Miguel Sempere.
Es una tentación que nunca le ha abandonado, pero ahora José María Aznar ve su vuelta a la política como un imperativo patriótico. Durante su visita a Valencia para clausurar el foro de FAES sobre educación y sanidad, ha mantenido encuentros discretos con destacados empresarios en los que les ha transmitido su decisión de volver a la política ante la deriva del secesionismo catalán y la estrategia de Mariano Rajoy, que Aznar no comparte en absoluto.
Aznar relaciona su vuelta a la política con una reforma constitucional anunciada para contentar a los separatistas. En esos encuentros, mostró su desacuerdo con Rajoy en unos niveles superiores y más imperiosos de los mostrados en público. Para Aznar, el apoyo del PSOE no era necesario para aplicar un artículo 155 que debería ser aplicado en toda su amplitud y para durar años, dado el proceso de ingeniería social puesto en práctica por los separatistas. Aznar transmitió su convicción de que el «débil» Rajoy no es la persona adecuada para afrontar esta crisis en la que está en juego la continuidad histórica de España.
Que Aznar piense en volver a la política no es novedad, pero los comensales valencianos transmiten a Rambla Libre que percibieron una mayor intensidad en la decisión. Ya en público, el expresidente del Gobierno afirmó que una reforma de la Constitución «no debe ser el pago a plazos de lo que ahora no estamos dispuestos a pagar al secesionismo catalán. Lo que está en juego es el pacto constitucional de 1978 que, en Cataluña, el nacionalismo ha dado por roto y ha destruido. Como respuesta, no cabe a mi juicio una reforma constitucional».
El expresidente llamó a «fortalecer la sociedad civil» para combatir «la mentira de una independencia dorada, gratuita y saludada por todo el mundo». La realidad, a su juicio, «es bien distinta«: la fractura social, el «descrédito internacional» y «el abandono masivo de empresas que no ven ese paraíso secesionista por ninguna parte«. Aznar apeló a evitar el contagio en la Comunidad Valenciana, una región que «está llamada a tener más influencia» y que «ha sabido hacer de su cultura un activo sin debilitar lo común».