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Bad Bunny, vestido de Baphomet

Redacción




Enrique de Diego.

Bad Bunny se ha convertido en un «misterioso» fenómeno de la canción en España, donde va dar una gira par la que están vendidas 600.000 entradas. Publicamos un extracto del libro «Letizia, satánica y adúltera»:

Benito Antonio Martínez Ocasio, Bad Bunny, era un joven sin atributos y sin sustancia, cajero de un supermercado provinciano, cuando acertó a pasar por allí Rafael Jiménez Dan, capitán venezolano y ex ministro chavista, que había conseguido de Nicolás Maduro una importante cantidad de dinero para hacer la “revolución del espectáculo”. Desesperado porque no encontraba a nadie dispuesto a cantar contra el imperialismo yanke, la sociedad de consumo y la propiedad privada, vio en aquel cajero la solución: un hombre sin principios, sin formación política, un muerto de hambre dispuesto a hacer lo que se le indicara. Jiménez Dan oteó los nuevos aires woke y se acercó al criminal en serie, George Soros y su Open Society. Bad Bunny, su pupilo, convirtió el reaggaton, esencialmente viril, en un campo para la diversidad sexual, la ideología de género, la ecología antihumana, el timo calentamiento global y toda la ingeniería social malthusiana de eliminación de población. Se pinta las uñas, se viste de mujer. Hizo la apología del confinamiento.

Pero satán quiere más. Una de sus últimas apariciones del conejo malo fue vestido de baphomet, rodeado de fuego: una imagen de culto claramente satanista.

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