Luis Bru.
Parece que algunos, bastantes, han confundido los deseos con la realidad. Como promoción turística el World Pride ha sido un fiasco: ningún hotel de Madrid puso el cartel de completo y donde más pisos turísticos estuvieron vacíos fue en los barrios de Chueca y Malasaña.
Se ha tratado, eso sí, de un acontecimiento político en el que Albert Rivera se subió a la carroza para atacar a la maternidad y Cristina Cifuentes convirtió Telemadrid, dirigida por José Pablo López, en la televisión oficial del acontecimiento, con un resultado pobre, casi ridículo. Su programa estrella especial ¡Qué orgullo! obtuvo el 3,7 del share, con 58.000 espectadores, cuando la media anual es del 4,3%.
Hay que desmitificar el colectivo LGTBI que interesa a los políticos, pero no al conjunto de la ciudadanía. En lo que sí obtuvo un récord el World Pride fue en la cantidad de basura que produjo: 469 toneladas.