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David Pérez: eres un político profesional calzonazos

Redacción




David Pérez, con algunos amigos. /Foto: laquincena.es.
David Pérez, con algunos amigos. /Foto: laquincena.es.

Enrique de Diego

He de recordarte que, cuando estabas en paro, te ofrecí tu primer trabajo, junto a otros amigos tuyos, como el inefable sobrino del cantante José Luis Perales. No trabajaste nada, no diste un palo al agua, te dedicaste, desde el minuto uno, a conspirar y a buscar influencia política, en vez de hacer periodismo. Me dio, eso sí, una intensa alegría la apariencia de que te habías regenerado y de que eras capaz de hablar como un hombre sensato y defender lo obvio: que el feminismo está nutrido de “mujeres frustradas”, de máquinas de odiar, que el aborto convierte el seno materno “en una sala de ejecución” y que “va contra la paz”, en efecto, porque convierte el derecho a la vida en una concesión.

Pero te has venido abajo en horas veinticuatro, en menos que canta un gallo. Aquí no se puede confiar en ningún héroe, y menos que cobre del erario público, porque, a la primera de cambio, te decepciona y se desmorona. Esto no parece la España histórica, esto está lleno de trepas, de pelotas, de tiralevitas, de lameculos y de abrazafarolas. Todo eso lo has sido tú, David Pérez, en grado sumo; ya apuntabas maneras y se te veía por donde iban a ir tus derroteros de adulador. Durante unos minutos, ante el VI Congreso de Educadores Católicos, te quitaste tus harapos y te adornaste con los bellos atavíos de la verdad, y pareciste casi un estadista.

Haciendo el pelota a Esperanza Aguirre. /Foto: elmundo.es.
Haciendo el pelota a Esperanza Aguirre. /Foto: elmundo.es.
El descanso de la guerrera.../Foto: davidperez.es.
El descanso de la guerrera…/Foto: davidperez.es.

Nada, flor de un día. No has aguantado ni el primer embate de la repelente histeria feminista. No sólo te has rendido con armas y bagajes, sino que te has pasado al enemigo, pedazo de traidor. Claro que lo que no has aguantado ha sido que la musa de la corrección política de la derecha -esa nulidad que lo que mejor sabe hacer es conducir motos y que es más trepa que tú, de aquí a Lima- te dijera que no repetías en la lista. Y ¿dónde ibas a ir tú ahora que el Casino de Alcorcón es desvanecida ilusión de otrora? Porque, bien sabes, que te califique de “desafortunadas” tus declaraciones, es indicarte que no repites, que estás en la lista negra, habiendo sido tú el mayor pelota de Esperanza Aguirre, que ahora no está en su mejor momento político para protegerte y haber sido menino de su corte resta más que suma.

Pero, David Pérez, hasta para rendirse hay que tener una estética, ¡no seas tan patético! Y no seas tan mentiroso. Eso, que has puesto en twitter, de “aclaración sobre la polémica de mis palabras y el montaje sufrido” no tiene pase. No ha habido ningún montaje. Eras tú, en estado puro, cuando creías que no te oían ni los jefes ni los chivatos, y quisiste expresar lo que pensabas, y no arrastrarte con el vientre por el suelo, que es lo que llevas haciendo toda la vida.

También, rastrero, añades: “con mis disculpas con quienes haya podido ofender”. Es, David Pérez, a quienes haya…a quienes. Tenías que haber trabajado un poco, gañán. No te disculpo porque refrendo cada una de tus lúcidas frases y añadiría algunas más. Pero al pedir disculpas es cuando me has ofendido a mí y a la verdad, y eso no te lo voy a perdonar jamás, lacayo consumado, porque el ignorante tiene más perdón que quien conociendo la verdad, abjura de ella.

Alcorcón no es Las Vegas. /Foto: teinteresa.es.
Alcorcón no es Las Vegas. /Foto: teinteresa.es.

Y controla el baile de San Vito que te ha entrado, y la diarrea, que apestas. Hagas lo que hagas, digas lo que digas, estás ya sentenciado. Cristina Cifuentes -una acomplejada encantada de ser la más progre de la derecha- te ha puesto la cruz y la raya y al lado de tu nombre, David Pérez, ha escrito, mentalmente, “de Alcorcón al paredón”. No te rebajes tanto, que no te va a servir de nada salvo para mostrar tus vergüenzas, que ya deben ser muchas con tantos años de espinazos y reverencias. ¿A qué viene eso de “y mi rechazo al machismo”? Eso ya es entusiasmo en el colaboracionismo y la rendición incondicionales. ¡Que alguien defina el machismo! Que ya ha degenerado en un mantra. Aquí ya la virilidad y la dignidad, -esa que tuviste unos minutos y has vuelto a echar al mingitorio tirando rápido de la cadena- son tildadas de machismo por esas frustradas, siempre dispuestas a vivir del contribuyente, que todos estáis a lo mismo.

Lo dicho, David Pérez: Estás acabado, podías haber optado por ser un líder, haciendo de la necesidad, virtud, ya que alguien te ha vendido a las leonas de papel mojado, pero has optado por volver a tu estatura moral de pigmeo, al tembleque de político profesional. Vale, vale, no eres más que un bocachanclas. Pero no lo pregones tanto que das pena. Calzonazos.

David Pérez lleva razón: las feministas son unas frustradas peligrosas