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Miguel Mihura y el cine

Redacción




Miguel Mihura. /Foto: lajungladelasletras.com.
Miguel Mihura. /Foto: lajungladelasletras.com.

Fernando Alonso Barahona. Crítico de cine.

En 2017 recordamos el cuarenta aniversario de uno de los grandes dramaturgos españoles de la segunda mitad del siglo XX . Junto a Jardiel Poncela, Alfonso Paso o Buero Vallejo el teatro de Miguel Mihura continúa vigente y se representa en los escenarios aunque algunos santones de la crítica oficial prefirieran guardarlo en el olvido. Como botón de muestra cabe recordar que en septiembre 2015 el teatro Calderón de Valladolid acogía un nuevo estreno de Ninette y un señor de Murcia . En el verano de 2016 la terraza del Teatro Galileo en Madrid recordaba A media luz los tres. Y en diciembre 2016 el teatro social de Basauri reponía Ninette una vez más. Sin duda, triunfos y recuerdo para un escritor que tendría problemas para pasar la censura de los dictadores de la llamada memoria histórica.

Miguel Mihura (1905-1977) fue madrileño de pura cepa. Destacó como dramaturgo, periodista y autor de guiones cinematográficos. Se le puede considerar uno de los grandes precursores del teatro del absurdo (se adelantó a Eugene Ionesco) aparte de uno de los mejores escritores de humor en lengua castellana del siglo XX. Escribió en revistas humorísticas como La ametralladora y La Codorniz, que supusieron un auténtico revulsivo para la sociedad de la época. Trabajó con su buen amigo el gran director de cine Rafael Gil (1913-1986) en dos obras maestras del cine español: La calle sin sol (1947), protagonizada por Antonio Vilar y Amparo Rivelles, y Una mujer cualquiera (1948), con la gran María Félix y, de nuevo, Antonio Vilar. También participó en el guión de Bienvenido, Mr. Marshall, de Berlanga, una de las cintas clave de la cinematografía española.

La capacidad de observación de Mihura y su sentido poético son elementos perfectamente trasladables a una pantalla de cine. Hay que recordar que en la década de los cuarenta el dramaturgo escribió guiones para la gran pantalla, entre ellos dos de las obras maestras de Rafael Gil: La calle sin sol y Una mujer cualquiera. La primera es una de las mejores películas de la historia del cine español, influida por Frank Borzage, Frank Capra y Marcel Carne es una historia con ribetes policíacos pero que se inscribe de forma admirable en un realismo poético insólito en el cine español . En cuanto a la segunda es un auténtico film noir español en el que la gran originalidad es que la bella María Felix no es la vampiresa sino la víctima, y Antonio Vilar ejerce de forma brillante y desde luego inesperada como el auténtico malvado manipulador que quiere someter a cuantos se acercan a su lado. Mihura escribió el guión original para la película y años después – en 1953- la estrenó en teatro con dirección de Luis Escobar.

En 1957 Gil volvería a adaptar el dramaturgo en la curiosa Viva lo imposible, protagonizada por Manolo Morán, Paquita Rico y José María Rodero y en la que un aburrido oficinista decide cambiar de vida y dedicarse al mundo del circo.

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Mihura, hombre suave y brillante, liberal y conservador , independiente, soltero y mujeriego, fue producto, sin duda, de su época, pero supo aunar en sus trabajos artísticos el talento, la bondad y un sutil sentido del humor a veces desengañado y sarcástico, a veces enamorado. Siempre inteligente.

Su primera obra teatral, Tres sombreros de copa (1932), no pudo estrenarse hasta el 24 de noviembre de 1952. Entonces fue todo un acontecimiento en el Teatro Español de Madrid. Su argumento es hilarante: Dionisio duerme en una pensión su última noche antes de casarse cuando de repente irrumpe en la habitación un grupo de bailarinas de varietés y organizan una juerga noctámbula que durará hasta la madrugada. La obra estalla en un lenguaje brillante y en el absurdo aparente de numerosas situaciones y diálogos.  Antes había estrenado: Ni pobre ni rico, sino todo lo contrario (1943), El caso de la mujer asesinadita (1946 ) y después llegarían los éxitos de: A media luz los tres ( 1953 , Sublime decisión (1955), Mi adorado Juan (1956), Melocotón en almíbar (1958), Maribel y la extraña familia (1959), Ninette y un señor de Murcia (1964), Ninette, modas de París (1967) y Solo el amor y la luna traen fortuna (1968).

Varias de estas obras fueron asimismo llevadas al cine con diversa fortuna. Maribel y la extraña familia (1960) es una notable adaptación de José María Forqué, con Silvia Pinal, Adolfo Marsillach y Julia Caba Alba.

Melocotón en almíbar fue filmada también en 1960 por Antonio del Amo. Y lo que es más curioso, en ese mismo año se rodó una versión alemana del texto: Auf Engel Schiesst Mann nicht, dirigida por Rolf Thiele, con Ruth Leuwerick e Ina Duschka.

En 1967 José Luis Saenz de Heredia filma La decente, una de sus comedias más divertidas para lucimiento de Conchita Velasco y Alfredo Landa.

El libro Cine y literatura de José Gómez Vilches (Área de Cultura del Ayuntamiento de Málaga, 1998) recoge hasta quince películas españolas basadas en textos de Mihura (Ninette de José Luis Garci hace la número quince), cifra que se incrementa hasta seis más filmadas en países como México, Argentina y Alemania. Y todo ello sin contar sus guiones o historias para el cine.

Ninette y un señor de Murcia en su primera versión es de 1965 y se debe a Fernando Fernán Gómez, que por aquel entonces alternaba proyectos de alto riesgo (El extraño viaje), con adaptaciones de comedias de éxito: La venganza de Don Mendo (Muñoz Seca), Los palomos (Alfonso Paso)… En el reparto destacan Alfredo Landa, el propio Fernán Gómez, Aurora Redondo, Rafael Somoza y Alfonso del Real. La protagonista femenina fue la bella Rosenda Monteros, intérprete de títulos como Llévame en tus brazos (1953), Nazarín (1958), La diosa de fuego (1965) y La casa de Bernarda Alba (1980).

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Un hombre muy importante en la recuperación teatral de Mihura ha sido Gustavo Pérez Puig, (1930- 2012), realizador de televisión, uno de los mejores directores de teatro del siglo XX en España y director del teatro Español de Madrid entre 1995 y 2003. Pérez Puig animó a Mihura en uno de sus frecuentes altibajos y gracias a su intervención el dramaturgo volvió al trabajo y encontró la oportunidad de representar de nuevo sus obras. Posteriormente tanto Puig como su mujer, la directora Mara Recatero, se han preocupado de difundir su obra. Así el inicio de las conmemoraciones del centenario de Mihura en Madrid fue en 2005 el estreno de Melocotón en almíbar.

Garci recuerda la génesis de su versión colorista de Ninette :

Acababa de terminar el rodaje de Tiovivo. Enero 2004. Nueva York. 19 grados bajo cero. Alfredo Landa, Luis Herrero, Eduardo Torres Dulce y yo que siempre solemos ir como cuatro o cinco días a Nueva York a tomar martinis en una especie de ceremonia. Entonces dije: “me gustaría hacer Ninette”. Alfredo se extrañó un poco, pero es una obra a la que Landa tiene mucho aprecio porque le hizo una estrella. Siempre he pensado que si Billy Wilder hubiera conocido la obra de Mihura la hubiera hecho, en su línea, como en Irma la dulce.

Ninette es una revisitación de varios textos de Miguel Mihura: Ninette y un señor de Murcia y Ninette. Modas de París. La primera narra la historia de Andrés, quien decide tomarse unas vacaciones en París antes de empezar su nueva vida de empresario. En la capital francesa le espera Armando, un amigo suyo, que le ayuda a acomodarse con una familia española, cuya hija, Ninette, se enamora perdidamente de él.

Elsa Pataky y Carlos Hipólito encabezan el reparto de la obra, Alfredo Landa que intervenía también sufrió una fuerte gripe complicada con problemas respiratorios. Garci decidió dejar sus escenas para el final, para tratar de recuperarle, pero fue imposible, y a finales de enero se le reemplazó por Fernando Delgado, gran actor de cine, teatro y televisión, había realizado varias giras por España representando la obra.

No hay un solo plano exterior en la película y la escenografía del gran Gil Parrondo (de quien también recordamos su fallecimiento el 24 de diciembre de 2016 a los 95 años ) convierten la película en una experiencia insólita en el estilo habitual del cine español contemporáneo.

Miguel Mihura y la revisión de sus mejores obras constituye un espléndida manera de comenzar el nuevo año 2017 .