Enrique de Diego.
En primer lugar, agradecer las numerosas muestras de simpatía y apoyo ante la censura de los nuevos inquisidores hipócritas de El Intermedio de José Miguel Monzón Navarro. Era muy conveniente que se viera que esta pandilla de sectarios no soportan el debate ni lo más mínimo.
Salvo ocasionalmente, en pocas ocasiones, nunca he visto ese programa que me parece deleznable, romo y sin estilo. Dicen que es de humor pero no destilan más que amargura y chistes gastados y fáciles de dinosaurios progres, corrompidos moralmente por tanta mentira y tanto servilismo. El Intermedio no es otra cosa que una cloaca del sistema.
No llamé a El Intermedio. No envié ninguna nota, ni nada que pudiera implicar el más mínimo interés. Fueron ellos los que se pusieron en contacto conmigo. Fue la redactora Inmaculada Férez Ochando la que me remitió un correo indicando que “me gustaría hablar con usted para hacerle una propuesta”, que consistió en que me harían una entrevista de 2 horas de la que extractarían 8 minutos. Desde el principio les dije que sabía que su objetivo era ridiculizarme. Es lo que no han conseguido y de ahí la decisión de censurar una entrevista que ellos propusieron y ellos han pilotado. No han podido permitir que saliera por su programa que “el feminismo está perpetrando un genocidio de los varones heterosexuales y que pretende extinguir nuestra civilización” o que “el problema de los gays y las lesbianas es que no se reproducen” o el mismo gesto de que me santiguara al comienzo de la entrevista.
A Manuel Burque, que fue quien hizo la entrevista, le dije al principio que era un figurante cuya finalidad era ridiculizar opiniones cada vez con más apoyo en la sociedad española. Dijo que el programa tenía “un punto de humor pero las opiniones se expresan con libertad”. Mentira.
Visto el resultado final, volvería a ir para poner en evidencia que no son más que unos censores y unos inquisidores, que viven de demoler nuestra civilización, imponiendo las ideas delirantes de su relativismo mercantilista y su corrupción moral. Estoy muy satisfecho de haber dejado claro esa realidad.
Estos progres son gregarios, sociedad de autobombos, que repiten las consignas de los capitalistas, estrictos mamporreros de la mentira del globalismo. No es baladí recordar que los propietarios de La Sexta lo son también de Antena 3, así que lo mismo valen para un roto que para un descosido.
Estoy encantado de haber mostrado superioridad moral e intelectual frente a estos lacayos de los poderes fácticos, dedicados a destruir los valores patrióticos, lo que ya no está entre sus posibilidades y sus capacidades. Han sido ellos, empezando por Monzón que es el que ha tomado la decisión liberticida, los que han quedado en ridículo. Mi libro “El triunfo de Ágatha Ruiz de la Prada” es un completo éxito, y lo será cada vez más, como ariete contra la nefasta ideología de género y el sucio negocio del maltrato.
No son más que los bufones de la nueva inquisición y desenmascararlos es una alegría completa.