Luis Bru.
División en bloques, con el PSC intentando a jugar entre dos aguas en lo relativo al voto delegado. Roger Torrent es el nuevo presidente de la Mesa de un Parlament que no parece encaminarse al diálogo sino al conflicto y que no parece en condiciones de encauzar y dar sosiego a la sociedad catalana.
Jornada abierta por el diputado Ernest Maragall, exsocialista ahora el bando separatista, que apeló a la libertad de los políticos encarcelados. El primer momento de tensión llegó media hora después del inicio del pleno, con la queja de Inés Arrimadas y Santi Rodríguez, que pidieron reconsiderar la delegación del voto para Oriol Junqueras, Jordi Sànchez y Joaquim Forn, que habían solicitado el voto delegado. Miquel Iceta, en cambio, se desmarcó de la reivindicación y vio con buenos ojos que pudieran ejercer su derecho aunque estén encarcelados.
Pero las quejas de Arrimadas, que aunque hubiera logrado su primer objetivo sin el apoyo de los comuns no podía hacer nada para evitar que la presidencia de la Mesa fuera para Roger Torrent, fueron más allá.También reprochó al diputado de ERC haber hecho un discurso partidista desde una posición que usaba sólo por ser el diputado de mayor edad y lo consideró no facultado para aceptar el voto delegado.
En la primera votación no hubo mayoría absoluta, por lo que hubo una repetición que le bastó a Torrent con la mayoría simple. Mismo guión, aplausos al ser llamados a votar los ocho ausentes -fue así toda la mañana- y saludo especial entre Torrent y Maragall, veteranía y juventud, y mismos resultados. En el primer escrutinio hubo 65 votos para Torrent y 56 para José María Espejo-Saavedra, lo que indicaba el voto en blanco de los ocho miembros de Catalunya En Comú Podem y de uno de PSC, PPC o Ciutadans.
En la siguiente votación Josep Costa, de Junts per Catalunya fue elegido vicepresidente primero con 65 votos y José María Espejo-Saavedra sumo los 57 que tiene el bloque formado por Ciutadans, PSC y PPC. Los comuns, una vez más, votaron en blanco. Tanto PSC como PPC negaron el voto en blanco anecdótico de las dos primeras votaciones que en caso de haber contado con el apoyo de los comuns, hubiera privado a Espejo-Saavedra de la presidencia.
La Mesa del Parlament, el órgano que rige la cámara y ordena de los debates, clave, queda configurada: Roger Torrent de presidente, Josep Costa de Junts per Catalunya de vicepresidente primero y José María Espejo-Saavedra de vicepresidente segundo; Eusebi Campdepadrós de Junts per Catalunya de secretario primero con 41 votos; el socialista David Pérez de secretario segundo con 30, el sabadellense Joan García de Ciutadans de secretario tercero con 27 votos y Alba Vergés de ERC de secretaria cuarta con 24 votos. Sólo repiten en el órgano de gobierno de la cámara Espejo-Saavedra, con el mismo cargo, y David Pérez, que fue secretario segundo y pasa a ser cuarto en esta ocasión.
Los comuns censuraron que en la Mesa sólo haya una mujer y no fuera paritaria.
“Espero ganarme la confianza en este cargo y tengo el firme compromiso de trabajar para todos y todas”, prometió Torrent en su discurso, que quiso significar su juventud como un traspaso de poder de los mayores a los jóvenes que debe reproducirse en todos los órganos que toman decisiones en el país, afirmó. Como no podía ser de otro modo, tuvo palabras para los ochos ausentes y censuró el 155 y se fijó como objetivo que se recupere la normalidad necesaria para poner fin a la intervención.
“En lo que depende de mí trabajaré para que la política vuelva a situarse en el centro. Conjurémonos para recuperar las instituciones y ponerlas al servicio de la ciudadanía y en manos de la ciudadanía”, sentenció al tiempo que daba ya por recuperado el Parlament, cuya soberanía pidió fortalecer y apuntalar. “Que el progreso social sea un objetivo irrenunciable de este Parlament”, finalizó con la firme promesa de trabajar para restituir todas las instituciones catalanas y con una reivindicación del municipalismo, pues todavía era, el alcalde de Sarrià de Ter. “Viva la democracia y viva Catalunya”, concluyó el alcalde republicano sin mencionar a la república.
Tras el canto de Els Segadors, que algunos diputados evitaron cantar, hubo proclamas de libertad en la cámara mientras la nueva Mesa posaba sonriente y ordenada desde lo alto de la Mesa.