Luis Bru.
A medida que se ahonda en el noviazgo-adulterio de Pedro J Ramírez (se casó con Ágatha Ruiz de la Prada tres meses y un día antes de comunicarle su decisión de separarse) con Cruz Sánchez de Lara se percibe, con asombro, la gran mentira contada por los medios de comunicación. El relato que se ha hecho ha pretendido dar una imagen políticamente correcta, incluso romántica, que queda muy matizada con los datos de la realidad. Hay aspectos que pueden ser calificados de sórdidos.
Abogada del empresario colombiano Carlos Mattos
Cruz Sánchez de Lara llegó al Consejo de Administración de El Español (no hace honor a su nombre) y a la vida del riojano Pedro José Ramírez como representante del polémico empresario colombiano Carlos Mattos Barrero. Mattos, proveniente de una familia acomodada, hizo su fortuna cuando conoció a Chung Mong Koo, presidente de la coreana Hyundai, y firmó un contrato de distribución exclusiva de la marca en Colombia, que hace dos años no se renovó.
Aficionado al lujo, amigo de Jaime de Marichalar, un reportaje televisivo mostró su isla caribeña privada, su mansión en Cartagena de Indias y su jet privado con detalles como los inodoros forrados en cuero. También en España ha llevado una intensa vida social. Consta que en 2009, Carlos Mattos conocía a Ágatha Ruiz de la Prada, pues figuró entre los invitados en la casa en Madrid del empresario colombiano, y su mujer Loretta, de la que luego se divorciaría, en una cena de agasajo a Firona Ferrer.
Cruz Sánchez de Lara es la abogada de Carlos Mattos en cuestiones personales, como el divorcio de Loretta. Mattos ha invertido algo más de 900.000 euros en el diario digital El Español de Pedro José Ramírez y su puesto en el Consejo lo ocupa su abogada. La historia siempre pudo ser de otra forma y en este caso también. Carlos Mattos, a comienzos de año, quiso retirarse del accionariado. Y ese hecho desencadenó una serie de acontecimientos que dan pie a pensar que hubo serios indicios de la relación entre Pedro J Ramírez y Cruz Sánchez de Lara y la artera traición del riojano a la diseñadora.
Conflicto en el accionariado de El Español
Es obvio que la salida de Carlos Mattos y la retirada de los algo más de 900.000 euros en acciones hubiera representado un grave contratiempo para Pedro J Ramírez y también hubiera conllevado la salida de Cruz Sánchez de Lara del Consejo de Administración lo que hubiera dificultado sobremanera los planes amorosos de la abogada, que atravesaba una etapa profesionalmente difícil por la pérdida de influencia en el PSOE tras la salida de José Luis Rodríguez Zapatero del Gobierno y la ministra Bibiana Aído, con cuya línea Cruz Sánchez de Lara sentía gran afinidad, desde la dirección jurídica de violencia de género de la Federación de Mujeres Progresistas. Además, una serie de reveses en los tribunales -como la sentencia absolutoria a Alberto Martínez, exesposo de la actriz Lydia Bosch y a Jesús Muñoz, que denunció a la abogada como inductora, dentro de una trama, de la friolera de siete denuncias falsas- habían cuestionado su prestigio profesional. De hecho, sus cursos sobre violencia de género para los Cuerpos de Seguridad fueron suspendidos.
Cruz no podía permitirse perder la plataforma de influencia que representaba su puesto en el Consejo de Administración de El Español. Hubieran sido demasiados reveses. Algunos de los pasajes sórdidos del noviazgo-adulterio de Pedro J Ramírez-Cruz Sánchez de Lara, y la relación cruzada con Ágatha Ruiz de la Prada, recuerdan la inquietante e ilustrativa película «Eva al desnudo», de Joseph L. Mankiewicz, con paralelismos entre Agatha Ruiz de la Prada- Bette Davis y Cruz Sánchez de Lara-Anne Baxter.
Carlos Mattos, según ha podido confirmar Rambla Libre de fuentes solventes, adoptó una posición agresiva hacia Ágatha Ruiz de la Prada en términos que sonaron a amenaza, hasta el punto de que amigos le aconsejaron denunciar al colombiano a la Policía y poner en conocimiento los hechos de la Embajada. Ágatha, al parecer, optó por la discreción y la tranquilidad, pero pudo comprobar, según fuentes de toda solvencia, que «Pedro J no la defendió, no dio la cara por ella». Un síntoma, con la perspectiva del tiempo, del desapego en la relación con la diseñadora, pero, entonces, ¿por qué quiso casarse tres meses y un día antes de su separación? ¿por qué aceptó hacer un reportaje mendaz -«abrazados«, Ágatha dixit– un día antes de su desayuno con cardos borriqueros?
Cruz Sánchez de Lara no podía permitirse ni perder influencia ni la cercanía respecto a Pedro J Ramírez, bien porque sintiera ya campanas en su corazón o porque estrechar la relación era una buena manera de salir de los atolladeros en los que se encontraba o por las dos cosas. La abogada se reunió con su cliente, Carlos Mattos. Fue un momento de máxima tensión. La reunión fue muy larga. Las fuentes afirman que duró cinco horas. El resultado fue que Cruz convenció a su cliente de la conveniencia de mantener su inversión en El Español -medio sobre cuya viabilidad dudan seriamente, a tenor de las cuantiosas pérdidas en los dos primeros años, 6.5 millones de euros- y a ella como su representante.
Pero estos aspectos sórdidos muestran que lo que hasta ahora ha sido presentado como una historia de amor es, también, una historia de luchar por el poder, el dinero y la influencia. Parafraseando a Mankiewicz: Cruz al desnudo. Continuará.
Toda la verdad sobre la novia de Pedro J: “Cruz Sánchez de Lara es una destroza familias”