Luis Bru.
Alsasua tenía que ser “liberada”, la Guardia Civil ha de salir de Navarra, es un objetivo político dentro de una campaña orquestada y organizada por la banda terrorista ETA y su brazo político. Ocho jóvenes van a ser juzgados desde mañana en la Audiencia Nacional por la brutal paliza propinada a dos miembros de la Guardia Civil –un teniente y un sargento- y sus respectivas parejas dentro y fuera de un bar de Alsasua. Con gran valor, las parejas se interpusieron en la paliza.
La Fiscalía considera que se trató de un acto terrorista, mientras las defensas lo califican de reyerta en un bar. Tres de los acusados están en prisión preventiva desde que tuvo lugar el hecho, hace ya 19 meses. Los acusados han ido recibiendo el apoyo de la izquierda abertzale y de Podemos.
En el juicio, que se prolongará hasta el 27 de abril, la fiscalía pide 62 años y medio para Ohian Arnaz, 50 años para otros seis, por delitos de lesiones terroristas, y 12,6 para el octavo, por amenazas. Algunos de los acusados son dirigentes del movimiento Ospe Mugimendua que promueve la campaña Alde Hemendik (Fuera de aquí), que pretende la salida de las Fuerzas de Seguridad, y específicamente de la Guardia Civil, de Navarra, como paso previo a la implantación de un régimen de terror separatista.
El fiscal describe esa campaña como la pretensión de influir de manera negativa en la calidad de vida de los miembros de la Guardia Civil, así como en la de sus familiares y amistades como paso previo a su exclusión social». Igualmente, estas actuaciones tienen como «segunda intencionalidad» el «crear un clima de miedo y rechazo entre los ciudadanos, instándoles de manera indirecta a no entablar ningún vínculo afectivo o de amistad o cortesía con miembros de la Guardia Civil, en un intento de aislarles socialmente». De este modo, «la no contemplación de estos preceptos por parte de algún ciudadano le convierte automáticamente en afín al cuerpo y, por tanto, en cualquier momento tanto su persona como sus bienes o incluso sus vinculaciones directas pasa a convertirse en objetivo de la dinámica ‘Alde Hemendik’ y de los distintos grupúsculos de marcado carácter violento».
El teniente tuvo que ser operado de fractura de tobillo y estuvo seis meses de baja. Tanto el teniente como el sargento han tenido que ser trasladados. También ha abandonado Alsasua la familia de la pareja del teniente, ecuatorianos, ante el clima de presión que tenían que soportar. Todos los testigos han recibido la condición de protegidos.
Estos son algunos de los gritos de odio que se profirieron: «Esto os pasa por venir aquí. Iros de aquí, hijos de puta pikoletos, os tenemos que matar por ser guardias civiles, cabrones, ‘txakurras’ (perros en euskera)». «Cabrones, teníais que estar muertos, dale más fuerte al puto perro guardia». «Al sargento torturador hay que detenerlo». «No tenéis derecho a estar aquí». «Esto que os ha pasado es por salir de allí arriba [del cuartel de la Guardia Civil]. Cada vez que salgáis os va a pasar lo mismo, así que lo que tienes que hacer es no salir de allí».