Miguel Sempere
La pregunta recurrente de los descerebrados conspiranoicos del 11-M sobre ¿a quién benefició la masacre? Tiene una respuesta unívoca: a Pedro J, Losantos y Del Pino. De seguir esa lógica, podría llegar a pensarse que algo tuvieron que ver con la mayor matanza en Europa por terrorismo islamista.
El año pasado murió Fernando Múgica apesadumbrado por el mal que había hecho y haberse dejado utilizar con unos comentarios delirantes –“agujeros negros”- que eran notas para una novela esotérica de JJ Benítez.
Losantos se retrató a sí mismo y a su compinche Pedro J lluvia de oro, en su amoralidad, en su bajeza moral, en su primera respuesta, antes de que viera las posibilidades de negocio, a la publicación de Fernando Múgica, “es una buena técnica de vender periódicos”.
Negocio redondo para Pedro J, lluvia de oro
A Pedro J lluvia de oro le salió el negocio redondo. Hay artículos suyos en los que amenaza a Zapatero con la conspiranoia del 11-M porque no le había dado una televisión, pero, lo cierto, es que a rebufo en abril de 2007 se firmó la más importante operación en medios: Unedisa, la empresa de El Mundo, adquirió el 100% de las acciones del Grupo Recoletos, por 817,4 millones de euros, resultado de evaluar en 1.100 millones a Recoletos, menos 272,2 millones de deuda y 10,4 millones de cargos extra. Lo que implicaba la compra de Marca, Expansión, Telva, Actualidad Económica, para formar “un grupo editorial líder en la prensa nacional diaria”. Pedro J Ramírez, lluvia de oro, pasaba a ser el responsable editorial de toda la empresa y a mejorar sustancialmente sus retribuciones.
A Federico Jiménez Losantos también le fue muy bien y tuvo muchos premios de dinero público como mantenido del PP y adalid del liberalismo egipcio. En 2005, Esperanza Aguirre -¿por qué no dimite de verdad y se va de una vez?- le premió con cuatro licencias de televisión en Madrid, Alcalá, Móstoles y Fuenlabrada. El aval de 1 millón de euros era de Caja Madrid, donde estaba Alberto Recarte en el Consejo de Administración. Una auténtica bicoca, pues la venta de esas licencias a TBN España SL le represento 3 millones de euros. Francisco Camps le regaló otras cuatro licencias de televisión. Jaume Matas le financió. La Comunidad de Murcia le concedió 3 emisoras de radio y Galicia, 4. Losantos pasó a ser un hombre multimillonario.
Toda la historia desatada por lluvia de oro y el pigmeo moral para negar la autoría islamista tenía como finalidad evitar la exigencia de responsabilidades al completo inútil de Ángel Acebes –quien en el Consejo de Administración de Iberdrola cobra 200.000 euros anuales por no hacer nada- y mantener en el poder del PP al sector de Esperanza Aguirre. Hacer negocio. Acebes premió a Losantos dando la orden a Luis Bárcenas de que se utilizara dinero de la caja B del PP para acudir a la ampliación de capitales del chiringuito Libertad Digital: 446.000 euros.
Sin ese apoyo, la última ampliación de capitales para intentar cubrir el agujero, según técnicos contables, de 3 millones quinientos mil euros, que se detecta en los tejemanejes de préstamos cruzados entre las empresas del pequeño grupo, ha sido un completo fracaso.
También lo terminó siendo la compra de Recoletos, que no solo ha lastrado a Unedisa –perdió 85,7 millones en 2015; 20 millones en venta en el kiosko- sino también a la matriz italiana RCS.
Van de capa caída, como pálido reflejo de lo que fueron, con un «agujero negro» en Libertad Digital
Hoy Pedro J, lluvia de oro, es un pálido reflejo de lo que fue, enamoriscado de una abogada globalista y políticamente correcta, y con un digital del que huyen a la carrera los suscriptores. Jiménez Losantos ha visto hundirse a Esperanza Aguirre y naufraga en el terreno de la mediocridad.
Luis del Pino, esa completa nulidad fabuladora, también consiguió relevancia nacional y un puesto de trabajo con programa propio. No deja de ser significativo que a los miembros de lo que llamó el grupo de trabajo de los Peones Negros los llamará los «visires» siendo él el «califa«. Incluso Julio Ariza, que sabe que todo es mentira, pero de vez en cuando se ha ido apuntando, un hombre con muchos principios siempre dispuesto a venderlos por dinero, consiguió una licencia de Esperanza Aguirre para Madrid, que es por donde emite cargado de deudas y con un concurso de acreedores que parece un cachondeo.
De toda esta patraña, de este sucio negocio, ha habido víctimas. A los 193 muertos del atentado, hay que sumar uno causado por estos degenerados manipuladores y mercantilistas: Magdalena, esposa de Rodolfo Ruiz, comisario en el Puente de Vallecas. Magdalena, inspectora de Policía, buena esposa y buena madre, no pudo soportar la presión mediática de ver señalado a su marido como responsable de la matanza, llegó a ir a la Conferencia Episcopal a pedir que pararan a Losantos, pero no hubo piedad. Magdalena entró en una depresión y se suicidó. Sus últimas palabras antes de poner fin a sus días fueron: “Pedro J y Losantos han destrozado mi familia, son unos hijos de puta”. Llevaba toda la razón.
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