Miguel Sempere.
La operación, diseñada desde Moncloa, y que fue desvelada en exclusiva por Rambla Libre, ya está en marcha en todos los frentes. El objetivo es doble: apartar a la juez Carmen Lamela y poner en libertad a Oriol Junqueras y los exconsellers encarcelados, para que estén fuera de prisión para Navidad. Este golpe definitivo al Estado de Derecho ha sido ordenado por Mariano Rajoy, diseñado por Soraya Saénz de Santamaría y el principal brazo ejecutor es el magistrado del Tribunal Supremo, Pablo Llarena, que va a recabar para sí la causa, unificando los sumarios sobre el Govern y la Mesa del Parlament.
La estrategia pactada con los sediciosos implicaba que se descafeinara la declaración de independencia, lo que ya ha hecho Carme Forcadell calificándola de «simbólica» y la Mesa del Parlament puntualizando en su acta que no tenía efectos jurídicos. De esa forma, se van a ir dando los pasos para que los delitos de sedición, rebelión y malversación, que entrañas penas muy altas, se reduzca todo a una «conspiración para la rebelión«.
Pablo Llarena ya ha dado el paso para la componenda. Ha emitido una providencia dirigida a la juez Carmen Lamela a fin de que le informe de su opinión sobre los factores procesales e investigativos con el fin de decidir si el Tribunal Supremo asume la causa. Se trata de un trámite retórico. La orden de Moncloa es que el Tribunal Supremo unifique las causas. El Supremo tiene esa capacidad y Lamela tendría que ceder. Un auténtico enjuague.
Exclusiva: El Gobierno pretende retirar el caso de sedición de la jurisdicción de Carmen Lamela