desastre. Lo repetimos hasta la saciedad desde Rambla Libre, pero Albert Rivera va cegado por los destellos refulgentes de su propia ambición.

Albert Rivera, cuando era provida. /Foto: m.forocoches.com.

Se fue arriba con la vía Murcia, con el ensañamiento con Cristina Cifuentes y quiso hacer lo propio con Mariano Rajoy: que dimitiera, convocara elecciones y le cediera el poder, a rebufo de las encuestas. No le importa que no tiene partido detrás, que la financiación de Ciudadanos es más ilegal que la de Filesa y la de Correa juntos, y que le estallará en la cara, como está desvelando con sus exclusivas Rambla Libre. Al parecer, tiene a Pedro J Ramírez como su asesor aúlico, que su pareja se ha hecho muy amiga de Cruz Sánchez de Lara, que Rivera encamina sus pasos casi a diario hacia El Español, que no es nada, que es un agujero negro de pérdidas, y se pasa horas y escribiendo noticias, hasta conseguir que el redactor dedicado a seguir las noticias de Ciudadanos se haya ido a Voz Pópuli, harto de manipulación y ninguneo.

Pedro J Ramirez con Eduardo Zaplana. /Foto: informalia.com.

Pedro J Ramírez va muy forzado, porque todo le va mal, como si le hubiera mirado un tuerto, como dice el refrán, y necesita equilibrar su cuenta de resultados y seguirle dándole lujos a Cruz Sánchez de Lara, que cuesta un pastón y le gusta más viajar que a un tonto un lápiz. Así que ha descarrilado y descalabrado a Rivera (cuyo partido es una broma de una pandilla de descerebrados ahormados en francachelas en Barcelona, encantados de haberse conocido). Cuando las barbas de Zaplana veas en Picassent –debería estar en arresto domiciliario o con pulsera telemática por estricto y notorio humanitarismo– pon tus narices a remojar, Albert.

Pedro Sánchez se ha adelantado a Rivera y le ha dejado con la brocha en la mano. Le ha utilizado como liebre. En vez de las elecciones, ha habido una moción de censura que le ha sorprendido. Nunca había visto un Rivera peor. Su discurso en el debate de la moción de censura fue flojo y, en algunos momentos, estrictamente estúpido. No me pareció el de un estadista, desde luego, pero tampoco el de un patriota. No le dolía España, sino que le quitaran en sus narices la presidencia del Gobierno que le habían prometido. Cuando dijo que era “un día terrible para España” sonó mucho más a que era un día terrible para él. Incluso se sorprendió que le abuchearan desde la izquierda y la derecha. ¿No es el centro?

Santiago Abascal, en Barcelona, dando la cara. /Foto: youtube.com.

La resucitada Vox da el primer paso

Vox que ha resucitado con Cataluña, con Santiago Abascal que se fue a la calle en Barcelona a dar la cara desde el primer momento, que está teniendo una función decisiva en los Tribunales contra los sediciosos como acusación popular, tiene ahora su oportunidad y no parece dispuesto a desaprovecharla. Hoy convoca, a las 20 horas, ante todos los ayuntamientos y mide fuerzas –“España lo primero”- en la Plaza de Colón, donde ya ha llenado dos veces. Vox, que plantea acabar con las autonomías, puede hacer que su respiración resuene el cogote del PP y cortarle el resuello a Ciudadanos. El futuro siempre está abierto. Depende de la responsabilidad de cada uno.

Mariano Rajoy, el gran traidor, ha dejado a la derecha sin representación parlamentaria