Enrique de Diego.
España se merece enemigos de más enjundia que los reunidos para conspirar contra la libertad y los españoles en tu casa, Jaume Roures, trotskysta de chequera, que has hecho una fortuna con el apoyo del bobo solemne de José Luis Rodríguez Zapatero, un indigente mental que fue un desastre sin paliativos.
Los que te conocieron de joven ya vieron en ti, Roures, las maneras de un trincón que iba de revolucionario. Uno de los misterios de tu biografía es cómo -daría para un libro de autoayuda o para una investigación policial, que ya está tardando- de cómo pasaste de periodista deportivo de TV 3 a aparecer con el 33% de Mediapro, empresa propietaria de la mierda de periódico que fue -y es, como digital- Público, que sólo vendía los ejemplares que compraba el Gobierno- y que recibió la bicoca o pelotazo -pura y estricta corrupción- de la licencia de televisión de La Sexta.
Tú, Jaume Roures, eres un falsario, que mereces el desprecio de toda persona honrada y cabal. De joven militaste en la Liga Comunista Revolucionaria, trotskysta. Y te defines, al tiempo, como nacionalista catalán. Para pillar subvenciones. Porque si por algo se define la corriente comunista de León Trotsky es por el internacionalismo proletario y la revolución mundial, y por la aversión al nacionalismo de Stalin.
Lo que siempre te ha definido es tu odio a España, lo que, en esta España a la que cada día amo más ante tantas ofensas, se ha convertido en un buen negocio. Demoliciones Roures y el nuevo opio del pueblo: fútbol.
En 1983 fuiste detenido como colaborador de ETA, por dar cobertura y alojamiento al etarra Iñaki Ibero, secuestrador del industrial Ignacio Orbegozo, que intentaba reconstruir el comando Barcelona. Que es como dar cobijo al Younes Abouyaaqoub de aquel entonces. A pesar de ese historial, has ido haciendo negocio de ser de izquierdas y vivir en una urbanización de lujo, sirviendo al sistema.
Has ensalzado a patentes asesinos como cuando produjiste Comandante de Oliver Stone dedicado a la memoria del sanguinario pistolero Fidel Castro. Te ponen los violentos.
Muy de izquierdas, pero en enero de 2012 despediste a toda la plantilla de Público en dos ERE, y una vez limpiado el erial, el 22 de mayo de 2012, para sorpresa de todos, te fue adjudicado Público para que vendieras la mercancía averiada del globalismo y la corrección política. Capitalismo salvaje de mimado de la casta para que te enriquezcas.
Declaraste a Liberation que tus ideas no habían cambiado un ápice. ¡Piltrafilla! La única que no ha cambiado es demoler España, por eso has reunido en tu casa a Oriol Junqueras y Pablo Iglesias. Hay quien dice que tú representabas en la tenida al PSOE y al PSC, que te han hecho rico, siendo un inútil proteico. A Pablo Iglesias le has llevado del ronzal de Mediadro y tus terminales en La Sexta, porque el indigente mental de pablete es un vanidoso incapaz de decir el nombre de España.
Los objetivos del aquelarre han sido fomentar la participación en un referéndum ilegal, moverle la silla con un tripartito al miserable de Carles Puigdemont y tratar de provocar tal metástasis en el PSOE que se preste a la tarea de dar la puntilla al cuerpo moribundo de España. ¡Y que a ti, traidor compulsivo, se te diera una licencia de televisión de España es una más de las canalladas del bobo de Zapatero, cuyas andanzas últimas por Venezuela confirman su infinita torpeza!
No vas a poder destruir España, trincón canalla, trotskysta de chequera, nacionalista de subvención. Tú, todo por la pasta, Roures. Te mereces un juicio justo por alta traición.
Carta abierta a Pablo Iglesias: Eres un canalla y un traidor