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El falso mito de Aznar y su PP bueno: Con Aznar empezó la caída…

Redacción




José María Aznar y Mariano Rajoy, dos desastres. /Foto: publico.es.
José María Aznar y Mariano Rajoy, dos desastres. /Foto: publico.es.

Miguel Blasco del Álamo. Director de Aquí La Voz de Europa.

El legado de Aznar ha sido la destrucción de la Derecha al introducir en ella el virus del liberalismo. Aznar y sus seguidores no paran de repetir que ellos defienden lo “liberal” y lo “nacional”, algo que es una contradicción en sí mismo. Igual que definirse como liberal-conservador. No es posible, pues “liberal” y “conservador” son términos opuestos. El mismo Hayek, profeta del liberalismo moderno lo dejó muy claro en su escrito “¿por qué no soy conservador”?.

Los liberales saben esto perfectamente, pero se lo ocultan a los ingenuos conservadores a los que se camelan con su discurso anti-socialista y anti “nacionalista”. Pero es un engaño, el anticomunismo de los liberales existe, pero sólo rechazan la parte económica del comunismo, no el resto. Algo normal ¿sabe la gente que muchos de los liberales más fanáticos de hoy, como Jiménez Losantos, vienen de la extrema izquierda? en cuanto a su discurso contra el “nacionalismo” de nuevo es otro engaño, pues no están contra el nacionalismo vasco o catalán por anti-españoles, sino por nacionalistas, ya que el Nacionalismo, sea cual sea, es una ideología a erradicar para los liberales.

Si bien es cierto que el liberalismo y la idea de nación moderna surgieron juntos a finales del siglo XVIII y principios del XIX, durante el final del siglo XX surgió un nuevo liberalismo que separó ambos conceptos, pasando a ver la nación como un obstáculo en los nuevos planes de los liberales para implantar su libre mercado mundial con libre circulación de personas, mercancías y capitales.

Al mismo tiempo, en nombre de una mal entendida “libertad individual” los liberales pasaron a defender toda la ingeniería social progre-masónica. Si alguien quiere consumir heroína es “libre” para hacerlo, si quiere practicar la zoofilia también es “libre”. En nombre de la “libertad” se justifican todo tipo de barbaridades. Los inmigrantes son “libres” de venir, los musulmanes son “libres” para abrir mezquitas por toda España…así con todo. Era de esperar el efecto devastador que esta doctrina repugnante introducida por Aznar ha tenido en la derecha sociológica española. Una derecha que en la actualidad está totalmente perdida, desinformada y sin entender nada de lo que está pasando. Ese ha sido el legado de Aznar: la destrucción de la derecha nacional más o menos cristiana y defensora de los interesas nacionales por una derecha liberal, “ciudadana del mundo”, globalista y al servicio de intereses extranjeros, en especial los de Estados Unidos e Israel.

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Con la semilla de la destrucción sembrada por Aznar luego vino lo que vino. Ya el mismo nombramiento de Rajoy era una pista de lo que iba a pasar, pues Aznar no podía desconocer al personaje. Por otra parte, aunque el PP perdió el gobierno de España en 2004 mantuvo el gobierno de varias autonomías, como Madrid, Valencia y Murcia. En las tres la política de inmigración y de islamización iba a ser la misma que hubo con Aznar y con Zapatero. Básicamente, puestas abiertas para todo el mundo. En la Comunidad Valenciana el PP nombró a Rafael Blasco como Consejero de Inmigración, que se dedicó a llevar una política inmigracionista radical, recibiendo premios de organizaciones musulmanas y pidiendo abiertamente la sustitución étnica de los valencianos por extranjeros. “La Comunidad Valenciana no es demográficamente sostenible si no vienen inmigrantes” llegó a decir el personaje ¿ayudas para los jóvenes valencianos para que puedan tener hijos? de eso nada. Hoy Blasco está en la la cárcel por tener las cuentas de su Consejería poco claras. En Madrid, la prima-hermana ideológica de Aznar, Esperanza Aguirre, llevó una política igual de favorable a la inmigración, algo lógico en una liberal pues, como hemos dicho, los liberales son partidarios de la inmigración masiva, pues la ven como una forma de bajar salarios y forzar reformas laborales más “flexibles”. Así están hoy Madrid, Valencia y Murcia: cada vez más tercermundizadas e islamizadas, con el comercio chino arrasando al español y Madrid sufriendo la violencia de las bandas latinas en sus calles, mientras Esperanza Aguirre sigue disfrutando de su vivienda de lujo en su barrio de lujo.

Hoy nos quieren vender a Aznar como un defensor “sin complejos” de los valores nacionales y de la auténtica derecha, cuando el propio Aznar se pasó los ocho años de su gobierno definiéndose de “centro reformista” y como “patriota constitucional”, otra contradicción más pues es imposible ser patriota y defender este bodrio de Constitución cuyo objetivo fue la destrucción de la patria y de la soberanía nacional. El legado de Aznar son sus hijos ideológicos de hoy. Engendros como Luis del Pino, defendiendo el burkini en nombre de la “libertad”, como Juan Ramón Rallo, defendiendo la entrada masiva de todos los musulmanes “refugiados sirios” en Europa, como Cayetana Álvarez de Toledo (pupila de Aznar en FAES) que rechaza la identidad de los pueblos, tan necesaria para su supervivencia, mientras promueve un internacionalismo ultra-individualista y cosmopolita que lleva a la gente al vacío existencial más absoluto, o como Cristina Cifuentes, defendiendo toda la ingeniería social masónica y multando a los colegios católicos que se niegan a implantarla. No es casualidad que el PP madrileño, el más “liberal”, sea el más corrupto y degenerado. Por el liberalismo entra la peste.

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El liberalismo de Aznar y su destrucción de la derecha nacional tradicional llegó hasta la misma Iglesia Católica, que llegó a tener a dos lacayos de Aznar como periodistas estrella. Un ateo anticatólico (Jiménez Losantos) y un protestante anticatólico y anti-español (César Vidal) ambos al servicio de Estados Unidos, de Israel y del sionismo internacional, ideología básicamente anticristiana. Desde sus púlpitos radiofónicos, ambos periodistas defendieron, junto a Aznar, la invasión de Iraq, que llevó a la muerte de cientos de miles de personas y al exterminio de los cristianos de Oriente Medio. Además, Losantos y Vidal promovieron el liberalismo económico más radical, siendo ésta una ideología totalmente opuesta a la doctrina social de la Iglesia.

En resumen, Aznar ha sido un absoluto desastre de político y no es cierto que exista esa falsa diferencia entre el PP “bueno” (el de Aznar) y el “malo” (el de Rajoy). Lo que hay es una línea de continuidad. Cuando algo coge una pendiente cuesta abajo sin frenos cada vez está más cerca del precipicio. Y eso es lo que le está pasando hoy a la Derecha en España. Con Rajoy está más cerca de llegar al final, pero fue con Aznar con quien empezó la caída.