Miguel Sempere
Amplio eco de las revelaciones de Rambla Libre sobre que el secretario de organización, Fran Hervías trucó las primarias de Sevilla a fin de que ganara la que primera fue su amante y luego su novia, Virginia Millán Salmerón. Desde primeras horas de la mañana, Plataforma de Garantías Ciudadanas, que agrupa a expulsados y dados de baja de Ciudadanos, se hizo eco de la información a través de su cuenta de twitter. En Sevilla, epicentro de la polémica, el revuelo fue inmediato y la información empezó a correr por las redes sociales.
En uno de los grupos de Facebook más numerosos, donde se dan cita muchos que creyeron en el proyecto regeneracionista de Ciudadanos y que quedaron desencantados ante la realidad, uno de los pioneros, Isidro Gordillo, indicaba que “a esto lo llamo yo, poner el dedo en la llaga. Las tropelías cometidas aquí en Sevilla al descubierto. La mecha está definitivamente encendida y no hay quien la pueda apagar. “El lobo” (como se hace apodar el propio Fran Hervías) y sus aplaudidores trucaron las primarias, ahora a lo hecho, pecho. ¿Quién habrá sido el osado que ha puesto a Rambla Libre en el camino correcto de la investigación de este tema?”.
El prestigioso abogado y exjuez, Lorenzo Arístides, que compitió en las primarias de Sevilla, en declaraciones a Rambla Libre, considera “obligado que dimita Fran Hervías. Es manifiesto que privilegió a una candidata por mantener con ella una relación sentimental y una candidata que, además, falseó su curriculum. Sólo con la dimisión de Fran Hervías podría establecerse alguna diferencia con la vieja política”.
Arístides recuerda que “fue un proceso completamente manipulado. Virginia Millán Salmerón tuvo acceso al censo, inauguraba agrupaciones a las que Hervías decía que debían apoyar a esa chica y que, en caso contrario, no habría agrupación. Se le permitía usar los anagramas del partido como una candidata oficial”.
El prestigioso abogado recuerda que “me di de baja a la vista de la manipulación perpetrada en las primarias. Ciudadanos es un partido muy joven con prácticas muy viejas”.
Carlos Delgado Pulido, la referencia respecto a la realidad de Ciudadanos con su premonitorio y clarificador libro “Albert Rivera es un lagarto de V”, puso en su cuenta de twitter que Hervías “ha hecho un daño irreparable a una auténtica regeneración política en España. Bien lo conocemos en @TerceraVia3V”.
Según confirman a Rambla Libre diversas fuentes solventes, la relación sentimental entre Fran Hervías y Virginia Millán Salmerón se inició el año anterior, en la Feria de Abril, y durante un tiempo Fran Hervías compartió esta relación con la de su anterior pareja. La actual diputada por Sevilla –famosa por quedarse en blanco en el debate de Canal Sur a la hora de exponer los motivos para votar por Ciudadanos- hacía viajes a Barcelona.
Ambos mantuvieron en secreto su relación en todo el proceso de primarias, en el que Fran Hervías fue cualquier cosa menos neutral. Lo ético hubiera sido hacer pública la implicación sentimental y que el secretario de organización se hubiera inhibido o que Virginia Millán Salmerón hubiera renunciado a su candidatura por manifiesto conflicto de intereses, lejos de ello la pareja urdió una estrategia para que, en cualquier caso, resultara ganadora. El voto telemático estuvo fuera de control durante siete horas, tras ir ganando en los primeros resultados Jaime Barrena, algo que Fran Hervías no podía permitir.
Se trata, desde luego, de una situación límite en una conducta estructural de Ciudadanos y particularmente de su secretario de organización, Fran Hervías, quien ha actuado, habitualmente, como un falsario y un manipulador. Rambla Libre ha ido investigando pacientemente y publicando un cúmulo de hechos que muestran la forma de actuar del secretario de organización y la farsa de las primarias: en Murcia, el coordinador territorial, Emilio Argüeso, falseó todas las primarias, llevando y trayendo militantes de una agrupación a otra; en Torremolinos, el candidato ganador fue desbancado porque la dirección provincial y nacional querían a otra persona, para controlar la Diputación; en Elda, el ganado, César González, fue igualmente desalojado al día siguiente, sin más motivación que poner en su lugar a Francisco Sánchez, amigo del delegado territorial, Emigdio Tormo; en Fuenlabrada, los cinco primeros de la lista tenían que poner once mil euros; en Bormujos, Sevilla, el candidato facturó gastos electorales a través de su empresa.
Todo este tipo de comportamientos componen la realidad de Ciudadanos; no son, en ningún caso, la excepción, sino la norma. Muchas fuentes coinciden en que “lo del fraude de las elecciones telemáticas se ha dado en toda España”. Un modus operandi habitual ha sido descalificar e intentar demoler –usando con frecuencia a los medios- a las personas que osaban presentarse, sin el visto bueno de Fran Hervías, quien, por ejemplo, en Murcia avaló las irregularidades cometidas en primarias, calificando de “tóxicos” a quienes las habían denunciado.
Comprar el cargo también ha sido práctica común. El cabeza de lista por San Sebastián de los Reyes tuvo que poner 15.000 euros. Presionar para que se votar a la lista oficial fue habitual en Madrid, con De la Torre, Marta de Rivera, Miguel Gutiérrez y Patricia Reyes (a quién casualmente nadie conocía en la Comunidad, salvo el coordinador de Alcalá de Henares, Miguel Angel Lezcano, y el citado Miguel Gutiérrez, quién tuvo que poner en las listas de la Comunidad a una mujer ante el riesgo de que le denunciase por acoso sexual)”.
Lo de Fran Hervías y Virginia Millán Salmerón, amor a la primera de la lista, ha sido igualmente bastante habitual. Sofía Miranda es concejala y Esther Ruiz diputada de la Comunidad de Madrid tras haber mantenido ambas una relación afectiva con César Zafra.
Todo huele a podrido en Ciudadanos.
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