Miguel Sempere.
La España que dibuja el barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas está decepcionada con Mariano Rajoy y cada vez más distanciada del discurso oficial, omnipresente en los medios, de la corrección política. La propaganda gubernamental de La Moncloa no cala en la población. El discurso triunfalista sobre la economía y el empleo que es el argumentario central de Mariano Rajoy es rechazado mayoritariamente. Sólo el 7,1 de los encuestados considera que la situación económica es muy buena o buena, mientras que la califican de mala o muy mala el 54,7%. El 37,7 se queda con un condescendiente regular.
El 25,4% considera que la situación económica es peor que hace un año y el 22% que es mejor, y están en empate los que consideran que el próximo podría ser mejor, 21,1%, y los que opinan que podría ser peor, 21.7%.
Tampoco la situación política se percibe con optimismo o con una valoración positiva. El CIS detecta un clima de decepción bastante extendido. El 76,2% de los encuestados considera que la situación política es mala o muy mala, mientras sólo el 2,7 la califica de buena. Nadie opina que sea muy buena. El 42,7% considera que es peor que hace un año y sólo el 3,9% que es mejor. Y es muy fuerte el pesimismo de cara al año próximo, en el que el 29% cree que empeorará.
Frente al discurso dominante, asumido por todas las fuerzas políticas y monopolístico en los medios, los españoles se muestran crecientemente distantes del discurso de la corrección política. Así, los problemas que más preocupan son el paro, con el 62,3% de respuestas, la corrupción y el fraude, con el 38,3, y los políticos y los partidos en tercer lugar con el 27,4% de respuestas.
La violencia contra la mujer, cuestión continuamente tratada en los medios, sólo preocupa al 1,7%. Una puntuación muy baja, menor, por ejemplo, que la preocupación por la educación, 7,4%, y la crisis de valores, 1,9. La independencia de Cataluña preocupa al 11%. El racismo, otro mantra del sistema, sólo es citado como preocupación por el 0,2%, mientras la inmigración inquieta al 3,4%. Los deshaucios, al 0,2%.