Luis Bru.
Ha fallecido políticamente el ya ex diputado de Vox, Juan Luis Steegmann Olmedillas, y no se oyen llantos de plañideras, sino descorches de champán, festejos, jolgorios y alegrías, ya se acabo el alboroto y ahora empieza el cachondeo, que decía García Lorca y le viene que ni pntado al difunto.
De los 19 escaños perdidos por Vox hay uno especialmente que nos sabe a gloria. En Madrid ha perdido dos y se ha quedado en 5, con lo cual el 6 que iba Olmedillas le ha dado una repentinitis política. En 2019, Vox obtuvo 653.476 votos, el 18,49 de los depositados en urna, mientras que en estas elecciones de 2023 sólo le han votado 499.733, el 14,02 de los votantes.
Olmedillas, obviamente, no ha sumado a la candidatura, sino que ha restado y numerosos votantes de Vox no entendieron el empeño de Santiago Abascal en meterle con forceps, a pesar de su descomunal impopularidad. Olmedillas presentó una moción para hacer obligatorias en los niños todas cuantas timo vacunas se le ocurreran las genocidas farmacéuticas y en la mendaz pandemia defendió a capa y espada los intereses de las farmacéuticas definiendo como una «obligación moral» la timo vacunación, preocupándose por la cuarta dosis e insultando a los que no se timo vacunaban, conscientes de los terribles efectos que conllevan y hoy patentes en sobremortalidad y repentinitis.
Por supuesto, nada tenía que ver que sus fundaciones en 2020 fueran regadas con un millón de euros por las asesinas farmacéuticas. A Olmedillas le pillan con el carrito del helado y no sólo dice eso tan recurrente de no es lo que parece sino que amenaza con llevar a los tribunales a quienes denuncian sus vergüenzas. ¡Vaya personaje patibulario! RIP.
Recuerda: Comunicado de VOX ante las graves acusaciones contra Juan Luis Steegmann
Carta al lacayo mayor de la agenda 2030, Santiago Abascal: Steegmann no es un error, es un horror